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¿Cuál es la historia del Brexit?
Tras 43 años de pertenecer a la UE, el Reino Unido decidió no pertenecer más a la Unión Europea, una organización política y económica que se presenta como un bloque de países con una sola bandera. La mayoría de los británicos votaron a favor de abandonarla. ¿Pero cuáles fueron los motivos?
El 24 de junio del 2016 ya no había vuelta atrás en el Reino Unido y los resultados, casi definitivos, mostraban una realidad que parecía ser ineludible: tras 43 años de pertenecer a la Unión Europea (UE), la gran Bretaña decidió no pertenecer más a esta organización política y económica. La mayoría de los ciudadanos británicos votaron a favor de abandonarla y después de un dramático conteo, estos fueron los resultados oficiales: 17, 410,742 votos a favor de dejar el bloque, 16, 577,342 votos en contra de la salida de la Unión Europea. El referéndum tuvo una participación del 72 por ciento.
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Desde entonces han pasado dos meses. El evento fue apodado por diferentes medios en todo el mundo, como Brexit . La decisión de dejar el bloque es histórica y marca un punto de inflexión en materia económica, política y geopolítica. El problema es que muchas personas alrededor del mundo, e inclusive muchas personas dentro del Reino Unido, no tienen ni la más remota idea de que trató el Brexit.
La Unión Europea se formó tras la Segunda Guerra Mundial, ante la necesidad de la integración de un bloque económico para afrontar juntos los gastos por la destrucción que dejó la batalla, mientras el grupo cambiaba de nombre y sumaba incorporaciones a los seis originales. Hasta antes de la salida del Reino Unido, el grupo estaba conformado por 28 países que se benefician política y económicamente.
La intención de hacer una unión geopolítica, era la de incluir tantas naciones como fuera posible con la intención de evitar que mucho poder se acumulara en pocas manos y así evitar conflictos. En la actualidad con 500 millones de personas que se rigen bajo las leyes de la UE y un PIB combinado de casi 19 billones de dólares, la UE es extremadamente poderosa a nivel mundial.
El que el Reino Unido hubiera decidido salirse de la UE, fue un hecho clave en la historia del grupo.
El 52% de los británicos votaron a favor de la salida del grupo. El 23 de junio pasado se llevó a cabo la consulta, en la que prácticamente cualquiera que pudiera votar estaba invitado a participar en la decisión del país. Desde que el primer ministro James Cameron anunció la consulta, los debates en el país expusieron las líneas argumentativas por las que se dividirían los británicos por meses.
El asunto se complica al analizar que el plebiscito fue de carácter consultivo y nunca se estableció como una obligación marcada por la ley. Hasta ahora, no se ha iniciado ningún proceso formal para la salida del bloque y los beneficios y las obligaciones permanecen. Uno de los problemas que se originaron con la victoria del Brexit, fue que algunos de los estados miembros de la UE ya no quieren que el Reino Unido sea una parte del grupo y han acusado de tratos injustos y especiales para la Gran Bretaña. Estos clamores no son nuevos pero se avivaron tras la decisión británica.
El argumento para permanecer en el bloque era bastante claro: Los beneficios económicos, sociales y culturales derivados de pertenecer a una unión con fronteras abiertas eran mayores que las obligaciones que tenía la Gran Bretaña con la UE. Lo extraño del caso fueron las quejas constantes del papel que ejercía el Reino Unido en la UE y las restricciones derivadas de pertenecer como miembro. A la vista de cualquiera las razones para votar por quedarse parecían estar alineadas hacia el sentido común que a la lealtad que los británicos pudieran sentir hacia Europa, y pese a los muchos argumentos que economistas de todo el mundo dieron sobre las consecuencias que pesarían sobre la economía de la isla, la gente voto por la salida.
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Los argumentos pro Brexit tomaron un tono más cultural y social frente a lo económico por lo que se enfocaron más en cuestiones migratorias. Debido a la política de fronteras abiertas, el argumento de los que votaron por abandonar el bloque se centraron en que los inmigrantes quitaban los empleos a los británicos, los extranjeros eran los culpables del aumento de la criminalidad y los forasteros habían disuelto la esencia de la nación. Dichos argumentos levantaron las voces en contra de las ideas xenofóbicas que alimentaban el debate entre los dos lados del Brexit.
Muchos de los habitantes del Reino Unido tienen el sentimiento de que ellos no tienen por qué ser responsables de las fallas económicas de otras naciones, como el caso de las crisis en Grecia y España y además recibir la creciente ola de refugiados provenientes del medio oriente y el norte de África, así como de Europa oriental.
La mayoría de los que votaron a favor del Brexit fueron los habitantes más grandes de edad de clase trabajadora que viven en ciudades pequeñas, mientras que la mayoría de los votos para quedarse en el bloque fue gente más joven con mejores empleos que viven en las ciudades.
Como ya mencionamos, algunas de las consecuencias del Brexit serían las afectaciones del libre tránsito, lo que limitaría oportunidades académicas o la posibilidad de viajar con mayor libertad, lo que afecta al turismo, sin mencionar la evidente separación cultural de la vida europea. Pero más allá de eso, en términos económicos significa para el bloque perder la sexta parte del poder económico de la UE, lo que podría ocasionar un desbalance en términos de poder económico y que irremediablemente adquiriría alguna otra de las potencias económicas, como Alemania. Esto podría ocasionar una inestabilidad política dentro del grupo al aumentar la influencia de las naciones más poderosas económicamente dentro del grupo, una clara contradicción a los ideales con los que se formó el grupo.
Después de que se dieron a conocer los resultados del referéndum, el primer ministro del Reino Unido, David Cameron, renunció a su puesto y su lugar fue ocupado por Theresa May, una laborista que si bien no ha hecho público su apoyo al Brexit, tampoco hizo mucho por permanecer en el grupo. Una de las voces que apoyaron abiertamente el Brexit fue el ex alcalde de Londres, Boris Johnson, y que tras la salida de Cameron fue designado como Secretario de Relaciones Exteriores. Otro de los cambios en el panel de ministros de la Gran Bretaña es el de Liam Fox, que asumió cargo como Ministro de comercio exterior. Liam Fox apoyó abiertamente la campaña del Brexit. Con estos cambios parece claro que la Gran Bretaña se prepara para invocar el artículo 50 del tratado de Lisboa, que permite a los países miembros tomar la decisión unilateral de abandonar el grupo. El proceso llevaría aproximadamente dos años.
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Es difícil, predecir exactamente cuáles serían las consecuencias del Brexit. Pero el hecho de que los sentimientos xenófobos se hicieran públicos propició algunos altercados contra ciudadanos no británicos. Tendremos que esperar algunos años para poder analizar fríamente cuáles fueron las repercusiones de la decisión que se tomó el 23 de junio. Lo cierto es que aún está muy fresco y pese a que la mesa está puesta para que se tomen acciones que seguirían a la voluntad del pueblo británico, no se han hecho cambios formales en la relación con la UE.
Con información de scienceabc.com y la BBC
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