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Transforman crisis en oportunidad con captación de agua pluvial

El proyecto cuenta con 34,000 metros cuadrados de techos captadores. Se estima una recolección anual de 20.6 millones de litros de agua, lo que beneficia a más de 36,000 alumnos del país.

Reflexión. Este proyecto impulsa una cultura del recurso hídrico. Foto: Cortesía

En respuesta a la crítica escasez de agua que afecta parte del territorio mexicano, el proyecto de techos captadores de agua pluvial ha emergido como una solución innovadora y efectiva gracias a la alianza entre Arca Continental, como parte de la Industria Mexicana de Coca-Cola (IMCC), en alianza con Isla Urbana. La iniciativa surgió de la observación directa de la necesidad en estas comunidades, donde cortes frecuentes en el suministro de agua dejaban a las escuelas sin acceso al vital líquido, impidiendo a los niños asistir regularmente a clases.

A nivel nacional se han instalado sistemas de captación en 95 escuelas distribuidas estratégicamente en estados como Nuevo León, Jalisco, Sinaloa, Colima, Aguascalientes y San Luis Potosí. Este esfuerzo en conjunto no sólo ha asegurado un suministro alternativo de agua para las escuelas durante periodos de escasez, sino que también ha promovido una cultura de uso eficiente del recurso hídrico entre la comunidad educativa.

Cada sistema de captación está diseñado para recolectar y almacenar agua de lluvia de manera segura y eficiente; utiliza tanques que pueden retener hasta 10,000 litros de agua cada uno, la cual se utiliza principalmente para usos no potables dentro de las escuelas, como el lavado de manos, limpieza y riego de jardines escolares. La implementación incluye no sólo la instalación de infraestructura física, como techos adaptados y sistemas de filtración, sino también capacitación continua para el personal escolar y los estudiantes sobre el mantenimiento y uso adecuado de los sistemas, destacó en entrevista Jesús Lucatero, director de Asuntos Públicos, Comunicación y Sostenibilidad para Arca Continental México.

Los resultados han sido significativos, pues se estima que los 34,000 metros cuadrados de techos captadores instalados tienen el potencial de recolectar hasta 20.6 millones de litros de agua anualmente, reduciendo la dependencia de las escuelas del suministro municipal y mitigando el impacto de la sequía en la educación. Además del beneficio directo para las escuelas, el proyecto ha fomentado una cultura comunitaria de solidaridad y responsabilidad ambiental, donde las escuelas se convierten en centros de aprendizaje no sólo académico, sino también ambiental.

La selección de las ubicaciones para la instalación de estos sistemas se basa en un análisis detallado de la precipitación anual en cada región, lo que asegura que los sistemas sean viables y efectivos a largo plazo. Esto incluye la evaluación de factores como la frecuencia y cantidad de lluvia, crucial para mantener la funcionalidad óptima de los sistemas de captación, agregó el portavoz.

Los retos por los que han atravesado para la implementación del proyecto han sido superados gracias a la activa participación de la comunidad educativa y los gobiernos locales, quienes han visto en esta iniciativa una oportunidad para mejorar la infraestructura escolar y promover la sostenibilidad ambiental. La cooperación entre la Iniciativa Privada, las organizaciones civiles y las entidades gubernamentales ha sido fundamental para el éxito del proyecto, al garantizar su continuidad y expansión futura.

“Ya no podemos esperar a que sólo el gobierno o las empresas resuelvan estos problemas. Es un esquema donde todos tenemos que encontrar soluciones juntos, especialmente en temas críticos como la preservación del medio ambiente y el acceso al agua”, agregó Jesús Lucatero.

Este enfoque, conocido como el triángulo dorado de gobierno, empresa y ciudadanía, ha demostrado ser efectivo en diversas comunidades escolares, lo que abre la posibilidad de implementar sistemas similares en mercados públicos y centros comunitarios, lo que amplía así el alcance y la utilidad de estas tecnologías.

Un aspecto destacado es la importancia de la participación activa de la comunidad en la sostenibilidad de estos proyectos. “No basta con instalar los sistemas, es crucial que la comunidad esté involucrada desde el inicio y se comprometa a mantener y usar estos recursos de manera efectiva”, indicó el vocero.

En términos de inversión económica, se reveló que cada instalación tiene un costo aproximado de 200,000 pesos, dependiendo de las características del techo y la ubicación de los contenedores de captación. Esta inversión ha sido vista como una contribución significativa hacia el bienestar y la autosuficiencia hídrica de las comunidades escolares beneficiadas.

Para concluir, se destacó que proyectos como éstos no sólo buscan resolver problemas inmediatos, sino también sentar las bases para un futuro más sostenible y equitativo. “La sinergia entre gobierno, empresa y comunidad es la clave del éxito”, expresó Jesús Lucatero.

Esta iniciativa destaca cómo la colaboración efectiva entre sectores puede marcar la diferencia en la vida de miles de personas, lo que les asegura un acceso más justo y sostenible al recurso más vital: el agua.

viridiana.diaz@eleconomista.mx

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