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Acciones de Unifin ya valen 1 peso en Bolsa; calificadoras lo degradan
En las últimas dos sesiones, los accionistas de Unifin han visto cómo su inversión se ha desmoronado más de 92%, luego de que la arrendadora anunció el lunes que no pagará deuda ni intereses, en tanto busca reestructurar con sus acreedores.
En las últimas dos sesiones, los accionistas de Unifin han visto cómo su inversión se ha desmoronado más de 92%, luego de que la arrendadora anunció el lunes que no pagará deuda ni intereses, en tanto busca reestructurar con sus acreedores.
La decisión no solo tiró el precio de sus acciones, que ya valen sólo un peso, sino que orilló a las calificadoras de riesgo a degradar sus notas y declararla en default.
Este miércoles, Unifin vivió otra dura jornada en la Bolsa Mexicana de Valores (BMV), al profundizar sus pérdidas, terminando con una caída de 31.16 por ciento. Apenas el lunes sus valores se negociaron 13.03 pesos.
Con la caída de los últimos dos días, la pérdida acumulada en las acciones de la firma, dedicada al arrendamiento financiero, es de 92.32 por ciento.
El anuncio del lunes sorprendió al mercado, pero también ha sembrado dudas sobre si este nuevo caso podría tratarse de un problema entre las instituciones financieras no bancarias, ya que otras como Alpha Credit y Crédito Real se encuentran negociando nuevos términos para pagar su deuda.
“Si bien Unifin se ha enfrentado a una situación desafiante durante algún tiempo, el momento del anuncio sorprendió. Hace poco más de dos semanas, el director general, Sergio Camacho, declaró en la llamada de resultados del segundo trimestre, que la compañía estaba lista para acelerar las originaciones porque había mostrado a los mercados que tenía acceso a fuentes alternativas de financiamiento”, dijo Gilberto García, analista en Barclays.
Ante la incapacidad de la empresa para aprovechar los mercados internacionales es “una amenaza para su modelo de negocios”.
Por su decisión, Unifin fue declarado en default por parte de S&P Global Ratings, agencia que degradó a “D” todas las calificaciones crediticias de la arrendadora, al considerar que cayó en incumplimiento generalizado, en tanto no llegue a un acuerdo con sus acreedores.
“La empresa aún contaba con suficientes recursos financieros para cubrir todos sus pasivos en los próximos 12 meses. Además, tenía disponibilidad de un 25% de sus líneas de fondeo crediticio y sus activos disponibles cubrían casi 2.2 veces su deuda no garantizada por activos, lo que le daba flexibilidad financiera”, expuso la calificadora de riesgo crediticio a través de un documento.
En tanto, Fitch Ratings recortó la nota de la compañía a “C” porque consideró que "ha comenzado un proceso de incumplimiento".