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Riesgo recargado
Las bolsas a nivel global no registraron ninguna ganancia, la mayoría de los activos mostró un comportamiento en sus precios acorde con una mayor cautela por parte de los inversionistas: el dólar se debilitó, las tasas se redujeron y los mercados emergentes registraron pequeños retrocesos.
Agosto mostró ser un mes de agotamiento para los mercados financieros. Las bolsas a nivel global no registraron ninguna ganancia, la mayoría de los activos mostró un comportamiento en sus precios acorde con una mayor cautela por parte de los inversionistas: el dólar se debilitó, las tasas se redujeron y los mercados emergentes registraron pequeños retrocesos.
Es un hecho que los factores de riesgo se han intensificado; por lo cual, es difícil anticipar una vuelta a la bonanza de julio.
Eventos como el impacto del Huracán Harvey en Texas son efectivamente devastadores. Implican una pérdida súbita de actividad económica y un costo muy grande.
Sin embargo, normalmente, en los mercados financieros tienden a tener un efecto transitorio, después de un par de trimestres es posible que veamos el efecto positivo inverso de la reconstrucción.
Los daños en Houston ocasionados por Harvey son considerables pero, a excepción del precio de las gasolinas, no han tenido una repercusión importante sobre el desempeño de los mercados al inicio de esta semana. Salvo que han intensificado la cautela.
Hay muchos eventos que han sucedido en los últimos días que recargan la sensación de riesgo. La catástrofe mantiene un signo de interrogación sobre el mercado de energía al tratarse de una región productora muy importante. El efecto sobre algunas compañías puede ser grande en un inicio.
Luego está el asunto de Corea del Norte. Se mantienen sus amagos y éstos irritan cada vez más a las autoridades en Estados Unidos y alarman más al resto de los países. Hay una clara toma de precaución entre los inversionistas sobre empresas de Corea del Sur ubicadas cerca de la frontera, asimismo, hay reservas en los mercados de Japón y del sur de Asia con relación al tema.
Adjuntas al escenario están las declaraciones en twitter del presidente Trump. El fin de semana pasado volvieron a centrarse en la posibilidad de cortar de tajo el proceso de negociación del TLCAN.
Asimismo, sus afirmaciones previas han intensificado la discusión sobre el posible cierre del gobierno si no se aprueba el techo de endeudamiento en octubre por parte del congreso.
Afortunadamente, el tema de Houston ha sido una distracción temporal, pero la postura amenazante es posible que continúe. La agresividad de los medios sobre nuevas equivocaciones del presidente genera la sensación de debilidad y distraen a los mercados de sus fundamentales.
Por otro lado, los inversionistas no ven que la postura de los bancos centrales con respecto al futuro previsible de las tasas cambie. De hecho, la combinación de los diversos factores de riesgo mencionados ha provocado un pequeño flujo de recursos hacia resguardo, las tasas de interés de largo plazo volvieron a descender a niveles que no se veían desde el inicio del año y la expectativa de que la Reserva Federal pueda ponerse más agresiva (es decir, que suba la tasa al menos una vez en este año) se ha reducido a menos de 30% según las cotizaciones de futuros de la tasa de fondos federales.
Además, la incertidumbre y la presencia de información que sigue apuntando a una mejor situación de crecimiento en Europa, volvió a derrumbar al dólar contra las principales monedas.
En este ambiente de incertidumbre, México no puede excluirse de los comentarios del presidente de los Estados Unidos sobre el TLCAN y sobre la dificultad que está implicando reducir más la tasa de inflación.
Según nuestros cálculos, la inflación cerrará el año cerca de 6.3%, ello avienta la idea de un ciclo de baja de tasas más allá del primer trimestre del 2018, si acaso.
El día de ayer en su Informe Trimestral el Banco de México confirmó que espera una convergencia hacia el objetivo (3%) para finales del 2018, pero no creo que haya logrado mejorar las dudas sobre la trayectoria actual.
Hay presiones, que el banco juzga como temporales, que siguen presentes (en alimentos y energía, por ejemplo) y que pueden repercutir de manera más visible sobre la inflación en los siguientes meses.
Nos sorprende que como principal riesgo de deterioro de la inflación Banxico haya puesto en primer lugar la aparición de efectos de segundo orden provocados por los impactos en algunos precios, por encima de un movimiento adicional en el tipo de cambio, por ejemplo; algo que, dicho sea de paso aún no es un asunto salvado.
Los temas que recargan la sensación de riesgo implican posibles presiones al alza en el tipo de cambio. Por ahora, basta observar que el peso no ha podido aprovechar la caída del dólar contra otras monedas de los últimos días.
En resumen, todas estas consideraciones impiden prever una racha adicional de ganancias en los mercados; se requieren elementos que no parecen estar sobre la mesa. Ni modo.
*Rodolfo Campuzano Meza es director de Estrategia y Gestión de Portafolios de INVEX. Cualquier pregunta o comentario puede ser enviado al correo: