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Finanzas Personales

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¿Qué harías si recibes una gran suma de dinero? (I)

Es fundamental tener claro cuáles son los valores que nos mueven y nuestras prioridades.

Hay gente que recibe una gran cantidad de dinero de golpe, por ejemplo, una herencia importante o el producto de la venta exitosa de un negocio, o quizá lo que es menos probable por un premio en el sorteo mayor de la Lotería o Pronósticos Deportivos.

¿Qué harías si eso te pasara?

Muchas personas piensan que esto les podría resolver toda la vida; sin embargo, si uno no es cuidadoso, puede terminar por complicarnos. Hay una estadística en Estados Unidos que demuestran que 70% de los ganadores de lotería se gastan todo su dinero en unos pocos años.

La mayoría de ellos termina muy endeudado. Esto mismo ha sucedido con muchos deportistas: futbolistas, boxeadores que ganaron millones de dólares en una corta carrera deportiva y que años más tarde están en la más absoluta miseria, tristemente.

¿Por qué sucede eso?

Los psicólogos dicen que porque no sabemos manejar nuestras emociones. De hecho, el recibir cantidades importantes de dinero provoca una gran cantidad de reacciones que van desde la euforia hasta la depresión intensa.

Empieza una enorme presión social, pero también un deseo individual de pertenecer a otro grupo. Olvidamos a los amigos verdaderos, a la vez que nos surgen otras relaciones que están basadas, más que nada, en el interés. Todo esto en realidad es muy difícil de manejar y nos hace tomar decisiones muy apresuradas.

Por difícil que parezca, es muy fácil gastar en poco tiempo millones de dólares en cosas que antes no teníamos: autos, yates, viajes o incluso casas de ensueño. Lo difícil realmente es administrarlo y mantener un buen nivel de vida, sin exageraciones, durante el resto de nuestra vida.

Ahora bien ¿Por qué muchas personas que reciben mucho dinero terminan endeudados poco tiempo después? Pues bien, cuando ven que se les acaba, y tienen todavía una presión social importante, caen en una espiral sumamente destructiva.

En este espacio siempre hemos manejado que en asuntos financieros, y en la vida misma, es fundamental tener claro cuáles son los valores que nos mueven, así como nuestras prioridades: ¿Qué es lo más importante para nosotros?

No debemos confundir esto con nuestras metas y objetivos. Quiero poner un ejemplo: muchos padres dicen que sus hijos forman parte de sus prioridades. Dicen que su bienestar es sumamente importante, por sobre muchas otras cosas.

Pero sus hijos no son la meta. A partir de esas prioridades pueden establecer objetivos tales como por ejemplo, garantizar su educación superior, o quizá poderles apoyar con una maestría en el extranjero.

Nuevamente: nuestras metas surgen a partir de nuestros valores y prioridades en la vida. Son una especie de brújula que nos ilumina el camino que debemos seguir. Por lo cual si no tenemos claro cuáles son nuestras prioridades, podemos perder fácilmente el rumbo y distraernos con metas que realmente no se corresponden con lo que en realidad queremos en la vida. Recordemos que hay muchos distractores, ganas de tener cosas (como, por ejemplo, la cafetera más moderna o la última pantalla plana de ultra alta definición) que nos pueden incluso alejar de nuestras prioridades.

No se trata de no tener cosas, se trata de que el tenerlas no nos aleje de las cosas que más nos importan. Se trata de vivir en equilibrio.

Una vez que tenemos esto claro y que conocemos cuáles son nuestros valores, motivaciones y qué es lo más importante para nosotros en la vida, entonces podemos aplicar varias estrategias, de las cuales hablaremos en la segunda parte.

Te invito a visitar mi página: http://www.PlaneaTusFinanzas.com, el lugar para hablar y reflexionar sobre finanzas personales.

Twitter: @planea_finanzas

jlanzagorta@eleconomista.com.mx

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