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¿El Tigre Toño y el elefante Melvin están en peligro con el nuevo etiquetado?
El nuevo etiquetado de alimentos y bebidas no alcohólicas, que aún no entra en vigor, tiene dentro de sus propuestas una limitación a la difusión de imágenes atractivas en los empaques de productos para niños con ingredientes dañinos para su salud. ¿Esto pone en riesgo la vigencia de mascotas clásicas de la iconografía alimenticia de México?
La libertad de movimiento del Tigre Toño tiene los días contados. Con la entrada en vigor de la nueva reglamentación para el etiquetado de alimentos y bebidas industrializadas, esta mascota que ha promocionado al cereal Zucaritas desde la década de los 50, cuando llegó a México, deberá despedirse de los empaques de los productos Kellogg’s.
Un nuevo etiquetado de alimentos y bebidas no alcohólicas, que aún no entra en vigor, ha restringido la utilización de imágenes llamativas en productos destinados al público infantil con alto contenido de ingredientes considerados dañinos para los niños.
La propuesta de etiquetado no es una regulación a la publicidad y por lo tanto sólo influirá en los elementos del empaque de los productos industrializados. La publicidad en general no desaparecerá. Las empresas podrán seguir usando sus mascotas para promocionar sus productos en comerciales de televisión, espectaculares e incluso en las estanterías comerciales donde se coloquen sus productos.
La verdadera historia del Tigre Toño
El Tigre Toño fue diseñado en los años 50 para ser la imagen de Zucaritas, cereal enfocado para el público infantil que busca “alimentar las victorias de los niños deportistas” y brindarles la “energía necesaria para esforzarse física y emocionalmente”, de acuerdo con la descripción del producto en la página oficial de la empresa en México. El personaje promueve que “los niños den su mejor esfuerzo, con disciplina, preparación y alimentándose correctamente”, acompañado del consumo del cereal.
En 2012, la Alianza por la Salud Alimentaria, que agrupa a diversas asociaciones civiles, organizaciones sociales y profesionistas, que fueron de los principales promotores del nuevo etiquetados de alimentos industrializados, difundió un video llamado “Historias endulzadas”, donde presentó “la verdadera historia del Tigre Toño”. En esa ficción en video se contaba la carrera profesional del personaje y cómo el cereal de azúcar le había provocado al Tigre Toño problemas de sobrepeso e hipertensión y problemas del corazón, reflejando así el daño que provocaba el consumo excesivo de este producto.
Empresas como Kellogg's, Nestlé, Boing, Grupo Ferrero (con productos Kinder), Marinela, entre otras empresas, han hecho uso, a lo largo de los años, de personajes para familiarizar a los niños con sus productos. ¿Quién no recuerda al Tucán Sam, el Conejo Quick (de los cereales Nesquik) o al Gansito Marinela?
La restricción de utilizar mascotas en los empaques busca evitar la influencia de esos atractivos visuales en el público infantil y, en última instancia, desincentivar el consumo de productos con altos contenidos de nutrientes críticos (azúcares, grasas trans, grasas saturadas, sodio y contenido energético). Estos contenidos son considerados por la OMS (Organización Mundial de Salud) como los ingredientes que representan el mayor riesgo de contraer enfermedades como la diabetes, la obesidad y el sobrepeso, padecimientos que afectan a uno de cada tres niños en México.
El nuevo etiquetado que será colocado en la parte frontal del empaquetado, una vez que entre en vigor, busca evidenciar cuando un producto excede el contenido de los llamados nutrientes críticos. Los promotores de la propuesta de etiquetado frontal buscan informar de una manera más sencilla y fácil de comprender la información del contenido de cada producto.
El nuevo etiquetado toma como ejemplo las regulaciones que se realizaron en Chile en el 2016, la diferencia en la propuesta de México es que en Chile la regulación de las mascotas abarcaba “toda la forma de promoción, comunicación, recomendación, propaganda, información o acción determinada a promover el consumo de un producto determinado”.
A cuatro años de las regulaciones que adoptó Chile para combatir la obesidad, el consumo de bebidas endulzadas con azúcar disminuyó casi 25% en los 18 meses posteriores a la implementación de las medidas que incluían restricciones publicitarias a los alimentos poco saludables, un etiquetado de advertencia frontal y la prohibición de consumo de comida chatarra en las escuelas del país, de acuerdo a un veredicto parcial de un estudio publicado en la revista PLOS Medicine.
La libertad de movimiento del Tigre Toño tiene los días contados. Pero no todo está perdido: desaparecerá de los empaques, pero podrá buscar otros formatos.