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Iniciativa de reforma eléctrica pone en dilema financiero a la CFE

Si en el 2019 la empresa eléctrica hubiera producido toda la energía que le venden productores independientes y generadores privados de subastas eléctricas, hubiera le hubiera salido 63% más caro.

Foto EE: Eric Lugo

ACTUALIZACIÓN 05/02/2021 12:10 HORAS: Esta versión corrige erratas de la versión original. 

De prosperar la iniciativa de reforma al sector eléctrico que presentó esta semana el Ejecutivo mexicano, la Comisión Federal de Electricidad (CFE) será víctima de sus ineficiencias, pues la filial que mayores ganancias le genera, la de suministro básico, estaría obligada a comprar electricidad más cara, la que producen sus filiales de generación, que además son las únicas que le generan pérdidas.

Se trata de un dilema en el que se encuentra la CFE, pues en su papel de suministrador básico tiene como objetivo atender la demanda de los usuarios buscando los menores precios posibles, pero en su faceta de generador eléctrico busca vender energía a los mayores precios posibles para recuperar sus costos.

De acuerdo con cálculos a partir de los costos de generación que suministra la Comisión Reguladora de Energía (CRE), si en el 2019 la filial de suministro de la CFE (CFE Suministro Básico) hubiera comprado los 97,169 gigawatts hora (GWh) adquiridos de productores independientes de energía (89,527 GWh) y de generadores de subastas de largo plazo (7,632 GWh) a las plantas de las filiales de generación de la CFE –solo hipotéticamente, pues las filiales de la CFE no cuentan con la capacidad para producir ese volumen de energía–, el costo de esa electricidad habría sido de 138,528 millones de pesos en lugar de los 85,100 millones que costó; esto es, 63% más.

Solo en ciclos combinados –que es la tecnología que genera 51% de la electricidad producida en el país– el costo de generación promedio de la CFE en el 2019 fue de 1,435 pesos por megawatt hora (MWh), esto es 62% más que los 883 pesos por MWh de los productores independientes de energía. En el promedio total de la CFE –incluyendo sus otras tecnologías– la historia no es muy diferente: 1,426 pesos por MWh versus 901 pesos por MWh de los productores independientes de energía.

Y si se compara con los generadores privados de las subastas de largo plazo, la CFE palidece aún más, pues el año pasado el costo promedio de dichas empresas por MWh fue de 583 pesos, es decir 60% más barato. Durante el 2019, CFE Suministro Básico adquirió de las centrales eléctricas de CFE el 55.9% de la energía, de los productores independientes de energía, el 33.6%, de las SLP 2.9% y del Mercado Eléctrico Mayorista (MEM) el 7.6 por ciento.

La iniciativa de reforma a la Ley de la Industria Eléctrica enviada esta semana por el presidente López Obrador al Congreso plantea un nuevo orden de prelación para la compra de energía por parte del suministrador básico de la CFE, dejando atrás el principio rector vigente, también llamado despacho económico, que marca que la electricidad más barata se despacha o compra primero.

La propuesta establece así que el suministrador básico debería comprar primero la energía proveniente de las plantas hidroeléctricas de la CFE, luego la del resto de sus plantas (de gas, carbón, combustóleo, nuclear, etc.); en tercer lugar, la de los generadores eólicos y fotovoltaicos privados, y en última instancia la de los ciclos combinados de los privados. Lo anterior significa que daría prioridad a la electricidad de la CFE aunque sea más cara.

Por lo anterior, limitar la entrada de centrales eólicas y solares ganadoras de las subastas de largo plazo, que son las más baratas, debería presionar los costos de suministro de la CFE.

Los dilemas que enfrenta la CFE ante el hecho de producir y adquirir electricidad más cara son palpables al observar sus resultados financieros. En el 2019, de los más de 45,000 millones de pesos de ganancias que consiguió su filial de suministro básico le produjo más de 32,000 millones, la de transmisión, más de 18,000 millones, la de distribución más de 13,000 millones mientras que sus seis filiales de generación tuvieron de forma consolidada casi 11,000 millones en pérdidas.

En términos financieros, la desintegración vertical de la CFE –que fue un mandato de la reforma del 2014– muestra que las empresas de generación de CFE (I, II, III, IV, V y VI) son las únicas subsidiarias con pérdidas, lo que estaría vinculado a los mayores costos de mantenimiento de sus centrales de generación.

Nota: una versión anterior de este artículo citaba erróneamente a Montserrat Ramiro y Jesús Serrano. Se aclara que el autor no tuvo comunicación con las personas mencionadas y la información contenida en el texto se refiere únicamente a datos públicos.

octavio.amador@eleconomista.mx

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