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Las empresas del IPC muestran, por fin, señales de vida

Todos los trimestres, en Signum Research realizamos un análisis consolidado de las empresas que componen el principal indicador de la Bolsa Mexicana de Valores.

Todos los trimestres, en Signum Research realizamos un análisis consolidado de las empresas que componen el principal indicador de la Bolsa Mexicana de Valores. De las 35 emisoras que integran el IPC, se construyó un agregado de los estados financieros al segundo trimestre de 2014 (II Trim. 14) de 28 empresas, ya que se excluyen los grupos financieros y bancos (Gentera, Inbursa, Banregio, Santander y Grupo Financiero Banorte, que se rigen bajo estándares contables distintos).

También se excluye a Coca-Cola Femsa (KOF) que consolida en FEMSA, para evitar la doble contabilidad.

Este ejercicio es valioso, ya que las ventas de las empresas que conforman el IPC representan la quinta parte del PIB y constituyen la punta de lanza de la economía mexicana en muy distintos aspectos.

Sin echar las campanas al vuelo , finalmente vemos algunas señales que podrían indicar que se rompe la racha negativa que afecta los fundamentos de las empresas del IPC de la Bolsa Mexicana de Valores desde hace ya varios trimestres. Esperemos que este impulso sea duradero.

Aunque percibimos aún una marcada debilidad en el consumo y la inversión, en congruencia con las estadísticas respectivas de confianza del consumidor y del productor, podemos ver un incipiente dinamismo en las industrias de exportación.

Los activos totales de las empresas comerciales, industriales y de servicio, mostraron un crecimiento en términos reales de 4% trimestre a trimestre (t/t, todos los crecimientos en términos reales, a menos que se especifique lo contrario). Destaca el avance de 23% en el trimestre en la cuenta de efectivo e inversiones temporales, que ya se encontraba en niveles mínimos, incluso preocupantes. De hecho, la llamada prueba del ácido una vez más superó el nivel de 1.0x que peligrosamente había cruzado a la baja durante dos trimestres consecutivos con lo cual las empresas no son capaces de enfrentar sus obligaciones sin rematar inventarios.

La inversión en propiedad, planta y equipo (neto) tuvo un incremento trimestral de 2.5% (5.5% en el año), con lo cual se empieza a mostrar una recuperación en esta variable que es fundamental para incrementar la productividad de la mano de obra.

Un indicador que nos sigue preocupando es el de la deuda, que se incrementó 6.8% en el trimestre esta variable muestra una tasa anual compuesta de crecimiento (TACC) de 6.26% en el último lustro. Es claro que en los últimos años, las empresas mexicanas han respondido a una señal de mercado: el costo del dinero es bajo y han preferido emitir pasivos, especialmente en pesos. Esto no es necesariamente negativo, pero debemos vigilar a las empresas excesivamente apalancadas, ya que la razón deuda a EBITDA de las emisoras integrantes del IPC ya alcanza 1.93 veces, un nivel incluso superior al prevaleciente durante la gran recesión de 2008-2009, cuando se ubicaba en 1.80x. Consideramos que una razón deuda a EBITDA por debajo de 2.0 es aún manejable, pero los inversionistas castigarán las compañías excesivamente apalancadas una vez que la Reserva Federal comience a restringir la oferta monetaria.

El estado de resultados muestra cifras mixtas. Las ventas crecieron 3.8% año contra año (a/a), el primer avance significativo en esta variable desde el cuarto trimestre del 2012. No obstante, los costos se incrementaron 5.4% a/a muchas empresas se han visto seriamente afectadas por el aumento constante en los costos de energía y los gastos, 4.7% a/a. No podemos culpar al management de los incrementos en costos, pero sí del aumento que han experimentado los gastos en los últimos trimestres. Desde nuestro punto de vista es imperdonable descuidar los gastos en un entorno de presiones recesivas como el que enfrentan las empresas mexicanas a raíz de la entrada en vigor de la reforma fiscal.

A partir de estos incrementos en costos y de la falta de disciplina en el gasto, el resultado operativo agregado muestra un decremento real de 4.3% (-0.7% en EBITDA). Como consecuencia de esto, el margen EBITDA 12M (12 meses) decreció en el trimestre de 20.1% a 20.9%; aún muestra un nivel atractivo, pero muy inferior a los niveles cercanos a 24% que alcanzó este indicador antes de la gran recesión.

La rentabilidad intrínseca, medida a través del ROIC (retorno sobre el capital invertido, por sus siglas en inglés), es producto del margen EBITDA 12M y de la rotación de activos. Ante un deterioro en ambos factores, el producto naturalmente resulta perjudicado. El ROIC de las empresas del Índice es de 15.4%, un deterioro de 30 puntos base en el trimestre, aún atractivo si consideramos que las empresas del S&P500 muestran niveles de alrededor de 8% en esta variable, pero inferior a 20% que alcanzaron estas empresas antes de la gran recesión... y de la reforma fiscal. El ROIC del IPC lleva seis trimestres en franco deterioro, a pesar de la incipiente recuperación, no podemos ignorar esta variable fundamental.

*Héctor O. Romero, es director general de Signum Research hector.romero@signumresearch.com

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