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Propagación de la deuda pública de España

Se amplía el nivel de déficit público, el gobierno deberá replantear objetivos

La consolidación fiscal aplicada por el Ejecutivo de Mariano Rajoy presenta dos caras muy diferentes.

El déficit público con el que se encontró el Ejecutivo popular cuando llegó a finales de 2011 rozó el 9% del PIB en un contexto de recesión económica, con la consiguiente caída de ingresos ligada a la menor actividad y al menor consumo.

A partir de esa fecha, la prioridad ha sido reducir el déficit mediante ajustes y eso ha llevado a que se hayan cumplido año a año, no sin dificultades, los objetivos pactados con Bruselas.

En 2014 logró cerrarlo en el 5.8% del PIB y para este ejercicio la meta está en el 4.2%.

El Ejecutivo confía en alcanzarla gracias a la consolidación de la recuperación económica.

Pero la otra cara de la estricta senda de subidas de impuestos y recortes de gasto ha sido el incremento exponencial de la deuda pública, tal y como se puede comprobar en la documentación presentada por el ministro de Hacienda, Cristóbal Montoro, en la presentación de los Presupuestos Generales del Estado de 2016.

En 2011, el pasivo de las administraciones públicas cerró en el 69.7% del PIB y al cierre de esta legislatura, está previsto que cierre en el 98.7% del PIB.

Un incremento de 300,000 millones en términos absolutos que ha tenido dos principales responsables: el déficit público y el rescate a las autonomías.

Las administraciones, sobre todo la central, han recurrido con frecuencia durante el período citado al endeudamiento para tratar de cubrir el déficit que debía reducir al año siguiente.

Los datos aportados por Hacienda revelan de que de los 30 puntos de PIB en los que ha crecido la deuda en la legislatura, el déficit es el responsable de 22.8 puntos, un 76% del total del incremento del pasivo de las administraciones entre 2012 y 2015.

Solo en el primer año de la legislatura de Rajoy, el pasivo público creció en 15.3 puntos de PIB y casi la mitad (6.6 puntos o 66,000 millones de euros) se dedicó para cubrir la brusca baja que debía sufrir el déficit, que desde el 8.97% tenía que rebajarse al 6.67% del PIB.

En 2012 y 2013, el porcentaje de deuda que se dedicó para déficit bajó hasta los 6.3 y los 5.7 puntos de PIB y solo fue a partir de 2014, coincidiendo con el fin de la crisis económica, cuando el Ejecutivo rebajó el porcentaje de deuda que destinaba a déficit que se redujo hasta 4.2 puntos.

fondos@eleconomista.com.mx

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