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El pleno de IFT necesitará pronto un comisionado economista
La abogada Adriana Labardini concluye su gestión en febrero del 2018, pero al pleno del IFT convendría más que llegue una persona con conocimientos económicos ante el hecho de que quedarán tres ingenieros, dos abogados y sólo una economista.
Falta poco para que el pleno del Instituto Federal de Telecomunicaciones necesite de un economista o de lo contrario, la cúpula ejecutiva que dirige la política sectorial para las telecomunicaciones y la radiodifusión mexicanas caerá en el desbalance en cuanto a los perfiles de sus siete comisionados que la integran.
El pleno del IFT está conformado a la fecha por tres ingenieros, tres abogados y una economista, misma que por mandato legal tiene que dejar el cargo en menos de un año y medio, pero en momentos en que el regulador necesitará de la opinión económica y de competencia para definir temas como la separación funcional en Teléfonos de México que ya va por un segundo intento o también, sobre el ingreso de Telmex al negocio del video, al tiempo que los reguladores discutirán otros asuntos como una potencial regulación para los OTTs, los que alcancen a la TV de paga y las tarifas de interconexión de siempre, más otras muchas tareas que requieren de la visión económica.
La gestión de la abogada Adriana Labardini como comisionada en el IFT concluye con el último día de febrero del 2018. Para esa fecha, en teoría, el Senado de la República ya debería tener definido el nombre de su reemplazo y a propuesta del presidente Enrique Peña Nieto, que con anticipación deberá presentarle a la Cámara alta una terna candidatos a comisionado.
Pero la experiencia recuerda que Los Pinos ha tardado varios meses en definir su terna con base en una propuesta de aspirantes presentada por el comité de evaluación que examina a los interesados en ese tipo de puestos.
Y el Senado también ha prestado poca atención a estos asuntos o los ha dejado en suspenso, como ocurrió a fines de septiembre con la elección de una nueva presidencia para el IFT, cuando se conoció que los senadores no habían contemplado para los primeros días de su agenda legislativa esa discusión en particular y que tras verse exhibida, la Cámara alta condujo un proceso de elección de presidente que para agentes de la industria pareció más un espectáculo mediático por cómo comparecieron los comisionados con interés en suceder a Gabriel Contreras.
La penúltima elección de nuevo comisionado, cuando se eligió a Javier Juárez Mojica, tardó nueve meses y coincidió con la necesidad del IFT de tener una visión técnica ante la decisión de abrir la red de Telmex para otros actores de la industria. La más reciente elección, la de Arturo Robles Rovalo, se empañó porque se filtraron a la prensa distintos nombres que no resultaron para ocupar el cargo que dejó vacante Ernesto Estrada en febrero y se enmarcó en los días en que el regulador declaró al Grupo Televisa como un agente con capacidad de fijar estrategias en el mercado de la televisión de paga.
La elección que viene ocurrirá inmediatamente después de que el IFT resuelva las nuevas tarifas de terminación de redes que terminarán con la llamada “tarifa cero”, aquél será el último gran tema en que Adriana Labardini aporte su conocimiento.
Pero importante también, la definición del nuevo comisionado ocurrirá en fechas en que Los Pinos tendrá más la atención puesta en la sucesión presidencial que en una nueva renovación al interior del Instituto Federal de Telecomunicaciones, lo que puede poner otra vez en suspenso sus acciones del corto y mediano plazos.
“El IFT no se puede dar el lujo de prescindir de la visión de un economista; debe haber, al menos, dos economistas, ante la compleja tarea que se le viene por discutir”, plantea Víctor Pavón-Villamayor, presidente ejecutivo de Oxford Competition Economics. “La parte técnica y la parte legal ya está bien cubierta, y ahora se necesita de una capacidad, que además de que genere equilibrios, aporte su visión en temas de competencia, porque al final mucho de lo que se regula es mercado. Que no existan opiniones económicas al interior del pleno puede ser riesgoso”.
María Elena Estavillo Flores es la comisionada economista. Intentó ser presidenta del IFT y sus opiniones nutrieron las definiciones del regulador en espinosos temas como la apertura de la llamada última milla de Telmex, el señalamiento al poder sustancial de Televisa en TV de paga y junto con Adriana Labardini fue la más incisiva en las discusiones en el caso AT&T-Time Warner, pero la comisionada pronto tendrá que marcharse.
“Muchas veces los economistas no se ponen de acuerdo, pero siempre su conocimiento nutre y eso beneficia al mercado”, dice Víctor Pavón, de Oxford Competition Economics. “Vienen temas, como el viejo de Telmex y su ingreso al video; está en el tintero: es un tema que requerirá de un análisis de competencia muy minucioso y de si realmente impactará de manera adversa o si tendrá incentivos para dinamizar el mercado; más aparte está lo de los OTT y muchos temas que resultarán de la Red Compartida. El éxito de las acciones del IFT dependerá mucho de lo ambicioso y nutrido que su pleno esté”.