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Aumentan recursos para el campo, pero no en programas que fomentan la productividad: Especialistas

Altos costos de producción, elevada inflación y sequía en varios estados del país son algunos de los retos que enfrenta el sector hacia el 2024

Para el 2024, el campo mexicano enfrentará varios retos, entre ellos hacer rendir el presupuesto asignado por el Ejecutivo Federal para el sector en medio de la fuerte sequía que enfrentan varios estados del país, aunado con una inflación que aún se mantiene en niveles altos.

Cabe señalar que el Presupuesto de Egresos de la Federación para el Ejercicio Fiscal 2024 (PEF) que será aprobado de manera general por el Congreso de la Unión en los próximos días, asigna 74,110 millones de pesos para el Ramo 08 (Agricultura y Desarrollo Rural), monto superior por 3,581 millones respecto a 2023, lo que representa un crecimiento de 5.08 por ciento.

Asimismo, se contempla que el Programa Especial Concurrente para el Desarrollo Rural Sustentable (PEC), tenga un presupuesto de 440,594 millones pesos, lo que representa un incremento de 9.02% con respecto al aprobado en 2023.

Si bien se trata de incrementos destinados al campo, especialistas aseguran que las vertientes a las cuales se les otorgó mayores recursos no fomentan la productividad del sector.

PEC

El Programa Especial Concurrente para el Desarrollo Rural Sustentable es una herramienta que ayuda a entender la manera en la que el gobiernoatiende las políticas públicas en materia de desarrollo rural.

En un análisis del Grupo de Consultores de Mercados Agrícolas (GCMA), se explica que la evaluación del gasto por vertiente del PEC tiene un componente social-asistencial muy alto debido a la carga de los programas de pensiones para adultos mayores (cabe recordar que el 46% de la población rural tiene más de 60 años), el programa de sembrando vida, y los programas de abasto rural de Diconsa y Liconsa.

Señalan que la vertiente de infraestructura tiene un incremento sustancial pero no en caminos rurales o infraestructura hídrica, sino en el gasto que les transfiere a los municipios y que existe mucha opacidad sobre el destino.

“Las vertientes salud y educación que tienen poco impacto en el desarrollo nacional. El 36% de la vertiente educación se origina en la entrega de las becas del Bienestar Benito Juárez”, se explica.

“El PEF tiene un componente asistencialista, que se incrementa en 115,000 millones de pesos. La respuesta del ejecutivo a la coyuntura no genera las bases para elevar la productividad con baja inflación”, advierte GCMA.

Sader

En cuanto al presupuesto asignado a la Sader, los especialistas señalan que muestra una orientación hacia el gasto asistencial contra el gasto productivo.

De acuerdo con un análisis del centro de investigación de Fundar, se observa que en tres de los programas presupuestarios de la Sader se concentraría el 62.45% del total del ramo: Fertilizantes, Producción para el Bienestar y Precios de Garantía a Productos Alimentarios Básicos. Los once programas restantes ejercerán 37.55% del total del ramo.

“El programa de actividades de apoyo administrativo será el único que tendrá un incremento significativo, de 7.27%, mientras que el programa Regulación, supervisión y aplicación de las políticas públicas en materia agropecuaria, acuícola y pesquera tendrá una reducción de 4.20%, es decir, 82.6 millones de pesos menos, lo que pone en riesgo la compilación de información que permita optimizar la aplicación de los programas principales, como el de fertilizantes, producción para el bienestar y precios de garantía”.

Coeditora de Suplementos Financieros y Especiales. Periodista especializada en temas relacionados con mercados financieros, fondos de inversión, uniones de crédito, seguros, pensiones y finanzas personales. Coeditora de los reportes especiales de El Economista, como Universidades, Salud, Coworking y Turismo.

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