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Incertidumbre y tipo de cambio

Nuevamente se han observado presiones sobre los mercados cambiarios de todo el mundo, como resultado de una creciente incertidumbre relacionada principalmente con dos temas...

Nuevamente se han observado presiones sobre los mercados cambiarios de todo el mundo, como resultado de una creciente incertidumbre relacionada principalmente con dos temas:

A) El inicio del ciclo de alza en las tasas de interés por parte de la Reserva Federal de EU y, b) el impacto global que pudiera tener la desaceleración de la economía china, que será mayor a la estimada inicialmente, de acuerdo con las cifras de producción más recientes.

Para tener una idea más clara del tema cambiario, me gustaría retomar algo que escribí a principios del 2009: En los últimos días se ha visto una atención especial sobre el mercado cambiario, derivado de la reciente trayectoria de depreciación del peso. Esta pérdida de valor se ha observado desde septiembre del 2008, cuando se anunció la quiebra de Lehman Brothers. Desde el 15 de septiembre del 2008 al 3 de febrero del 2009, el peso se ha depreciado cerca de 35%, impactado principalmente por la pérdida de confianza que surgió luego de la quiebra de dicho banco de inversión .

Apuntamos también, sin embargo, (que) este hecho no es particular del peso mexicano, sino de todas las monedas emergentes, producto de la mayor aversión al riesgo que se disparó por la recesión económica global. Es importante destacar que nuestro país, al estar empaquetado dentro del bloque de países emergentes, se ve afectado por los eventos que se presentan en otros países, aunque una vez que se cierre el paréntesis de incertidumbre, volverán a tener mayor relevancia los aspectos fundamentales de la economía nacional .

Hoy nos enfrentamos a una situación similar, en la que la depreciación del peso se explica más por un proceso global de aversión al riesgo que a un fenómeno de fuga masiva de capitales y de deterioro de la balanza de pagos, como en el pasado.

Una de las lecciones que debemos aprender es que la volatilidad llegó para quedarse, y en un régimen cambiario de libre flotación esto significa variabilidad en la cotización de la moneda. Invariablemente, cuando el peso se deprecia y alcanza niveles nunca antes vistos, surgen dudas por parte de los agentes económicos.

Algunos de los cuestionamientos más comunes en momentos de nerviosismo son los siguientes: ¿Hasta dónde puede llegar el peso? El tipo de cambio es una variable muy volátil y difícil de proyectar. Como hemos indicado, la agudización de los problemas económicos en China y la falta de claridad con respecto al accionar de la política monetaria por parte de la Fed, sugieren que, en el corto plazo, el tipo de cambio continuará presionado. Además de un contexto internacional caracterizado por una pérdida de confianza por el caso VW, y su impacto en las bolsas europeas, en el ámbito doméstico se ha visto una fuerte demanda de coberturas cambiarias en los mercados de derivados, lo que ha contribuido a que el peso se deprecie frente al dólar.

A pesar de esto, la mayor parte de los analistas espera que el tipo de cambio se estabilice y registre una menor cotización hacia finales de año. De acuerdo con la última encuesta de Banamex correspondiente al mes de septiembre, se espera que el tipo de cambio se ubique en 13.6 pd al cierre de año, lo que implica una apreciación frente a los niveles actuales.

¿Nos debemos preocupar? La economía mundial atraviesa por una crisis que no se había visto en décadas. A diferencia de otras que golpearon a un solo país o a un grupo de países con características particulares (por ejemplo, los que mantenían un esquema de tipo de cambio fijo en 1998), ahora la crisis es global. Afortunadamente, México se encuentra en una situación favorable, por la aprobación de las reformas estructurales, lo que le brinda una mayor capacidad de crecimiento en los siguientes años. De la misma manera, el país ha mantenido finanzas públicas sanas, niveles de deuda externa bajos como proporción del PIB, inflación más baja de la historia, déficits externos bajos y fácilmente financiables y las mayores reservas internacionales de la historia.

Esta combinación de alto potencial de crecimiento y un sólido marco macroeconómico hacen que México se encuentre mejor posicionado que muchos otros países, por lo que una vez que concluya la actual etapa de incertidumbre, seguramente nuestro país se verá favorecido con un mayor flujo de capitales.

Hay que tener presente que, a pesar de la depreciación del tipo de cambio, la inflación se encuentra en niveles nunca antes vistos, lo que ha incrementado el poder de compra de las familias mexicanas, y esto se ha reflejado en una mejoría sustancial del mercado interno.

Por otro lado, si bien la economía estadounidense tuvo un descalabro en el primer trimestre del año, ya en el segundo observó un sólido crecimiento de 3.9% trimestral anualizado, mientras que la confianza del consumidor alcanzó un nivel de 103 pts en el mes de septiembre, lo que representó el segundo mejor registro desde el 2007; este avance en la confianza de los consumidores resulta altamente estimulante si se considera, además, que el promedio de los últimos tres meses (98.4 pts) ya era un nivel alto. De esta forma, el fortalecimiento de la demanda interna y una mejor perspectiva para el PIB de nuestro principal socio comercial hacen de México un país altamente atractivo para la inversión. Ningún otro país cuenta con estas cualidades; de hecho, las otrora brillantes economías que forman parte del BRIC, hoy se encuentran en plena desaceleración o en franca recesión, como Brasil. De manera tal que, una vez que empiece el proceso de reacomodo de capitales globales, México será sin duda uno de los países más defensivos.

La decisión de la Comisión de Cambios de mantener activas las subastas de dólares hasta el 30 de noviembre es una extraordinaria noticia, no porque se esté buscando defender un nivel particular del tipo de cambio, sino porque dota de liquidez al mercado cambiario y favorece una operación más ordenada en el mismo. En este sentido, queda claro que el mecanismo operará no solo hasta noviembre, sino mientras se perciban condiciones de volatilidad en el mercado de cambios, e incluso se podría incrementar sustancialmente el monto de las subastas en un caso extremo.

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