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La montaña rusa de las tecnológicas en Wall Street

Las expectativas de los inversionistas no son suficientes para sostener el recorrido de las nuevas empresas en Wall Street.

Foto: AFP

Las expectativas de los inversionistas no son suficientes para sostener el recorrido de las nuevas empresas en Wall Street. Acertar con el precio de salida es clave, especialmente si la compañía aún pierde dinero.

Lyft comunicó al regulador de los mercados de Estados Unidos (SEC, por sus siglas en inglés) unas pérdidas de 911 millones de dólares (810 millones de euros) en 2018. Nunca antes una tecnológica a punto de estrenarse en Wall Street había presentado unos números rojos tan elevados en los doce meses previos a su OPV.

Aun así, los bancos colocadores del gran rival de Uber se sintieron confiados ante la fuerte demanda de los inversores institucionales y fijaron un precio de salida a Bolsa superior incluso al rango alto de la horquilla que se había barajado inicialmente. No acertaron en sus cálculos y Lyft, lejos de protagonizar el espectacular estreno en el Nasdaq que se esperaba, lucha ahora por mantenerse por encima del precio de salida.

Ayudadas por los bancos colocadores en las primeras semanas, otras compañías del sector han logrado mantener fuertes subidas en los meses posteriores a la OPV para toparse después con la dura realidad, con Twitter como principal exponente de este esplendor y caída.

Veinte años después del estallido de la burbuja puntocom, a los accionistas no les basta con el potencial de crecimiento del negocio de las tecnológicas. Necesitan garantías de que las empresas serán capaces de ser rentables en un periodo razonable.

Lyft, una lección al mercado

Lyft ha protagonizado la mayor OPV del sector tecnológico desde la de Snap hace dos años. La operación ha sido especialmente relevante, ya que Lyft ha sido la primera de las varias tecnológicas que preparan su salida a Bolsa para este año y que tendrán que tomar ahora buena nota de la necesidad de acertar con el precio de salida. 

El valor de la acción en las OPVs tradicionales, que se decide horas antes del estreno en Bolsa, fija los ingresos que va a recaudar la compañía y sus accionistas.

Dropbox, en la lucha

La firma de almacenamiento en la nube se disparó un 35% en su primer día en Wall Street el año pasado, convirtiéndose en la salida a Bolsa del sector más exitosa desde la OPV de Snap.  

Dropbox mantuvo desde entonces una sostenida carrera alcista hasta alcanzar un máximo en el entorno de los 40 dólares por acción en junio. La trayectoria, sin embargo, fue torciéndose ante las dudas generalizadas que asolaron al sector tecnológico. En diciembre de 2018, las acciones de Dropbox se intercambiaban ya por debajo del precio de la OPV.

Spotify, una OPV atípica

La tecnológica de música en 'streaming' comenzó a cotizar bajo la modalidad de listing, que implica que no se venden nuevas acciones y el precio lo decide directamente el mercado, sin la intervención de los gigantes financieros de Wall Street. Su precio de referencia fue de 132 dólares, que se elevó hasta los 149 dólares tras su primer día y hasta los 192 dólares apenas unos meses después, coincidiendo con el 'boom' de las bolsas de Estados Unidos. 

El valor de Spotify se ha desinflado desde entonces, aunque aún permanece por encima del precio de salida.

Snap, auge y caída

La OPV de Snap, matriz de la popular aplicación Snapchat, devolvió a Wall Street a sus momentos más gloriosos. La tecnológica de Evan Spiegel se disparó un 44% en su primer día, generando un fuerte volumen y dando al grupo una capitalización de 33,000 millones de dólares, el triple que la que alcanzaba entonces Twitter. 

Sin embargo, el brillo no duró mucho. Snap había perdido 515 millones de dólares el año anterior, y la euforia inicial dio paso al frío análisis. La tecnológica, que sigue perdiendo dinero y se ha enfrentado a una huida de usuarios, cotiza hoy a unos 11 dólares, muy por debajo de su OPV.

Square, el gran éxito

La 'otra' compañía de Jack Dorsey, fundador de Twitter, salió a Bolsa a un precio muy conservador, 9 dólares, lo que le permitió dispararse un 45% el primer día. Apenas unos meses después, sin embargo, la acción cotizaba de nuevo en el entorno de la OPV, haciendo que algunos analistas calificaran la operación de fracaso. Pero Square solo estaba cogiendo carrerilla. 

Al calor del despegue de los medios de pago tecnológicos, Square ha multiplicado su valor casi por ocho desde su estreno en la Bolsa de Nueva York, hasta más de 30.000 millones de dólares.

Twitter, fuerte vaivén

La evolución de la red social en Wall Street ha sido mareante hasta para el inversionista más aventurero. Twitter protagonizó una subida del 73% en su primera jornada, en la que llegó a duplicar su valor por momentos. Algunos meses después, sin embargo, la acción de la compañía comenzó una vertiginosa caída hasta marcar mínimos en apenas 14 dólares en junio de 2016. A partir de entonces, Twitter fue recuperándose, pero con muchos vaivenes. 

Hoy la acción parece consolidada por encima de la OPV, pero los sobresaltos se mantienen.

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