Giuliani ataca las reformas anticorrupción de Rumania

Es inusual que un abogado estadounidense se oponga a los esfuerzos contra la corrupción en una de las naciones más corruptas de Europa. Pero es aún más inusual si ese abogado también representa al presidente de los Estados Unidos, cuyo Departamento de Estado ha adoptado la posición opuesta.

Después de que el abogado de Trump, Rudolph W. Giuliani, enviara una carta al gobierno rumano la semana pasada, pidiéndole que frene la lucha contra la corrupción por temor a “que continúe dañando el Estado de Derecho en Rumania, bajo pretexto de hacer cumplir la ley”, funcionarios del departamento parecían desconcertados.

“¿Querían saber si esto es lo que pienso?”, preguntó Giuliani. A lo que respondió: “Absolutamente”.

“Soy un ciudadano privado”, dijo Giuliani, respondiendo a una pregunta sobre la contradicción que existe entre su punto de vista con el Departamento de Estado, que ha acogido con satisfacción la campaña de anticorrupción rumana.

El problema, con el argumento de Giuliani, es que en Rumania no se le percibe como un ciudadano estadounidense privado. De hecho, la carta del abogado de Trump se está convirtiendo rápidamente en un arma clave para los funcionarios rumanos que quieren debilitar a las autoridades anticorrupción del país.

Dragnea defiende a Giuliani

El líder del gobernante Partido Social Demócrata de Rumania, Liviu Dragnea, hizo referencia a la carta de Giuliani en una declaración esta semana: “La probidad moral y profesional de Giuliani es respetada en todo el mundo”.

Los lazos de amistad entre el político rumano con el gobierno la administración Trump se exhibieron públicamente el año pasado cuando Dragnea se reunió con el presidente de Estados Unidos en el Trump International Hotel, en Washington, según una publicación de Facebook que Dragnea publicó. Dragnea recuerda a Trump diciéndole: “¡Rumania es importante para nosotros!”.

En ese momento, el partido de Dragnea estaba impulsando una estrategia para derogar algunas de las duras leyes anticorrupción que el país introdujo en las últimas décadas, un esfuerzo que en ocasiones ha sido obstaculizado por el presidente rumano Klaus Iohannis, quien lidera el Partido Liberal.

El embajador rumano en Washington, George Maior, escribió una carta en respuesta a la de Giuliani. En ella explica que un lobby integrado por rumanos que han tenido problemas con la justicia ahora trata de presionar a los partidos políticos y a la sociedad que han apoyado a las reformas contra la corrupción. El ministerio de Exteriores rumano desacreditó lo dicho por su embajador.