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Una lucha interna por el control de Violeta 106.1 FM pone fin a la radio feminista de CDMX

Violeta Radio sale del aire de la Ciudad de México, dejando en el camino un proyecto de radio feminista y una valiosa señal de espectro radioeléctrico que será muy peleada en el mercado de la capital; también deja a alrededor de 18,000 escuchas sin su alternativa de comunicación.

La notificación de la renuncia de Violeta Radio fue aceptada por el Instituto Federal de Telecomunicaciones el lunes 14 de octubre.Ilustración EE: Nayelly Tenorio

María Eugenia Chávez Fonseca es una activista feminista de décadas en México. Chávez dirige a la fecha la organización Libertad de Expresión en Salud Integral para la Mujer, A.C. y es la fundadora de la estación feminista Violeta Radio 106.1 FM de la Ciudad de México, una emisora que, según la casa INRA, llegó tener más de 18,000 radioescuchas alcanzados en su pico máximo de audiencia. 

El nombre de María Eugenia Chávez Fonseca aparece como representante legal de la Alianza por el Derecho Humano de las Mujeres a Comunicar, A.C., la organización civil que se conformó para que en noviembre de 2017 lograse una concesión de espectro para crear la primera radio feminista en la FM de la capital. También aparece en documentos del Instituto Federal de Telecomunicaciones (IFT) relacionados con las características técnicas de transmisión de Violeta Radio y es la firma que resalta en el documento por el que esa entidad retorna al Estado la frecuencia de los 106.1 Megahercios, para que ahora sea competida por otros interesados que quieran transmitir radio social o indígena en la capital de México.

Chávez Fonseca decidió devolver al IFT la frecuencia de una estación que buscaba empoderar a la mujer, porque dos mujeres quisieron apoderarse de Violeta Radio desde su interior, cuenta Chávez en entrevista. Se trata de las también activistas Aimée Vega y Lucía Lagunes, impulsoras de la organización Comunicación e Información de la Mujer, A.C. (CIMAC). En una entrevista de 2020 con El Sol de México, estas dos feministas y la productora de CIMAC, Hazel Zamora, afirmaron ser las líderes de la Alianza por el Derecho Humano de las Mujeres a Comunicar, todavía hace una semana la concesionaria de la 106.1 FM.

Aimée Vega Montiel también aparece como una de las consejeras principales de la organización feminista Conectadas, una de las entidades más reconocidas en el sector de telecomunicaciones por su trabajo en el acercamiento de las niñas mexicanas a las tecnologías de la información y por el talante de los perfiles que integran esa entidad, por lo que queda en duda si la organización Conectadas fijara posición sobre esta trama. Hay que agregar también que Aimée Vega aparece en documentos del IFT como una de las personas que estuvieron presentes en la entrega de la concesión de Violeta Radio. Vega Montiel fue contactada por este medio, pero hasta ahora no ha respondido a los mensajes de WhatsApp.

Chávez Fonseca niega el liderazgo de sus ahora excolaboradoras y narra en llamada telefónica de quince minutos supuestos atropellos por el control de Violeta Radio, que llevaron al fin de esa emisora feminista en la FM de la capital. Lo que es cierto es que Violeta intentó visibilizar los retos que todavía enfrentan las mujeres en México.

Violeta Radio también tuvo sus propios retos y triunfó en sus casi cinco años al aire, pues en su vida al aire acumuló más de medio millón de radioescuchas en la capital, a pesar de usar una torre prestada por Radio Educación, una antena regalada por Reporteros Sin Fronteras y pese a estar habilitada con sólo 3,000 watts de potencia de transmisión, pero con cabinas de locución en diversos puntos de la ciudad, porque sus directoras nunca pudieron ponerse de acuerdo y conciliar. Ahora, sólo queda que Chávez vaya a la calle de Ángel Urraza para apagar el switch de Violeta Radio.

Un documento del Instituto Federal de Telecomunicaciones dice que usted retornó la concesión de la XHCDMX-FM 106.1 de la Ciudad de México. El documento no cuenta el motivo, ¿usted sí podría?

—Efectivamente, la concesión de la 106.1 FM fue devuelta por mí el día lunes 14 de octubre de 2024. El motivo es porque esta fue una historia que inició mal. Es una historia que ha resultado ser muy bonita ante los ojos públicos, pero que en realidad tuvo una historia interna muy tortuosa.

Yo empecé a trabajar en este proyecto en 2003, junto con la Asociación Mundial de Radios Comunitarias y quien a la cabeza era Aleida Calleja. Más adelante hice una invitación a otras mujeres comunicadoras o vinculadas a la comunicación y al feminismo, pero particularmente ellas, Aimée Vega Montiel y Lucía Lagunes Huerta, se montaron en el proyecto, intentando desde siempre adueñarse del mismo.

Éramos cuatro. La cuarta persona es Lourdes Barbosa. Posteriormente, Lourdes Barbosa renuncia y justamente por un hostigamiento de parte de Aimée Vega y de Lucía Lagunes. Lourdes Barbosa renuncia y me quedo yo en minoría.

La última vez que recuerdo que yo conversé con ellas, tratando de estar en buenos términos, fue en noviembre de 2019 y digamos, de cara a cara. Posteriormente me retiraron el habla y seguimos trabajando a distancia. Era una situación muy tortuosa, siempre me intentaron invisibilizar. Ellas, públicamente todo el tiempo, han dicho que sólo ellas son la Alianza por el Derecho Humano de la Mujer a Comunicar.

