Lectura 2:00 min
Greenpeace aplaude freno a megaproyecto en la selva maya
La organización ecologista asegura que el megaproyecto consistía en abrir las puertas a la urbanización de la selva maya en Yucatán, pues pretendía iniciar un proceso de deforestación de más de 150 hectáreas de selva.
Cancún, QRoo.- La organización Greenpeace dio a conocer que se detuvo la intención de construir un megadesarrollo hotelero-inmobiliario en una zona selvática en el estado de Yucatán, municipio de Santa Elena, muy cercano a la zona arqueológica de Uxmal.
Según el grupo ambientalista, la Secretaría de Medio Ambiente y Recursos Naturales (Sematnat) emitió un resolutivo fechado el 29 de julio de 2024 que dio por concluido y archivado el Procedimiento de Evaluación de Impacto Ambiental y de Cambio de Uso de Suelo en Terreno Forestal solicitado por la empresa Alto Comercializadora y Operadora Turística, en dos terrenos aledaños a la Zona Arqueológica de Uxmal, cuya propiedad está registrada a nombre de los hijos de Miguel Quintana Pali, director de Grupo Xcaret.
El Economista consultó a Grupo Xcaret sobre este proyecto, sin embargo, la empresa contestó con un escueto comunicado que no tienen ningún proyecto en esa zona, por lo que niegan todos los señalamientos que le atribuyen este proyecto a esta firma de parques temáticos.
Sin embargo, Greenpeace asegura que los terrenos donde se pretendía desarrollar este proyecto están registrados a nombre de los hijos de Miguel Quintana Pali, director de Grupo Xcaret.
La organización ecologista asegura que el megaproyecto consistía en abrir las puertas a la urbanización de la selva maya en Yucatán, pues pretendía iniciar un proceso de deforestación de más de 150 hectáreas de selva, lo cual implicaría talar alrededor de 165,000 árboles. La intención era construir 9 hoteles de 18 niveles, excavar el suelo a 36 metros de profundidad para construir elementos artificiales como una cascada de 59 metros, un cañón y hasta un edificio al que se denominaba como “La Catedral”.
De acuerdo a la información presentada por la empresa, también se contemplaba el desarrollo de "macrolotes" en diversas secciones del terreno, con la intención de desarrollar más proyectos turísticos y espacios residenciales a lo largo de 100 años de operación, lo cual implicaría mayores impactos ambientales futuros.
Luego del desistimiento de la empresa promovente, Greenpeace aseguró que “es una victoria para la selva maya, pero habrá que mantener la atención permanente para lograr una protección más sólida a esta zona de gran valor biocultural, el pulmón verde de México”.