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Los retos de México en la COP27
Se mantienen subsidios a los combustibles fósiles, se desconectan también proyecto de energía renovable y hay infraestructura de insumos fósiles como la refinería de Dos Bocas.
México se presenta con claroscuros a la Conferencia de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático de 2022 (COP27) que tiene lugar en Egipto. Por un lado, con el objetivo de reducir ahora el 30% de las emisiones de gases de efecto invernadero para 2030 y, por el otro, con una disociación entre su política energética y la climática, consideran especialistas en la materia.
"México no está nada más en mala posición, llegando mal parado a esta COP respecto a su política energética... Vamos corriendo en la dirección opuesta a la que deberíamos de ir", opinó Jorge Martínez, integrante de Citizens' Climate Lobby (CCL) en México, un grupo ambientalista internacional.
Recalcó que en el país la realidad económica no está alineada con la climática de la que se ha venido hablando hace tiempo. "Sigue habiendo una brecha de acción y una brecha de ambición", destacó.
Entonces puntualizó que algunas acciones van en sentido opuesto al Programa de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente (PNUMA).
Por ejemplo, mantiene el subsidio a los combustibles fósiles; se están desconectando proyectos de energía renovable en la red; se está construyendo infraestructura fósil -con la refinería Dos Bocas, en Tabasco-, están proponiendo más ciclos combinados con gas fósil y con la iniciativa de reforma eléctrica se favorece a los combustibles fósiles, abundó.
La Conferencia de las Partes o COP27 arranca este domingo y termina hasta el próximo 18 de noviembre en Sharm El-Sheikh, Egipto con 200 países invitados, entre ellos México. Líderes mundiales, ministros y negociadores se reúnen para acordar cómo abordar el cambio climático y sus impactos.
Para Eduardo Piquero, director general de México CO2, México arriba a la COP27 con una “nota mixta”.
Si bien, falta mucho por hacer en algunos sectores, como la agricultura y transporte, mayor coordinación entre el sector público y privado y redoblar las acciones de las empresas, por el otro, el país llega con objetivos renovados en términos de agua (de disposición hídrica) y se compromete a presentar un reporte bianual en 2023 sobre los avances de sus compromisos climáticos.
México tiene una enorme oportunidad y está llamado a ser la punta de lanza en temas del cambio climático, con acciones de generación de energías limpias por la enorme capacidad que tenemos”, resaltó Eduardo Piquero.
Asimismo, la titular de la Secretaría de Medio Ambiente y Recursos Naturales (Semarnat), María Luisa Albores, indicó a finales de octubre que a través de la Contribución Determinada a Nivel Nacional (NDC, por su sigla en inglés) está el compromiso de México de reducir el 30% de gases de efecto invernadero al 2030 (previamente era 22%) y hasta el 40% de manera condicionada.
Para alcanzar estas metas se han identificado 35 medidas en todos los sectores económicos que se reducen en tres áreas: soluciones naturales, transporte bajo de carbono, regulación y fomento industrial. Dentro de estas iniciativas se incluyen programas federales como Sembrando Vida y el Tren Maya.
Según cifras de la Semarnat, a través de estas acciones se puede llegar a mitigar alrededor de 88.9 millones de toneladas de bióxido de carbono equivalente (MtCO2e) para 2030, de forma anual total.
No obstante, en el webinar “México rumbo a la COP27”, la especialista en política climática de Iniciativa Climática de México (ICM) Ana Sofía Tamborrel, dijo que la meta de reducciones del 30% es relevante, pero lo más importante es que nos digan cómo se va a alcanzar ese objetivo porque lo más fácil es poner números ambiciosos, pero el aterrizarlos es lo más importante”.
Sobre el mismo punto, Eduardo Piquero explicó que, si México quiere cumplir con el objetivo de reducir un 30% las emisiones de gases de efecto invernadero para 2030, “el tiempo se nos acaba… y si no reducimos emisiones rápidamente nuestra competitividad se verá completamente afectada”.
Para alcanzarlo, añadió el especialista, se necesita de la participación del sector privado o de las empresas y duplicar el financiamiento hacia proyectos con etiqueta verde.
Duplicar financiamiento
Eduardo Piquero añadió que el financiamiento actual no es suficiente, se necesita, por lo menos, duplicar el monto actual en circulación que asciende a 500,000 millones de pesos, aproximadamente, en bonos verdes emitidos.
“Todo el mercado de bonos verdes apoyó a muchos sectores a reducir más de lo que esperábamos”, dijo el director general de México CO2.
Recordó que México ha sido emisor de bonos sostenibles alineados con los objetivos de desarrollo sustentables (ODS) de la ONU y ha puesto en la lupa el tema del agua.
El país ha colocado bonos soberanos (en dólares, euros, pesos y yenes), en línea con dichos objetivos, por el equivalente de 6,513 millones de dólares.
Por su parte, Banobras como banco sustentable se ha convertido en el emisor más importante en México de bonos sustentables, verdes y sociales. Ha realizado 15 emisiones por alrededor de 47,500 millones de pesos.
“Quien tiene que reducir mucho es el sector privado y a varios que se les ‘escapa la tortuga’. Todavía hoy con toda la evidencia que tenemos hay muchas empresas que si quieren tener un futuro tendrán que hacer sus planes de cambio climático para ayer”, subrayó Eduardo Piquero.
El especialista también dijo que la expectativa de la participación de México es la propuesta de sistema de comercio de emisiones y tiene que mostrar cómo va a funcionar ese piloto.
“Son muchos los desafíos. Es una reunión muy complicada y México tiene que demostrar sus compromisos. El próximo año va a empezar la fase completa del mercado de sistema de emisiones, hasta ahora no se han emitido las reglas de cómo va a funcionar esa etapa de implementación completa”, agregó.
judith.santiago@eleconomista.mx
kg