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Geopolítica

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Lula reclama legado “desastroso” de Bolsonaro

Luego de haber cumplido 20 años de su primer gobierno presidencial, el político brasileño asume la presidencia lanzando fuertes críticas a su antecesor.

Foto: Reuters

Brasilia. Lula da Silva fue investido el día de ayer por tercera vez presidente de Brasil, en una ceremonia en el Congreso de Brasilia marcada por la ausencia de su predecesor, el ultraderechista Jair Bolsonaro.

Exactamente 20 años después de acceder al poder por primera vez, Luiz Inácio Lula da Silva, de 77 años, fue proclamado presidente junto a su vice, Geraldo Alckmin, al pronunciar su "compromiso constitucional".

La ceremonia se inició con un minuto de silencio en recuerdo del exastro brasileño Pelé y de Benedicto XVI, ambos fallecidos esta semana.

Al Congreso, Lula llegó con el tradicional Rolls Royce negro descapotable junto a la primera dama "Janja", ante los vítores de sus seguidores, algunos de ellos con lágrimas en los ojos.

Contrariamente a la tradición, su predecesor estuvo ausente. Bolsonaro viajó el viernes a Estados Unidos, dos días antes de finalizar su periodo de gobierno.

"El diagnóstico que recibimos del gobierno de transición es desastroso. Vaciaron los recursos de salud, desmontaron la educación, la cultura, la ciencia y la tecnología, destruyeron la protección del medio ambiente", dijo Lula en su primer discurso tras su investidura en el Congreso.

"No hace falta derribar ningún árbol más", basta "replantar los 30 millones de hectáreas de tierra degradada, es posible vivir sin talar madera, sin incendios, sin invadir nuestros biomas,", afirmó Lula.

Al izquierdista lo arroparon una veintena de jefes de Estado, el mayor número para una toma de posesión en Brasil.

Entre estos, figuran los mandatarios de Argentina, Chile, Colombia, Ecuador, Paraguay, Honduras y Uruguay, además del rey de España, Felipe VI.

Washington envió a la secretaria de Interior, Deb Haaland, la primera indígena en integrar un gabinete en Estados Unidos y dura crítica de Bolsonaro, mientras que por parte de China asistió el vicepresidente Wang Qishan.

Por primera vez desde 1985, un mandatario saliente no pasó la banda presidencial, acto que tuvo lugar después de la ceremonia en el Congreso, en el Palacio de Planalto.

Fuerte seguridad

La ceremonia cuenta con un dispositivo de seguridad inédito, con hasta 8,000 policías movilizados.

La policía brasileña detuvo este domingo a un hombre que intentaba entrar en el área de la Explanada de los Ministerios donde se hallan las instituciones portando un cuchillo y fuegos artificiales.

Los preparativos para la toma de posesión se habían visto sacudidos luego de la detención de un bolsonarista que colocó un explosivo cerca del aeropuerto de Brasilia para "causar caos", provocar la declaración de un estado de sitio y evitar así la asunción, según su propia confesión.

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