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Fiestas de fin de año: Impacto turístico y económico en el mundo

Un viaje global a través de las tradiciones de fin de año y de año nuevo, su impacto en la economía y la cultura.

A medida que el reloj marca la medianoche del 31 de diciembre, millones de copas se alzan alrededor del mundo en un acto simbólico de esperanza, renovación y celebración. El brindis de fin de año, más que una simple tradición, se ha convertido en un fenómeno cultural y económico de gran importancia. Desde las bulliciosas calles de Nueva York hasta las pacíficas playas de Bali, cada rincón del mundo tiene su propia manera de recibir el nuevo año, reflejando la diversidad cultural y las distintas industrias que prosperan gracias a estas festividades.

Nueva York: El epicentro del entretenimiento

En Nueva York, la icónica bajada de la bola en Times Square atrae a millones de espectadores tanto en persona como a través de las pantallas. El sector del entretenimiento y la hotelería ve un auge significativo durante esta época. Restaurantes, bares y clubes nocturnos ofrecen paquetes especiales de fin de año, generando una importante fuente de ingresos y puestos de trabajo temporales. El brindis en esta ciudad es sinónimo de glamour, fiesta y negocios.

España: Las uvas de la suerte

España ofrece la tradición: el consumo de doce uvas, una por cada campanada a medianoche. Esta costumbre no solo es un desafío divertido, sino que también impulsa la economía local, especialmente en la región de Murcia, el mayor productor de uvas de mesa de Europa. Supermercados y productores locales experimentan un pico en ventas durante diciembre, destacando cómo una tradición cultural puede tener un impacto directo en la economía regional.

Australia: Celebraciones bajo el sol

Mientras el hemisferio norte se abriga, Australia da la bienvenida al Año Nuevo bajo el sol de verano. Las celebraciones en la playa son comunes, y el turismo interno y externo ve un aumento significativo. La industria vinícola, en particular, aprovecha esta época para promocionar vinos espumosos y licores locales, contribuyendo notablemente a la economía del país.

Dubái: Lujo y espectáculo

Dubái, conocido por su amor al lujo y la extravagancia, ofrece algunos de los espectáculos de fuegos artificiales más impresionantes del mundo. Los hoteles de lujo y los centros comerciales ven una afluencia de visitantes internacionales, y el sector del turismo y la hospitalidad experimenta uno de sus momentos más lucrativos del año. El brindis aquí es un acto de opulencia, reflejando la riqueza y el crecimiento económico de la región.  

Brasil: Una fusión de culturas

En Brasil, la celebración de Año Nuevo es una fusión de influencias africanas, indígenas y europeas. En Río de Janeiro, la fiesta en la playa de Copacabana atrae a millones de personas vestidas de blanco, un símbolo de paz y pureza. La industria turística y la venta de bebidas alcohólicas experimentan un crecimiento significativo, mostrando cómo las celebraciones pueden impulsar la economía local y destacar la riqueza cultural

París: Elegancia y romance bajo la Torre Eiffel

París, la ciudad del amor y la luz, brinda una experiencia de Año Nuevo envuelta en elegancia y romance. La Torre Eiffel, iluminada en todo su esplendor, sirve de telón de fondo para un espectáculo de fuegos artificiales que atrae a visitantes de todo el mundo. Los restaurantes y cafés de París, conocidos por su exquisita cocina y vinos, ven un aumento en reservaciones, ofreciendo cenas de gala y brindis con champagne, el cual es sinónimo de celebración y lujo. Esta noche especial subraya la importancia del sector gastronómico y turístico en la economía francesa, así como su contribución a la imagen sofisticada de la ciudad.

México: Colorido y tradición

México celebra el Año Nuevo con un vibrante mosaico de tradiciones y colores. En ciudades como Ciudad de México, Monterrey y Guadalajara, las calles se llenan de fiestas con música, bailes y comida tradicional. El brindis a menudo se hace con sidra, tequila o mezcal, bebidas que son un orgullo nacional y un importante motor económico.

En lugares como Oaxaca, la producción de mezcal experimenta un alza en ventas durante esta época. Además, las tradiciones como quemar muñecos para deshacerse de lo viejo y atraer la buena suerte, reflejan la rica herencia cultural del país. Las celebraciones en México no sólo son un despliegue de alegría y unión familiar, sino también un refuerzo de la identidad cultural y un estímulo para la economía local, especialmente en el sector de alimentos y bebidas.

Estas celebraciones no solo marcan el paso de un año a otro, sino que también desempeñan un papel vital en la economía y en la preservación de las tradiciones culturales en todo el mundo.

Coordinadora de Operación Editorial de Suplementos y Ediciones Especiales de El Economista. Licenciada en Economía por la Universidad Nacional Autónoma de México. Estudió una especialización en Periodismo Económico en la Universidad de Miami, auspiciada por la Fundación Reuters. Ganadora del premio por la "destacada cobertura en finanzas verdes", entregado por la BMV y el Consejo Consultivo de Finanzas Verdes. Ha sido analista de mercados, editora de finanzas y creadora de ranking de negocios, responsabilidad social y mercados, y ha trabajado en la Comisión Nacional de Seguros y Fianzas, Reforma, Excélsior, Mundo Ejecutivo, Expansión, Fortuna, Infosel y Economática.

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