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Covid-19 dejó sin ingresos a 12 millones de mexicanos
La primera Encuesta Telefónica de Ocupación y Empleo (ETOE) del Inegi reveló una disminución de 12.3 puntos porcentuales de la población económicamente activa en el primer mes de la emergencia sanitaria por el coronavirus; la mayor parte de los afectados están en la economía informal.
Al menos 12 millones de personas dejaron de laborar y perdieron sus ingresos en el primer mes de la emergencia sanitaria en México a causa de la pandemia del Covid-19.
De acuerdo con los datos de la primera Encuesta Telefónica de Ocupación y Empleo (ETOE) del Instituto Nacional de Estadística y Geografía (Inegi), la Tasa de Participación Económica se ubicó en 47.4% en abril, una caída de 12.3% respecto a marzo.
Esta baja, explicó el organismo, se debe a que millones de personas se encontraron “en un estado de suspensión laboral temporal ocasionado por la cuarentena... se trata de una suspensión sin percepción de ingresos de por medio y sin certeza de si se mantiene el vínculo laboral o de retorno al trabajo”.
De los más de 12 millones de afectados por el impacto laboral de la pandemia, cerca 10 millones pertenecen a la economía informal y 2 millones a empleos formales. Los más afectados han sido trabajadores independientes, con una caída de 36 por ciento.
La mayoría de las personas que reportó no tener una ocupación en el cuarto mes del año pasó a formar parte de la Población No Económicamente Activa (PNEA), debido a la imposibilidad de buscar trabajo por las limitaciones de la Jornada de Sana Distancia. Esto provocó que por primera vez en la historia este indicador sea mayor que el de la Población Económicamente Activa (PEA), destacó Edgar Vielma Orozco, director general de Estadísticas Sociodemográficas del Inegi.
Mientras la PEA fue de 47.5 millones de personas en abril del 2020, la PNEA se ubicó en un máximo de 52.5 millones.
En general, la Tasa de Desocupación ampliada, destacó el funcionario es de 34%, esto equivale a que 1 de cada 3 trabajadores en el país está disponible para laborar.
“La instrucción más importante que recibimos como población en general de las autoridades durante abril fue ‘quédate en casa’ y nos quedamos en casa, eso es lo que estamos capturando en la encuesta. Y quedarnos en casa para un contexto del mercado laboral qué significa, significa que un número importante de las personas no trabajó y otro número no buscó trabajo. Esto implica que hay una disminución de la fuerza laboral”, detalló Julio Santaella, presidente del Inegi.
La Tasa de Subocupación fue otro de los indicadores con un impacto importante en el contexto de la emergencia sanitaria. Ésta pasó de 9.1 a 25.4% entre marzo y abril, lo que implica que hay 11 millones de personas que están en busca de un empleo adicional para cubrir sus necesidades, 5.9 millones de personas más que al cierre del tercer mes del año.
Caída será más profunda
Las cifras aportadas por la ETOE muestran un deterioro claro en el mercado del trabajo mexicano, tanto con la caída de la fuerza laboral como con la pérdida de empleo en el sector informal, niveles que continuarán en descenso en los próximos meses, estima Juan Carlos Alderete Macal, director de Análisis Económico de Banorte.
“La caída actual de la población económica activa (con la mayoría de las personas, en nuestra opinión, desalentadas de buscar un empleo en las condiciones actuales) podría comenzar a revertirse en los próximos meses. Si esto sucede, es probable que una mayor cantidad de las personas que regresan a la fuerza laboral sean contadas como desempleadas en vez de empleadas en los próximos meses, sobre todo con la economía recuperándose de una base más débil”, detalló.
¿De qué tamaño debe ser la recuperación de empleo? José Luis de la Cruz, director general del Instituto para el Desarrollo Industrial y el Crecimiento Económico (Idic), considera que México no sólo tiene que recuperar los empleos perdidos que reportó el Inegi, el reto es generar un millón de empleos adicionales a los destruidos para cubrir el aumento de la población.
“Estas cifras de desocupación, de pérdida de empleo o las que refleja el IMSS, no nada más tenemos que leerlas por lo que se está perdiendo, sino también por el millón de empleos que no se está generando y que se requiere para que los jóvenes que empiezan a buscar un empleo lo puedan encontrar”, puntualiza.
El especialista opina que la fotografía del mercado laboral en abril no sólo muestra un problema en la pérdida de empleo, también refleja la precarización del trabajo, pues el incremento en la Tasa de Subocupación indica que los empleos que lograron conservarse fueron de baja calidad.
Pero si la caída de empleo será más profunda y la recuperación aún mayor a lo que se está perdiendo, el tema de los salarios es otro problema que enfrentará nuestro mercado laboral.
Los pronósticos de los sueldos no son alentadores. Carlos Amtmann Ituarte, presidente del Instituto de Estudios de Productividad para la Competitividad (Inpro), afirma que, en un escenario catastrófico -sumando la pérdida de empleo de las crisis de 1995 y 2009- una caída del empleo formal de 3.8%, equivaldrá a 1.5 millones de plazas y, los ingresos en general se reducirán 25 por ciento.