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Geopolítica

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Argentina pide a Reino Unido retomar negociaciones por soberanía de las Islas Malvinas

La petición de retomar el diálogo es un capítulo más en el largo reclamo de Argentina por la islas ubicadas en el Atlántico Sur, actualmente bajo control británico y cuya disputa por su dominio llevó a la guerra de dos meses librada en 1982, cuando el país sudamericano era regido por una dictadura militar.

Foto: Reuters

El Gobierno argentino pidió al Reino Unido reiniciar las negociaciones por la soberanía de las Islas Malvinas, dijo el jueves la Cancillería de Argentina, que agregó que también invitó a los europeos a tener una reunión respecto al tema en la sede de Naciones Unidas en Nueva York.

La petición de retomar el diálogo es un capítulo más en el largo reclamo de Argentina por la islas ubicadas en el Atlántico Sur, actualmente bajo control británico y cuya disputa por su dominio llevó a la guerra de dos meses librada en 1982, cuando el país sudamericano era regido por una dictadura militar.

El canciller argentino Santiago Cafiero "formuló una propuesta para reiniciar negociaciones por la soberanía en la Cuestión Malvinas" en un encuentro con el secretario de Estado para Asuntos Exteriores británico, James Cleverly, en el marco de la cumbre de Cancilleres del G20 en India, dijo el Gobierno argentino.

El Gobierno argentino también "invitó a concretar una reunión para concertar la agenda de negociaciones en la sede de Naciones Unidas en Nueva York", agregó el comunicado de la Cancillería local, respecto a lo hablado en la ciudad india de Nueva Delhi.

El archipiélago en disputa, ubicado a unos 600 kilómetros del territorio continental argentino, es conocido como Falklands en inglés.

Pacto "Foradori-Duncan"

El pacto conocido como "Foradori-Duncan" fue firmado en 2016, durante el gobierno del expresidente liberal Mauricio Macri (2015-2019) por el entonces vicecanciller Carlos Foradori y el ministro de Estado inglés para Europa y las Américas Alan Duncan.

En ese documento los dos países admitieron sus diferencias en materia de soberanía pero acordaron cooperar en los sectores de energía, transporte marítimo y pesca, así como en la identificación de restos de los soldados argentinos caídos en la guerra de las Malvinas en 1982.

El actual gobierno argentino, de otro signo político, lo consideró "lesivo" para el histórico reclamo argentino por la soberanía en las Islas Malvinas, dijo a la AFP una fuente diplomática.

El pacto "realizaba concesiones a los intereses británicos respecto de la explotación de los recursos naturales argentinos en la región y retrocedía notablemente en el justo reclamo por soberanía, además de autorizar conexiones aéreas entre las islas y tercero países", indicó la fuente que pidió anonimato.

Además, aquel acuerdo adoptó la forma de "comunicado conjunto", por lo que no fue necesaria la aprobación del Congreso argentino, obligatoria para pactos internacionales.

En la nota entregada por Cafiero a Cleverly se señala que "Argentina ha buscado colaborar en asuntos concretos como vuelos, actividad científica en la Antártida o conservación y preservación de recursos pesqueros, "sin que la disposición demostrada por la Argentina haya sido respondida de manera recíproca por su gobierno"", señaló un comunicado de Cancillería.

"El Reino Unido ha realizado continuadamente actos unilaterales, que han sido oportuna y debidamente protestados por la República Argentina. A lo largo de este tiempo, el Gobierno británico se ha negado sistemáticamente a reanudar las negociaciones de soberanía a que reiteradamente instan las Naciones Unidas", dice la nota oficial.

Argentina, bajo dictadura militar, y Gran Bretaña se enfrentaron en una guerra en 1982 por la soberanía de las islas. Tras 74 días de enfrentamientos que dejaron 649 argentinos y 255 británicos muertos, Londres retomó el control del archipiélago del Atlántico Sur que ocupa desde 1833.

Cuarenta años más tarde, el reclamo por la soberanía de Malvinas se renueva y unifica a los argentinos para quienes la guerra sigue siendo una herida abierta.

El Reino Unido pretende hacer pesar el resultado de un referendo de 2013, cuando la gran mayoría de los 2.000 pobladores de las islas votaron mantenerse bajo control británico, argumento que usan para ignorar una resolución de las Naciones Unidas de 1965 que invita a ambos países a negociar la soberanía.

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