—¿Qué habría ocurrido, como para que repentinamente usted fuera al IFT con la renuncia de Violeta Radio a su concesión de espectro después haber aguantado todas cinco años de tensión?

—En términos legales, ellas ya se habían quedado con la presidencia y la tesorería de la asociación civil, y me relegaron a la secretaría. Ellas tenían ya los poderes y en una conversación sobre equidad, un notario aceptó mi propuesta de que todas tuviéramos los mismos poderes. Pero no fue tan así.

Ellas convocaron a una asamblea donde en el orden del día estaba la revocación de mis poderes. El lunes, ellas pretendían quitarme esos poderes, fue una convocatoria con un despacho de abogados. Yo había podido construir Violeta Radio justamente por esos poderes. Eso me pareció un atropello, además de que Aimée Vega Montiel no hace radio, pues cedió su barra programática a Lagunes y yo me inconformé, pues considero que en todo caso se debió repartir de manera más tripartita.

Me pareció entonces que lo correcto era quitar de en medio a la manzana de la discordia. Esto no fue nunca un tema de dinero. Es un tema de que ellas quieren quedarse con la frecuencia y desconozco los fines.

—Este mismo día, el IFT puede recibir solicitudes para adjudicar nuevamente la frecuencia. El ganador, según la normativa vigente, puede ser otra organización, incluso las señoras Montiel y Lagunes y usted misma en proyectos separados. ¿Habría entonces futuro para una Violeta Radio 2.0?

—No es cualquier cosa regresar una estación de radio, así como así, sobre todo cuando desde el sector de medios comunitarios estuvimos décadas peleando. Yo sé las implicaciones que esto tiene. Son implicaciones muy fuertes, pero me parece que, ante el atropello de algunas personas, hay que parar; hay que repensar y hay que reestructurar un proyecto de comunicación que realmente sea comunitario y feminista

Por eso vamos a considerar los espacios para no desaparecer el concepto. Vamos a considerar varias cosas. Cuando digo “vamos”, estoy adentrando a mi organización Salud Integral para la Mujer, pues nosotras hacemos radio con perspectiva de género desde 1991 y ya ocupamos espacios en algún momento en la radio ciudadana y en Radio Educación; también con la radio de Oaxaca y las radios comunitarias de América Latina.

Considero que cuando se quiere hacer comunicación uno encuentra los canales, sobre todo ahora con las plataformas tecnológicas que contamos. Entonces, el proyecto no desaparece, pero no vamos a estar emitiendo a través de la 106.1.

El proyecto continúa y va a seguir en Internet; donde no va a estar es en FM. Estamos ya en conversaciones también con emisoras comunitarias para de alguna manera continuar, encontrando espacios de salida.

Ellas pueden ahora competir la estación, están en su derecho. Pueden competirla con otro proyecto. Nadie les puede negar que tienen una trayectoria de treinta años de comunicación feminista.

—¿No cree que la devolución de la concesión de Violeta Radio deje en entredicho el trabajo feminista de estas organizaciones? ¿Cómo separar cuestiones de naturaleza humana, de aquellas de perspectiva de género?

—Tú te vas a dar cuenta de algunas cosas de todo esto que yo te estoy contando, porque, por ejemplo, en varias entrevistas dijeron que la concesión la habíamos ganado por concurso, que no es cierto. Esto fue una asignación directa, no ganamos un concurso; hicimos una solicitud, que por cierto la escribí yo.

Entiendo todo el embrollo que esto legalmente conlleva. Vas a poder hablar con ellas y te van a decir que son las poseedoras y que yo estoy cometiendo un delito. Pero no es así la cuestión. Son estos últimos ocho años en que intenté generar un proyecto realmente comunitario.

Yo sé que van a salir personas a decir que las feministas no nos podemos poner de acuerdo. Bueno, pues yo creo que en el feminismo debemos sentarnos a hablar de este tipo de cosas, que no es la primera vez que ocurre en un medio de comunicación y que claramente tiene un impacto tremendo.

Tengo claro que incluso puede haber ciertas repercusiones legales, pero creo que es necesario contar la verdad. Es mi versión y ellas dirán otra, pero únicamente estoy contando la verdad, porque creo en la verdad. Van a decir que nos estamos peleando las mujeres. Bueno, déjame decir que esto no es nuevo, hay historias de peleas a la interna de las radios comunitarias en donde también están dirigiendo hombres. Eso no es una cuestión de género. Sí es algo de la naturaleza humana, no tiene nada que ver. Lo que se tiene que saber es que esto no debe repetirse.

Periodista de negocios para El Economista, con especialidad en telecomunicaciones e infraestructura. Es licenciado en comunicación y periodismo por la UNAM, con estudios posteriores en el ITESM Campus Ciudad de México, el ITAM y la Universidad Panamericana. Fue colaborador en Grupo Radio Centro, Televisa, El Financiero y Alto Nivel, entre otros. Ha sido moderador en los congresos internacionales de Futurecom y NexTV Latam; y también citado en el “Estudio sobre telecomunicaciones y radiodifusión en México, 2017” de la OCDE, y en distintos informes sobre espectro radioeléctrico de la GSMA y de la Asociación Interamericana de Empresas de Telecomunicaciones (Asiet).

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