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Geopolítica

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En Europa, ciencia choca con altos costos

Utilizando un aparato que genera más frío que el espacio sideral, los científicos en el centro de investigación más ambicioso del mundo indagan sobre los dilemas del universo.

Ginebra. Utilizando un aparato que genera más frío que el espacio sideral, los científicos en el centro de investigación más ambicioso del mundo indagan sobre los dilemas del universo, trabajando para recrear la ensalada cósmica que dejó la Gran Explosión. Al mismo tiempo, el famoso instituto enfrenta un dilema más mundano: cómo cubrir sus costos.

Una era de austeridad fiscal ya se hizo realidad sobre Europa, conforme los gobiernos actúan para recortar deficiencias presupuestarias sin precedente, tratando de evitar una crisis estilo griego eliminando de todo: desde ayuda a madres solteras hasta puestos públicos que alguna vez fueron intocables.

Ante presiones políticas cada vez mayores, algunos países se están retractando de participar en proyectos regionales nobles pero costosos, como la Organización Europea de Investigaciones Nucleares (CERN), sede de la célebre Máquina de la Gran Explosión , un complejo que cubre por muchos kilómetros ambos lados de la frontera entre Suiza y Francia.

Las instrucciones de varios gobiernos europeos para el CERN son claras e irrefutables. Hay que bajar costos. Así, el centro que dirige el suizo Rolf-Dieter Heuer decidió paralizar de inmediato y hasta 2012 los 9 aceleradores de partículas que tiene, con lo que ahorrará 25 millones de dólares al año tan sólo en electricidad.

La decisión significará más de un año de oportunidades perdidas para la interminable cauda de científicos de todo el mundo que visitan el centro y que trabajan en proyectos como el de capturar un átomo de antimateria, con objeto de entender mejor la formación temprana del universo.

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