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¿Qué implica para México el plan de AT&T de vender su 41% de Sky?

Una desinversión de AT&T en Sky pondría en aprietos a su socia Televisa, como principal controlante de ese operador y posiblemente repercutiría en todo el sector de telecomunicaciones del país.

Foto EE: Archivo

AT&T quiere vender su participación de 41% en Sky México y otros activos dentro y fuera de Estados Unidos para generar una liquidez de 8,000 millones de dólares que atenúen el multimillonario desembolso de 85,000 millones de dólares por la compra de Time Warner. 

La intención de venta es además parte de un plan de desinversiones en negocios que han dejado de ser estratégicos para la compañía como la televisión de paga por satélite, de ahí que AT&T baraje desde hace tiempo el despacho de DirecTV Latam a un nuevo dueño y por lo que Televisa y MVS también se han visto obligadas desde 2017 a crear valor agregado para Sky y Dish con ofertas acompañadas de telefonía e Internet. 

Una desinversión de AT&T en Sky pondría en aprietos a su socia Televisa, como principal controlante de ese operador y posiblemente repercutiría en todo el sector de telecomunicaciones del país, de acuerdo con especialistas.

En principio, Televisa se vería presionada por reunir los recursos para financiar la compra de ese 41% de AT&T en Sky, en tiempos en que sus estados financieros sufren notables altibajos y cuando, por ejemplo, la misma Sky tuvo hace un año su primera baja de utilidades en una década, de 99 millones de pesos.

Por la parte regulatoria, habría que esperar la definición del Instituto Federal de Telecomunicaciones en el sentido de avalar y por qué una concentración de este tipo y si todo ello desataría o no el clamor del resto de la industria para que el regulador discuta otra vez si Televisa podría convertirse con este hecho en un actor con poder sustancial de mercado en la televisión restringida, pues este actor y AT&T ya participan con el 71.1% de los accesos por satélite y Televisa en solitario acapara el grueso del segmento a través de todas sus marcas.

“Televisa ya posee el 60.9% de los 22.4 millones de suscripciones y un nuevo intento de compra implicaría que el IFT abriera nuevamente las investigaciones por poder sustancial y además, la TV de paga es el único servicio de telecomunicaciones que ha aumentado sus tarifas desde que entró en vigor la reforma al sector en junio de 2013. En mi opinión, se arriesgaría con esta compra”, plantea Ana Lilia Moreno, especialista en regulación y competencia económica. “Recordemos que el hecho de que hoy no exista un agente de poder sustancial de mercado se debe a una judicialización del quehacer regulatorio, en que el IFT es el encargado de investigar y discernir si existe o no tal poder”.

AT&T se interesa hoy en vender un activo que ya no le resulta prioritario mantener, pero el 15 de agosto de 2017 pudo haber estado en la obligación de desprenderse de su participación en Sky. El IFT avaló aquel día la concentración AT&T-Time Warner, pero entonces temió una coordinación indebida entre AT&T y Televisa que pudiera afectar al mercado móvil y la TV de paga y para argumentar su posición utilizó las palabras “desincorporación” y “desinversión” de AT&T en Sky México.

La compra efectiva de Time Warner le abre hoy a AT&T una gama de posibilidades para llegar por otras vías al consumidor con contenidos atractivos de video y con los que está en ruta de crear nuevos productos de valor agregado en el segmento móvil con los que pueda arrebatar usuarios a Telcel.

“AT&T no sólo vende por un tema de financiación, sino por un cambio de mercado; una migración donde la TV por Internet y sus distintas plataformas ganan más clientes y Netflix es el caso demostrativo, y la siguiente etapa en video/TV tendrá que ver con temas de inteligencia artificial,  realidad virtual y otros. Aquellas serán las siguientes tecnologías con siguientes velocidades y capacidades para ofrecer otros servicios de video. La compañía está advirtiendo una evolución”, piensa Gerardo Mantilla, gerente de Proyectos Regulatorios de Telecom Business Review.

El fin de semana, AT&T confirmó su intención de venta en Sky ya deslizada el año pasado. De inmediato se ha creado en el sector la duda de si una operación de este tipo con Televisa o un tercer actor allanaría y de qué modo el camino de América Móvil hacia el negocio del video en el país, en fechas en que una empresa de ese grupo económico ha solicitado formalmente al IFT la habilitación para vender productos de video. 

Juan Gnius, analista en la firma Telracom y autor del blog Signals IoT, estima que la venta de la porción de la compañía estadounidense en la joint-venture mexicana no tendría por qué trastocar la petición de AMX y a favor de ésta, pues la subsidiaria de América Móvil –se desconoce formalmente su identidad– tendrá que llevar su propio proceso para conseguir su habilitación de ingreso a un mercado que en televisión restringida crea 2,885 millones de dólares por año en México, de acuerdo con evaluaciones de la consultora Dataxis.

AT&T está hoy evidenciando con su plan de venta de Sky México, coinciden Gerardo Mantilla y Juan Gnius, que el negocio de la televisión de paga por satélite es complejo de conjuntar con otros servicios, pero sobre todo que los usuarios han iniciado otra era en los modos de consumo de video.

“Esta desinversión es una continuación de todo este negocio de AT&T en América Latina y toca la parte de México y la continuación sería en Brasil. Y si vende a Televisa, habría que conocer si ella tiene prioridad de compra y cómo modificaría el estatus de preponderancia o de poder sustancial, si ya es Televisa el socio mayoritario”, plantea Juan Gnius, de Telracom, y añade:

“AT&T está optando por empaquetar desde otro lugar: sea desde el móvil o desde la banda ancha fija. Y las propuestas OTT que han surgido en el mercado han creado todo un rompecabezas nuevo en el tema del entretenimiento con el video como eje donde los operadores tienen que rearmar. Los modelos son otros y las formas de consumir entretenimiento es otra: ya no parece correr más el hecho de contar con 150 canales y en HD, porque es un modelo de negocio, que aunque sigue funcionando, parece estar un tanto vetusto y allí tenemos a AT&T, que siendo pionero, lo está dejando lado, un indicio de que este negocio ya no mueve la aguja”.

Periodista de negocios para El Economista, con especialidad en telecomunicaciones e infraestructura. Es licenciado en comunicación y periodismo por la UNAM, con estudios posteriores en el ITESM Campus Ciudad de México, el ITAM y la Universidad Panamericana. Fue colaborador en Grupo Radio Centro, Televisa, El Financiero y Alto Nivel, entre otros. Ha sido moderador en los congresos internacionales de Futurecom y NexTV Latam; y también citado en el “Estudio sobre telecomunicaciones y radiodifusión en México, 2017” de la OCDE, y en distintos informes sobre espectro radioeléctrico de la GSMA y de la Asociación Interamericana de Empresas de Telecomunicaciones (Asiet).

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