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Eficientar procesos productivos, el principal reto para reducir la huella hídrica
Para 2050, uno de cada dos habitantes en el mundo podrá sufrir por escasez de agua, generada por un consumo excesivo tanto directo como indirecto
El descuido del medio ambiente y el mal uso de agua, se han convertido en factores relevantes que contribuyen al cambio climático, por ello, es importante adoptar prácticas sostenibles para mitigar dichos impactos para las futuras generaciones.
Dada la importancia que tiene el buen manejo del agua en el planeta es responsabilidad de todas las personas saber y comprender que la cantidad que utilizamos impacta en nuestro entorno, de tal manera que conocer cuál es nuestra huella hídrica, para reducirla, es esencial para contribuir a la conservación de este recurso vital para las generaciones futuras.
¿Qué es la huella hídrica?
El concepto de huella hídrica nació en el año 2002, en la Universidad de Twente, en Holanda y es un indicador que estima la cantidad total de agua dulce utilizada en la producción de un bien o servicio. Esto incluye el agua utilizada durante todas las etapas de la cadena productiva.
Un informe de Water Footprint Network señala que la huella hídrica nos permite conocer el volumen de agua consumida o utilizada por una persona, un producto, una empresa o un país.
Para su cálculo, es preciso considerar tanto el uso directo del agua (aquella destinada a la producción o integrada en el propio producto) así como el uso indirecto a través de la cadena de suministro (transporte, fabricación, etc). La huella hídrica de los alimentos contabiliza todos los litros de agua necesarios para que un alimento llegue a nuestro plato.
¿Por qué es importante medir nuestra huella hídrica?
Especialistas consultados coinciden en que al hacer visible la cantidad de agua que utilizamos en nuestra vida diaria se genera una mayor consciencia y responsabilidad sobre su uso.
En entrevista para El Economista, la Doctora Thalía Cruz, profesora investigadora del Centro de Agua del Tec de Monterrey, explica que dicho indicador es una herramienta útil tanto a nivel personal como en empresas o industrias que puede ayudar a tomar decisiones más inteligentes y acertadas sobre su uso y de esta manera gestionar mejor los recursos.
“El saber que tan buen uso le damos al agua que consumimos o usamos nos puede ayudar a promover la sustentabilidad e incluso generar una mayor responsabilidad social y optimizar procesos contribuyendo a su preservación”.
La especialista refiere que los datos más recientes indican que un mexicano consume en promedio alrededor de 1,500 metros cúbicos de agua, arriba del promedio mundial que es 1,240 metros cúbicos por año por persona.
“Para imaginarnos cuánta agua puede ser esto, es más o menos la cantidad de agua que cae en las cataratas de Iguazú en un segundo”, refiere.
“Tenemos un alto consumo, nuestra huella hídrica es una de las más grandes a nivel mundial, la octava mayor en mundo debido al tamaño de nuestra población”.
Asimismo, indica que del total la mayor parte se usa en el sector agrícola, industrial y doméstico, por lo cual es urgente llevar a cabo medidas que optimicen el recurso y se reduzca el desperdicio.
“Es muy importante que en nuestro país desarrollemos políticas públicas, usar diferentes tecnologías que nos permitan hacer un manejo sustentable de este recurso para poder reducir nuestra huella hídrica sin afectar nuestra economía y desarrollo”.
La Doctora Thalía Cruz explica que debido al periodo largo de sequía que se vive a nivel mundial es urgente incentivar proyectos que contribuyan hacia un uso más eficiente del recurso hídrico.
Añadió que para reducir la huella hídrica o el consumo se requiere de una suma de varias acciones en conjunto tanto a nivel personal como en cada fase de la cadena productiva.
“Tenemos fugas en los suministros, hay proceso en los que a lo mejor no se requieren agua potable y en lo que podemos diversificar esas fuentes de agua y empezar a incluir agua residual tratada”, indicó
“Necesitamos entender los procesos y ver en qué parte podemos eficientar los procesos, disminuir el consumo usando diferentes tecnologías, hay innovación que nos permite usar menos agua”
De acuerdo con Proyecto Impacto al medir la huella hídrica de las empresas mexicanas es crucial por varias razones. En primer lugar, ayuda a comprender el impacto ambiental de las actividades diarias de las organizaciones.
Y esto es muy importante, porque al calcular huella hídrica México, las empresas pueden conocer cuál es el impacto que están teniendo respecto al recurso hídrico, comenzar a tomar medidas de reducción de la huella hídrica y, algo clave en el contexto hídrico actual de México, medidas de adaptación que permitan que las empresas mexicanas no vean afectadas sus operaciones por la actual crisis del agua en México.
Hábitos alimenticios
Asimismo, empresas como EsAgua, explica que reducir la presión sobre los recursos hídricos en la producción de alimentos es uno de los retos añadidos al desafío global de alimentar a una creciente población mundial.
“Nuestros hábitos alimenticios hacen que la humanidad necesite demasiada agua. En este contexto, la demanda global de agua para la producción de alimentos aumenta, y con ello también lo hace la competencia por el uso de los recursos hídricos, necesarios para llevar a cabo esta producción. Esta competencia se acelera dada la falta de disponibilidad de agua en muchas regiones y la amenaza del cambio climático sobre la escasez de recursos de agua dulce”.
Alimentos
De acuerdo con la empresa especialista hay alimentos que contienen una mayor huella hídrica que otros, por ejemplo, la carne requiere un uso más intensivo del agua para su producción. El volumen de agua necesario para plantar el alimento de los animales (uso indirecto del agua) es uno de los aspectos que más influyen en que los productos cárnicos sean los alimentos con mayor huella hídrica.
En el caso de las frutas y verduras, estos alimentos son los que menor impacto tienen en los recursos hídricos. Se estima que las verduras tienen una huella hídrica de 322 litros por cada kilogramo, De acuerdo con la Secretaría de Agricultura Ganadería y Pesca (Sader), el 86% de la huella hídrica de un mexicano proviene de productos alimenticios y bebidas.
El agua es recurso limitado que hay que cuidar, su extracción y gestión también tiene un impacto en la emisión de CO2 debido a la energía requerida para el tratamiento y la distribución del agua. Por tanto, la huella hídrica busca fomentar un consumo responsable que evite la explotación indebida de los recursos hídricos y de esta manera combatir el cambio climático.
Ante lo anterior, los especialistas consideran que para disminuir el uso del recurso hídrico es necesario diversificar las opciones de abastecimiento e integrar nuevas alternativas como: el uso de agua tratadas en procesos productivos, la captación de agua de lluvia, integrar dispositivos de bajo flujo para evitar el desperdicio, entre otras.