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El rebalanceo de portafolios

Una de las decisiones más importantes que se debe tomar cuando se diseña un portafolio de inversión consiste en determinar la estructura de activos; es decir, encontrar la mezcla entre acciones que cotizan en Bolsa, instrumentos de deuda y liquidez que sea consistente con los objetivos financieros.

Una de las decisiones más importantes que se debe tomar cuando se diseña un portafolio de inversión consiste en determinar la estructura de activos; es decir, encontrar la mezcla entre acciones que cotizan en Bolsa, instrumentos de deuda y liquidez que sea consistente con los objetivos financieros.

Recordemos que a través del perfil de inversión se puede obtener una idea clara sobre el horizonte de inversión, la aversión al riesgo y los objetivos financieros de cada inversionista, información indispensable para armar de manera más objetiva la estructura de activos de un portafolio.

El rebalanceo es un proceso por medio del cual la estructura de un portafolio se ajusta a la estructura pactada originalmente, y de la cual se ha alejado de manera natural por los movimientos de los mercados. El rebalanceo de posiciones tiene básicamente tres connotaciones: una que consiste en tratar de adelantarse al mercado o estrategia de market timing; otra que se puede definir como rebalanceo patrimonial, y, la última, a través de bandas.

La estrategia de market timing consiste en entrar o salir del mercado con una visión de corto plazo, tratando de sacar provecho de las oportunidades que deriven de la volatilidad de los mercados financieros. Esta clase de rebalanceo tiene el inconveniente de que el movimiento esperado de los mercados podría no presentarse o presentarse en sentido contrario, en cuyo caso se incurría en minusvalías durante un periodo prolongado de tiempo.

Por otro lado, diversos estudios han demostrado que después de un periodo largo de tiempo, el valor agregado por las estrategias de market timing es prácticamente nulo; es decir, no se puede pensar que todas las operaciones serán siempre ganadoras, algunas saldrán bien y otras serán perdedoras. De la misma manera, el tratar de anticiparse a los mercados es altamente riesgoso, ya que al estar desinvertido en momentos de alza, por ejemplo, se podría dejar de lado un rendimiento importante para los portafolios.

En el caso del rebalanceo patrimonial, se hacen cambios en el portafolio con una visión de largo plazo y con el objetivo primordial de apegarse de manera estricta a las políticas de inversión establecidas con los inversionistas; es decir, el rebalanceo patrimonial tendrá siempre y en todo momento como principal objetivo garantizar la estructura de activos original, debido a que esta estructura es consistente con los objetivos financieros de los inversionistas.

Cuando se lleva a cabo el rebalanceo patrimonial, es importante establecer las reglas que van a determinar la forma de realizar dicho rebalanceo. De manera particular, se pueden definir dos reglas esenciales de objetivos puntuales: una en términos de un rango porcentual específico y otra en función de un periodo de tiempo determinado. Estas reglas, al implementarse de manera conjunta y disciplinada, robustecen el proceso de rebalanceo.

En el caso de la determinación de un rango específico, se podría establecer, por ejemplo, un rango de fluctuación de 3 puntos porcentuales hacia arriba o hacia abajo con respecto al parámetro de comparación; es decir, si se ha establecido una estructura de activos de 40% en Bolsa y 60% en deuda (40/60) el portafolio deberá de ser rebalanceado cuando, por un movimiento de la Bolsa, la mezcla cambie a 43/57, o en el caso de un movimiento de baja de la Bolsa, cuando la mezcla se ubique en 37/63.

La segunda regla que se definió fue el rebalanceo por tiempo; en este caso se establece un periodo de tiempo después del cual el portafolio deberá ser rebalanceado, independientemente de la desviación que se presente respecto de la mezcla original. Un periodo típico podría ser cada tres meses, de manera tal que si la mezcla se ubica en 41.5/58.5, pasados los tres meses el portafolio se llevará nuevamente a su estructura original (40/60).

Bajo la modalidad del rebalanceo por bandas, el administrador tiene la posibilidad de asumir posiciones más conservadoras o de mayor crecimiento, dependiendo de las expectativas de los mercados. Es decir, ante un escenario de mayor volatilidad, la exposición a Bolsa podrá disminuirse de 40/60 (estructura neutral), a 30/70 (mezcla conservadora), o ante condiciones más favorables llevarla a una mezcla más agresiva de (50/50). Es importante destacar que la amplitud de la banda tendrá que establecerse de acuerdo con el perfil de inversión de cada inversionista y que los límites mínimos y máximos deberán respetarse en todo momento.

La evidencia empírica para países como México, que suelen registrar amplios momentos de volatilidad, ha mostrado que la combinación entre estrategias de inversión de largo plazo que implican rebalanceos hacia objetivos puntuales, y rebalanceos con bandas, permite al administrador la posibilidad de incorporar su experiencia y sensibilidad al manejo de los portafolios sin dejar a un lado la disciplina que exige el rebalanceo de los portafolios, reduciendo el riesgo y manteniendo en todo momento una estrategia consistente con las metas financieras de cada uno de los portafolios.

Cuando no se cuenta con reglas claras sobre la forma de rebalancear un portafolio se pierde mucho tiempo y esfuerzo en tratar de adivinar qué hacer. Sin un proceso de rebalanceo, se tiende a tomar decisiones irracionales y temperamentales. Cuando la Bolsa sube, se cree que ésta seguirá subiendo indefinidamente y se cae en la tentación de aumentar la exposición a Bolsa, es decir, se compra caro, y cuando la Bolsa cae, se piensa que se desmoronará el precio de las acciones y se reduce la exposición a Bolsa, es decir, se vende por debajo de los costos de adquisición, asumiendo perdidas.

En conclusión, un programa disciplinado de rebalanceo permite acotar el riesgo de las inversiones, evitando el surgimiento de sorpresas, y posibilita alcanzar los objetivos financieros planteados por los inversionistas en el largo plazo.

Manuel Guzmán M. es director ejecutivo de Administración de Portafolios y Estrategia de Inversión de Intercam Grupo Financiero, maguzmanm@intercam.com.mx

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