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Geopolítica

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Hifter pasó años en el exilio en Virginia, EU

Dos semanas antes de que planeara el asalto a dos de las principales ciudades libias, Khalifa Hifter ofreció una cena a un aliado potencial en la Corte.

Dos semanas antes de que planeara el asalto a dos de las principales ciudades libias, Khalifa Hifter ofreció una cena a un aliado potencial en la Corte. Hifter siempre se había visto como un hombre de confianza, un ex general que pasó años en el norte de Virginia exiliado, hasta que regresó a casa para la revolución libia del 2011.

¿Crees que voy a cometer suicidio? , preguntó Hifter a su nuevo amigo y partidario, el empresario Fathallah Bin Ali, mientras cenaban en Benghazi.

Hoy en día, Hifter, de 71 años, lidera lo que parecer ser el desafío más grave para el gobierno de Libia desde el derrocamiento de Muamar Gadafi en el 2011. Los ataques de las fuerzas de Hifter en Benghazi y Trípoli han dejado más de 70 muertos y decenas de heridos en los últimos días. Además de que las tropas leales a él invadieron el Parlamento.

Libia puede ahora estar dirigiéndose a una guerra civil. El lunes, las milicias adicionales dieron su apoyo a Hifter, incluyendo aquellos que permanecen en una base aérea en la ciudad de Tobruk, combatientes que han ocupado franjas de la infraestructura petrolera del país y miembros de una milicia importante de Benghazi. Mientras tanto, los combatientes de la poderosa ciudad de Misurata manifestaron que pronto se trasladarán a Trípoli para contrarrestar el asalto de Hifter.

Hifter planeó su operación durante meses, según sus amigos. Su objetivo es librar al país de las milicias islamistas que, él acusa, aterrorizan al país.

El gobierno central de Libia no ha logrado formar un Ejército ni una fuerza policial unificada de las decenas de milicias bien armadas que surgieron en la revolución, ni ha logrado detener los asesinatos y secuestros que afectan a este país rico en petróleo.

En los últimos meses, Hifter reunió a sus aliados en Beida, a 125 km al este de Benghazi, muchos de ellos ex oficiales, además de haber ocupado tribunales con políticos afines y líderes tribales.

CAMBIÓ DE BANDO EN 1980

Cuando era un joven oficial del Ejército, Hifter participó en el golpe de Estado que llevó a Gadafi al poder en 1969. Pero Hifter cambió de bando a finales de 1980, después de que fue capturado mientras peleaba por el Ejército de Gadafi en una guerra en Chad.

Se convirtió en el líder de un grupo rebelde llamado Ejército Nacional libio, que según él recibió el apoyo de EU, país donde se refugió más tarde. Al parecer, se convirtió en ciudadano estadounidense y votó en las elecciones del 2008 y del 2009, según documentos.

Hifter residió en Falls Church hasta el 2007 y más tarde se mudó a Viena, cerca del campo de golf del Country Club Westwood.

Cuando Hifter regresó a Libia en el 2011, fue recibido como héroe y líder de las crecientes fuerzas rebeldes del país. Sin embargo, algunos de los que lo conocieron antes del exilio refirieron que era arrogante y sólo buscaba el poder.

Algunos de sus aliados aún parecen indecisos sobre apoyar a Hifter debido a su larga ausencia.

Líder de la revuelta de Libia descarta negociaciones compromete a luchar

Trípoli. El ex general que encabeza un levantamiento armado en Libia dijo que no iba a negociar con sus rivales y que confía en el uso de la fuerza para lograr sus objetivos.

La confrontación es la solución , afirmó Khalifa Hifter en una entrevista telefónica con The Washington Post desde su cuartel general en Benghazi. No creo que las conversaciones funcionen con ellos , añadió.

El viernes, Hifter lanzó una ofensiva en Benghazi contra las milicias islamistas que han sido culpadas por una serie de asesinatos. Al menos 70 personas murieron y decenas resultaron heridas en los combates más intensos desde la revolución que derrocó al dictador Muamar Gadafi en el 2011. El asalto fue seguido dos días después por un ataque contra el Parlamento por milicias leales a Hifter.

Él y sus aliados calificaron su campaña como una guerra contra el terrorismo, a pesar de que una compleja red de intereses y cambios de lealtad también entran en juego.

Hifter manifestó que no reconocía la autoridad del Parlamento liderado por islamistas.

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