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Consejo de Seguridad exige negociación con chiítas
El Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas exigió el domingo que los milicianos chiitas hutíes se retiren de las instancias gubernamentales que controlan, liberen al presidente Abd Rabbo Mansur Hadi.
El Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas exigió el domingo que los milicianos chiitas hutíes se retiren de las instancias gubernamentales que controlan, liberen al presidente Abd Rabbo Mansur Hadi y negocien "de buena fe" una salida de la crisis.
Esta resolución, presentada por el Reino Unido y Jordania, fue adoptada por unanimidad por los 15 integrantes del Consejo.
El embajador británico Mark Lyall Grant saludó el "mensaje fuerte y unitario" del Consejo, mientras que su par jordana Dina Kawar dijo que espera que Yemen pueda "evitar caer en el pozo".
Antes de esta votación, los hutíes habían demostrado este mismo domingo que estaban determinados a continuar ocupando el poder, a pesar de las presiones del Consejo de Seguridad, el Consejo de Cooperación del Golfo (CCG) y la Liga Arabe.
Este último organismo convocó para el miércoles una reunión de sus dirigentes encargados de seguir la situación en Yemen.
En su resolución, el Consejo "exige que los hutíes participen, de manera inmediata y sin condiciones, de buena fe en las negociaciones" conducidas bajo la égida de la ONU, que "retiren sus fuerzas de las instituciones del Estado" y que "cedan el control de las instituciones gubernamentales y de seguridad".
Las milicias chiitas deben además "liberar al presidente (Abd Rabbo Mansur) Hadi, a su primer ministro y a los integrantes del gabinete" que permanecen en prisión domiciliaria.
El Consejo pide además a todos los protagonistas de la crisis que "aceleren" las negociaciones y fijen una fecha para un referéndum constitucional y elecciones.
Contempla por otra parte la posibilidad de sanciones -pudorosamente presentadas como "medidas suplementarias- contra quienes no respeten su decisión, pero no va tan lejos como lo deseaban los países del CCG, que el sábado reclamaron la aplicación de medidas coercitivas en función del capítulo 7 de la Carta de la ONU.
Es necesaria una nueva decisión del Consejo para que eventuales nuevas sanciones puedan ser aplicadas.
El Consejo sancionó en noviembre al expresidente Alí Abdalá Saleh y a dos dirigentes hutíes, sin efecto aparente.
Según los diplomáticos, Rusia se rehúsa a votar a favor de las sanciones después de que sufriera las sanciones estadounidenses y europeas por la crisis ucraniana. Moscú considera que los hutíes no son los únicos responsables del caos en Yemen.
La resolución "deplora las rápidas medidas de los hutíes para disolver el Congreso y tomar el control de las instituciones de gobierno", algo que la Liga Arabe y Estados Unidos han calificado de golpe de Estado.
El Consejo "demanda a todos los países miembros que se abstengan de cualquier injerencia que pudiera atizar el conflicto y agravar la inestabilidad, y apoyen una transición política", una alusión implícita a Irán, que respalda a las milicias chiitas.
La resolución exige igualmente garantizar la seguridad de los diplomáticos y de las embajadas. Muchos países de occidente han retirado sus representantes en Saná por la insegura situación.
El secretario general de la ONU, Ban Ki-moon, pidió el jueves "hacer todo lo posible para ayudar a Yemen e impedir que caiga en un precipicio", exigiendo que el presidente Hadi fuese repuesto en sus funciones. Su emisario, Jamal Benomar, que trabaja como mediador en Saná, habló del riesgo de una guerra civil.
Yemen, un aliado clave de Estados Unidos en el combate contra Al Qaida, está sumido en el caos desde que los hutíes se hicieron con el control de la capital, Saná, en septiembre, y sitiaron el palacio de gobierno a finales de enero.
El 6 de febrero, los hutíes anunciaron un nuevo liderazgo.
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