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Los distintos métodos de trading y la manera de evaluarlos (Parte II)

El inversionista primero debe determinar qué tipo de sistema seguir. Pero tanto o más importante será poder medir su rendimiento a lo largo del tiempo a través de diversos ratios.

Contar con un sistema que sea 100% objetivo y no se presta a interpretación nos permite estar preparados para los momentos de trading en los que los resultados no son los esperados, ya que el inversionista deberá operar el sistema sin desviarse de él. Implementar un método de trading es respetar las señales: una señal de compra o de venta es siempre una señal de compra o de venta. Las reglas claras y escritas y métodos definidos con acciones a tomar en cada situación que se pueda repetir en el tiempo es la norma. Pueden usarse fundamentales o indicadores técnicos, o una combinación de los dos, pero en cualquiera de los casos se guiará en base a una decisión objetiva y sin depender de la personalidad del trader.

El inversionista primero debe determinar qué tipo de sistema seguir. Pero tanto o más importante será poder medir su rendimiento a lo largo del tiempo a través de diversos ratios.

La tendencia es tu amiga: un reconocido sistema es el basado en comprar/vender nuevos máximos/mínimos (respectivamente) de determinados activos o del promedio de mercados. Ese sistema es muy sencillo y efectivo, ya que sigue la tendencia del mercado, ya sea alcista o bajista. La desventaja es que se dé un mercado lateralizado prolongado en el tiempo que no presente ninguna tendencia clara, lo que hace que este sistema deje de funcionar.

El objetivo que les recomiendo perseguir debería estar siempre en un ratio de tres a uno, es decir tres operaciones ganadoras y una perdedora. Este ratio puede cambiar dependiendo del activo o del tiempo que se desea mantener la inversión.

Hay sistemas tendenciales que buscan explotar una tendencia en un intervalo temporal de elección.

Por otro lado, hay sistemas contratendenciales, que operan de contra de la tendencia y que emite señales de compra cuando el mercado ha caído y abren posiciones de ventas en descubierto después de fuertes subas.

Los sistemas de quiebres, o breakout systems, son aquellos sistemas que compran cuando el mercado supera un determinado nivel. Son muy similares a los sistemas tendenciales.

Los sistemas de volatilidad son basados generalmente en forma intradiaria, y emiten señales cuando superan determinados niveles y cuya volatilidad determinan que acaba de comenzar una tendencia.

La lista es larga. Existe otro grupo de sistemas basados en ciclos que exploran la posible existencia de ciclos cuya operatoria se basa en relación a determinadas fechas. A modo de ejemplo, los futuros de commodities agrícolas poseen mucha estacionalidad derivado de la actividad misma de las cosechas y determinan puntos de entrada y salida en base a fechas. El inversor puede inventar su ciclo, pero mejor es saber que existen ciclos en determinados activos basado en las fechas, tales como el efecto enero , que es una anomalía derivada en el ciclo fiscal en los Estados Unidos que hace que se tienda a vender en diciembre y comprar en enero. O bien sabiendo que entre mayo y septiembre es el período de menores expectativas de alzas y entre octubre y abril el de mayores retornos históricos.

Por otro lado, y basado en datos históricos, también existen sistemas de predicción fundamentados en técnicas matemáticas mediante la ayuda de modelos regresivos como los modelos de auto regresión con medias móviles (ARIMA).

El diseño de un sistema de trading se hace con el objetivo de ganar dinero, por lo que es muy importante saber qué indicadores se deben usar para poder determinar si lo hace. La efectividad debe pasar por un análisis de retorno neto (porcentual sobre la inversión inicial), y para eso hay que tener en cuenta la repetitividad o frecuencia de las operaciones: si un sistema hizo un solo trade ganador en muchos años, difícilmente podamos testear su efectividad por la probabilidad de que esta operación se repita de la misma forma a futuro.

El retorno neto es una condición necesaria pero no suficiente, ya que también deberíamos mirar la posible seguidilla de operaciones adversas, o drawdown. El máximo drawdown de un sistema consiste en mirar las operaciones perdedoras en forma individual y detectar la peor de ellas (la de mayor pérdida individual) en términos nominales (cuántos dólares nos ha hecho perder): puede marcar la diferencia entre seguir operando ese sistema o descartarlo. El Recovery Factor, o factor de recuperación, surge de dividir la rentabilidad neta por el máximo drawdown del sistema.

Una manera de poder anticipar un valor muy adverso es a través del Value at Risk, que es el valor a riesgo o máxima pérdida posible con un intervalo de confianza determinado (95 o 99% de los casos). Es la máxima pérdida probable que un inversor puede esperar en base a la volatilidad de los activos subyacentes y la ponderación de los mismos. Cómo parámetro a tener en cuenta, un buen sistema de trading tiene un recovery factor superior a cinco: genera cinco veces más beneficio neto que drawdown siempre y cuando se compare contra el mismo período de tiempo.

El factor de beneficio, o profit factor, es otro ratio que surge de dividir lo que ganan las operaciones con ganancias entre lo que pierden las operaciones con pérdidas. Si la estrategia es rentable entonces el factor de beneficio tiene que ser necesariamente mayor que uno. El resultado debe computar las comisiones para tener una mejor idea de la rentabilidad neta. Es un ratio que toma en cuenta el valor absoluto en dólares de los trades netos de comisión.

Se puede armar otro ratio con la cantidad de operaciones ganadoras contra perdedoras netas de comisiones, pero en este caso será un ratio de operaciones sin ponderar y en términos relativos. Para que sea aceptable, este ratio debería estar entre dos y tres veces.

Otro ratio para considerar es el ratio de Sharpe (creado por el premio Nobel William Sharpe), muy usado en la industria de fondos comunes de inversión.

Antes deberá tomarse en cuenta que hay que anualizar los retornos que se obtengan multiplicando por la raíz cuadrada del número de días de trading que tiene un año (típicamente 252 sesiones). A la rentabilidad promedio de los trades se le descuenta la tasa libre de riesgo en el numerador (la tasa de colocación a plazo fijo o el rendimiento del bono norteamericano a 10 años) y en el denominador figura la desviación estándar de los resultados (la volatilidad). Es una media de retorno neto en relación al riesgo asumido. Cuando las variaciones de ganancias y pérdidas son muy altas, la volatilidad de las operaciones, ante un mismo retorno medio el ratio de Sharpe será muy bajo (malo, ya que se asume demasiado riesgo por rentabilidad obtenida). Por el contrario, si las operaciones generan un retorno medio constante en términos porcentuales anualizado, el ratio de Sharpe será elevado (mejor).

fondos@eleconomista.com.mx

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