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Sinuoso camino para el Banco de México
Consideramos acertada y benéfica la decisión del banco central de buscar alternativas para hacer más robusta la comunicación con el mercado, lo que ayudaría a una dinámica de la formación de precios más ordenada, acotando episodios de volatilidad
La Junta de Gobierno del Banco de México decidió, como era ampliamente esperado y por mayoría, aumentar el objetivo para la Tasa de Interés Interbancaria en 25 p.b. para posicionarla en un nivel de 4.50% desde 4.25 por ciento.
El comunicado oficial continuó mencionando que, las presiones en los precios de las materias primas, efectos de base de comparación y múltiples cuellos de botella en la producción han aumentado, traspasando considerablemente a la inflación global.
En ese sentido, se mencionó que, en economías avanzadas, sus bancos centrales han mantenido el estímulo monetario, no obstante, en algunos casos ya se prevé su disminución.
Por su parte, en el panorama doméstico se destacó que la recuperación de la economía mexicana continuó durante el segundo trimestre del año, si bien se prevé que se mantengan condiciones de holgura en la economía en su conjunto, con marcadas diferencias entre sectores.
Respecto a la inflación en México, el comunicado señaló que la reciente dinámica en la inflación se ha visto fuertemente influenciada por la afectación en las cadenas de suministro y los procesos productivos de diversos bienes y servicios.
Lo anterior posicionó la tasa de inflación general y subyacente de julio en 5.81% y 4.66%, respectivamente.
Por su parte, las expectativas de inflación general y subyacente en 2021 volvieron a aumentar, en cuanto a las de mediano y largo plazos se mantuvieron aún en niveles superiores a la meta del 3 por ciento.
Es importante mencionar que, dada la evidencia empírica que demuestra que la comunicación eficaz y asertiva con el mercado fortalece el canal de expectativas y, por tanto, influye favorablemente en el proceso de formación de precios, el Banco de México decidió proveer sus trayectorias esperadas para la inflación general y subyacente, además de identificar el sentido de la votación de cada uno de los integrantes de la Junta de Gobierno, dichas acciones se solían realizar hasta la publicación de la minuta y del informe trimestral.
Con base en dichas actualizaciones, es importante mencionar que la Junta prevé que la inflación anual general y subyacente llegue a la convergencia del 3% durante el primer trimestre de 2023, lo anterior destaca debido a que, en la pasada decisión de política monetaria del mes de junio, los miembros estimaban que dicha convergencia se diera en el tercer trimestre de 2022. Es decir, el órgano central asume las actuales presiones inflacionarias, las cuales se prolongarían más de lo estimado.
Nuevamente, se mencionaron riesgos para la dinámica inflacionaria, entre los que destacaron al alza: I) presiones inflacionarias externas, II) presiones de costos, III) persistencia en la inflación subyacente, IV) depreciación cambiaria y V) presiones al sector agropecuario. Mientras que, a la baja: I) efectos de la brecha negativa del producto, II) mayores medidas de distanciamiento social y III) apreciación cambiaria.
Además de ello, se mencionó que, si bien se estima que los choques que han incidido sobre la inflación son de orden transitorio, su diversidad, magnitud y horizonte en el que han venido afectando a la inflación, podrían implicar un riesgo adicional para el proceso de formación de precios.
En dicho contexto, tres de los cinco miembros de la Junta de Gobierno del Banco de México decidieron aumentar el objetivo para la tasa de interés en 25 puntos base.
Nuevamente, los subgobernadores Galia Borja y Gerardo Esquivel votaron por mantener la tasa de interés en un nivel de 4.25 por ciento.
Cabe señalar que consideramos acertada y benéfica la decisión del Instituto Central de buscar alternativas para hacer más robusta la comunicación con el mercado, lo que ayudaría a una dinámica de la formación de precios más ordenada, acotando episodios de volatilidad.
En adelante, y como habíamos mencionado, consideramos que un ordenado ciclo de alzas en la tasa de interés comenzó desde la pasada reunión de junio y podría dar una pausa a finales de este año.
Lo anterior se sustenta en el hecho de que, en esencia, la mayoría de los choques que han afectado a la inflación son de oferta por lo que la ejecución agresiva de una política monetaria restrictiva tendría pocos efectos en la inflación de corto plazo y sí podría representar un lastre en la recuperación económica.
No obstante, consideramos que dicho inicio de contracción monetaria respondería a que la mayoría de los miembros de la Junta busca el anclaje de expectativas de mediano y largo plazos, lo que es congruente con su mandato constitucional de procurar la estabilidad del poder adquisitivo de la moneda.
Por lo anterior, hemos modificado nuestra expectativa para la tasa de interés, la cual estimamos que terminaría el 2021 en un nivel de 5 por ciento.
Respecto al próximo año, aún existen factores a considerar como la trayectoria inflacionaria, su posible convergencia hacia la meta del 3% y la postura monetaria del nuevo gobernador propuesto por el gobierno federal, Arturo Herrera.