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Geopolítica

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PIB de Francia cerró 2022 con crecimiento de 2.6%

Pese a los efectos de la guerra en Ucrania, sobre todo en los precios de la energía, la economía creció un 2.6% del PIB el año pasado tras la fuerte recuperación poscovid en 2021 (+6.8%), según el instituto de estadística Insee.

Foto: AFP

La economía francesa logró resistir en 2022, en un contexto marcado por la crisis energética y la inflación, pero se ralentizó notablemente a finales de año, lo que anuncia un 2023 más difícil.

Pese a los efectos de la guerra en Ucrania, sobre todo en los precios de la energía, la economía creció un 2,6% del PIB el año pasado tras la fuerte recuperación poscovid en 2021 (+6,8%), según el instituto de estadística Insee.

Este crecimiento "sostenido" en 2022 "atestigua el fuerte repunte de nuestra economía tras el impacto del covid y su resistencia frente a la crisis energética", celebró el ministro de Economía, Bruno Le Maire.

La segunda economía de la Unión Europea (UE) entró en cambio en una zona de riesgo con una ralentización en el cuarto trimestre (+0,1%) respecto a los tres meses anteriores, lastrada por una inflación que golpea a los hogares.

Aunque las cifras son mejores de lo previsto, sobre todo por la mayor actividad vinculada a la "salida de la crisis sanitaria" a finales de 2021, la economía se volvió "menos dinámica" trimestre a trimestre, según el Insee.

"Es una resistencia de fachada", comentó a la AFP Maxime Darmet, economista de Allianz Trade. "El consumo va mal y las importaciones caen tanto que no es buena señal: la demanda interna sigue muy débil", apuntó.

El alza de precios lastró el consumo de los hogares, motor tradicional del crecimiento, que se situó en -0.9% en los tres últimos meses de 2022. El otoño cálido registrado y el ahorro de energía hicieron que el consumo energético cayera.

La inflación se aceleró ligeramente en enero, a un 6% interanual (5.9% en diciembre), por el alza de precios de la energía (13.2%) y de la alimentación (16.3%), según el instituto oficial de estadística.

Los economistas consideran que la situación habría sido peor sin las medidas adoptadas por el presidente liberal Emmanuel Macron, cifradas en miles de millones de euros, para apoyar a los hogares frente a la crisis energética.

El comercio exterior contribuyó al crecimiento. Las importaciones retrocedieron mucho más que las exportaciones, aunque se espera un déficit comercial récord para el conjunto de 2022.

Pesimismo

El inicio de 2023 se anuncia difícil. La inflación debería continuar su progresión hasta un pico alrededor del 7% a principios de año, según el Insee, alimentado por el fin a las ayudas al combustible y a nuevas alzas de la energía.

"Esto debería empujar a los hogares a permanecer más bien pesimistas", según Stéphane Colliac, economista de BNP Paribas.

La actividad debe sentir también de pleno el impacto de la política monetaria del Banco Central Europeo (BCE), que podría decidir el jueves aumentar de nuevo sus tasas de interés.

La institución aplica desde mediados de 2022 una política de tasas de interés altas para enfriar la actividad económica y frenar la escalada de precios provocada por la guerra en Ucrania.

El Fondo Monetario Internacional (FMI) prevé un crecimiento del 0.7% del PIB en Francia en 2023, tres décimas menos que la previsión del gobierno.

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