Sucesión, el coco de las empresas familiares

Más allá de la situación macroeconómica, uno de los principales retos de las empresas familiares en el país continúa siendo la falta de un proceso establecido en cuanto a la sucesión que les asegure una permanencia del negocio para la siguiente generación, de acuerdo con la consultora PricewaterhouseCoopers (PwC).

El plan de sucesión es un proceso complejo y definitivo para la permanencia de las empresas porque tiene que ver con una evaluación operativa y financiera de cuál será el impacto al hacer el cambio del líder a la siguiente generación , opinó Mayra Gómez, gerente de soluciones Empresas Familiares de PwC.

En entrevista, recordó que la última encuesta realizada por PwC a 122 empresas familiares en México, arrojó que solo el 16% tiene un plan de sucesión robusto y formal.

Se debe evitar la incertidumbre con un plan de sucesión formal y escrito. Es decir, comunicarlo no solo a los miembros de la familia, directivos y empleados, sino a todos los clientes y proveedores, para que de esta forma haya un reconocimiento de quién será el siguiente líder y que eso no genere un foco de riesgo adicional. Debe haber claridad y transparencia al comunicar cómo se está preparando al sucesor para que ya no se dé cabida a interpretaciones , precisó.

Respecto a la situación actual en el país y en cómo ésta puede estar afectando a las empresas familiares, la especialista consideró que estas siguen conservando el dinamismo. Esto es importante ya que las empresas familiares son grandes generadoras de empleo y es incentiva el círculo virtuoso de la macroeconomía. Es decir, creces y demandas más personal para producir más .

Ante las nuevas reformas estructurales, Gómez comentó que las empresas familiares tienen el reto de aprovechas esos nuevos nichos de mercado e insertarse de manera mucho más institucional para estar en condiciones de competir.

karina.hernandez@eleconomista.mx

mfh