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Ventas minoristas tienen un primer semestre negativo desde el 2020

En junio cayeron 0.5% mensual e hilaron dos meses de bajas, mientras que durante los primeros seis meses del año hubo un descenso moderado de 0.1%; la debilidad coincide con un menor ímpetu del empleo, el repunte de la inflación y un estancamiento de la confianza del consumidor.

Foto EE: Archivo

Nuevas señales de fatiga en el consumo tras las elecciones presidenciales del pasado 2 de junio. En dicho mes, los ingresos por ventas minoristas en México cayeron 0.5% en comparación con mayo, sellando un fin de semestre negativo para el indicador, que de forma acumulada descendió 0.1% durante los primeros seis meses del año.

Así lo muestran los datos de la Encuesta Mensual de Empresas Comerciales (EMEC), reportados la mañana de este martes por el Instituto Nacional de Geografía y Estadística (Inegi).

Si bien el desliz semestral fue moderado, se trata del primer tropiezo de las ventas minoristas para una primera mitad de año desde el pandémico 2020, cuando se vivió una contracción de 10.6 por ciento.

Tratándose de comparaciones mensuales, el retroceso de 0.5% de junio constituyó el noveno revés del indicador en los últimos 12 meses y el segundo al hilo, luego de que se revisara a la baja el dato de mayo, para quedar en una leve contracción de 0.04% frente al crecimiento de 0.1% calculado originalmente.

En la comparación mensual interanual también se observa un deterioro de los ingresos minoristas, con una caída de 2.8% frente al registro de junio del 2023.

Lo anterior refleja una consistente pérdida de dinamismo del sector comercial en el último año, coincidente con un crecimiento más débil en el empleo, un estancamiento de la confianza del consumidor y una alteración del calendario de dispersión de programas sociales durante este 2024.

Resultados de junio

Específicamente en junio, la balanza de las ventas se inclinó del lado negativo al observarse retrocesos mensuales en 12 de las 22 categorías y canales comerciales que monitorea el Inegi a través de la EMEC.

Los retrocesos y crecimientos fueron heterogéneos entre categorías de consumo básico y discrecional, sin que se observara un deterioro o mejora marcada en alguna de las dos.

Las ventas por Internet y a través de catálogo fueron las de mayor detrimento, con un revés de 9.9%, seguidas por el descenso de 8.2% en el renglón de muebles para el hogar y otros enseres domésticos.

Completan el top cinco de contracciones el ramo de artículos para la decoración de interiores (-8.2%), mascotas, regalos, artículos religiosos y desechables (-5.7%) y artículos de joyería (-4.4 por ciento).

Del lado opuesto, se observaron mejoras —menos significativas— en los rubros de ropa, bisutería y accesorios de vestir (+3%), abarrotes y alimentos (+2.9%), artículos de papelería, libros, revistas y periódicos (+2.8%), tiendas departamentales (+2.3%) y automóviles y camionetas (+1.2 por ciento).

Recuento semestral

Durante el primer semestre del año también se contabilizan retrocesos en 12 de 22 categorías comerciales, ahí sí predominando las pérdidas en el consumo discrecional, es decir, no básico.

Las mayores fueron las de las categorías de artículos usados (-15.6%), artículos para el esparcimiento (-14.2%), calzado (-12.4%), artículos de perfumería y joyería (-10.4%) y productos textiles, excepto ropa (-9.2 por ciento).

En tanto, las categorías que registran mejoras están lideradas por la de artículos para la decoración de interiores (+12.7%), seguida de automóviles y camionetas (+9.4%), internet y catálogos (+9.3%), mobiliario, equipo y accesorios de cómputo y teléfonos (+5.7%) y abarrotes y alimentos (+3.5 por ciento).

Vientos en contra

En contra del sector comercial este año ha pesado un menor ímpetu del empleo. Esto puede verse en la caída acumulada de 40% en las contrataciones en el sector formal de la economía a julio, con solo 307,402 nuevos empleos, frente a los 512,243 del mismo período del 2023.

Tampoco puede ignorarse el repunte de la inflación general, que en junio fue de 4.98% (el mayor registro interanual desde junio del 2023) con un marcado acento en el componente no subyacente, que alcanzó 7.7 por ciento.

En tanto, si bien la confianza del consumidor se mantiene en niveles altos, ha dejado de crecer en el margen, con un índice que rebasó en noviembre del 2023 la barrera de los 47 puntos, pero desde entonces se ha mantenido fluctuando en un rango de 47.1 y 47.4 unidades.

El factor programas sociales

Por otro lado, en el primer semestre del año se modificaron las fechas de dispersión de recursos de programas sociales federales (pensión para adultos mayores, para personas con discapacidad y para madres trabajadoras), debido a la veda electoral que se presentó entre el 01 de marzo y hasta las elecciones federales del pasado 02 de junio.

De modo que en febrero se adelantó el pago de dos bimestres (marzo-abril y mayo-junio), lo cual pudo haber impactado la distribución temporal del gasto de los consumidores que son beneficiarios de estos programas. Estos pagos se reactivaron a inicios de este mes de julio.

Hacia adelante, un factor clave será la dinámica inflacionaria, recordando que la inflación hiló cinco meses al alza, lo cual podría mermar el consumo y la confianza de los consumidores. De tal forma, prevemos una mayor moderación en las ventas minoristas para los meses siguientes”, opinaron Janneth Quiroz y Rosa M. Rubio.

octavio.amador@eleconomista.mx

Editor de Empresas y Negocios en El Economista

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