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No sólo Lula, ahora Temer es detenido
El expresidente brasileño es el presunto jefe de “una organización criminal” que negociaba sobornos a cambio de contratos.
Río de Janeiro. El expresidente brasileño Michel Temer fue detenido por la investigación del caso Lava Jato, como es conocida la mayor operación de combate a la corrupción en la historia de Brasil y que destapó un gigantesco escándalo de desvíos de la petrolera estatal Petrobras.
La detención del exmandatario fue ordenada por el juez federal de Río de Janeiro, Marcelo Bretas, que también solicitó el arresto del exministro Wellington Moreira Franco, un importante colaborador de Temer y su correligionario en el partido Movimiento Democrático Brasileño (MDB).
La fiscalía llegó a solicitar dos veces ante la Corte Suprema la apertura de juicios por corrupción contra Temer, pero el Congreso se negó a autorizar los procedimientos, por lo que todas las causas en su contra dependían de la pérdida del fuero privilegiado con el fin de su mandato.
Los procesos contra el exmandatario fueron remitidos a jueces de primera instancia una vez que perdió el fuero privilegiado, por lo que ya se esperaban medidas judiciales en su contra.
Sobornos a paraestatal
Temer fue apresado en São Paulo y será trasladado hacia Río de Janeiro en un avión de la policía federal. Allí rendirá indagatoria ante el juez que ordenó su detención preventiva, es decir, sin plazo para su liberación.
Lo más probable es que sea recluido en las celdas de la sede de la Superintendencia de la Policía Federal en Río de Janeiro, donde son conducidos los detenidos por casos de la Lava Jato en esta ciudad.
La detención fue ordenada en el marco de una investigación abierta para verificar supuestas irregularidades en contratos firmados por empresas ya condenadas en el marco de la operación Lava Jato y Eletronuclear, la estatal que opera las plantas nucleares del país.
Según la denuncia, las empresas que se adjudicaron los contratos con Eletronuclear pagaron sobornos para favorecer a dirigentes del MDB, la formación liderada por Temer y cuyos dirigentes controlaron por muchos años todas las estatales del sector eléctrico del país.
Esos contratos sospechosos fueron firmados en el 2016 cuando Temer ya presidía Brasil.
La denuncia fue hecha por el propietario de la empresa Engevix, José Antunes Sobrinho, quien aceptó colaborar con la justicia y delatar a sus cómplices a cambio de la reducción de sus condenas.
El empresario aseguró que pagó sobornos a pedido del coronel de la reserva Joao Baptista Filma Filho, un amigo muy cercano de Temer y cuya prisión también fue ordenada, para adjudicarse uno de los contratos en la construcción de la central nuclear Angra 3.
Lula ya no está solo.