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Ahora sí, México le da la bienvenida a la vacuna rusa
En ausencia de un plan estratégico que ilustre la visión geopolítica del Gobierno del presidente López Obrador, la idea de la “no intervención” y la “libre autodeterminación de los pueblos”, emociona a la grada ubicada en la sombra del mundo, pero desilusiona a los internacionalistas ubicados en las gradas de sol.
Tres ejemplos vinculados a Rusia, ahora que está de moda en México por la próxima llegada al país de la vacuna Sputnik V, ilustran lo anterior.
El primero de ellos tiene que ver con el subsecretario Hugo López Gatell. Una fuente de la Secretaría de Salud me comenta que hasta hace pocas semanas el funcionario que gestiona la crisis sanitaria aseguraba que la vacuna Sputnik V no llegaría a México porque “no era necesaria”.
Una campaña en redes sociales y en noticieros de televisión regeneraba la esperanza entre la población de ganarle la batalla a la Covid-19, gracias a lo que parecía ser la inminente inmunización rebaño. El producto más deseado en el mundo, pero al mismo tiempo escaso, la vacuna, llegaría masivamente al país. La gente pudo atestiguar varios aterrizajes de aviones de la mensajería DHL cargados de vacunas Pfizer.
Tal parece que las demoras de Pfizer tuvieron que corregir al subsecretario López Gatell. La Sputnik V sí llegará a México.
En su transición hacia la política, el doctor López Gatell debe de conocer que gobernar es administrar expectativas.
El segundo ejemplo tiene que ver con el viaje fallido a México de Ivan Melnikov, vicepresidente de la Duma (Parlamento ruso). El 16 de junio de 2019 esta columna reportó que el avión que lo trasladaría, no recibió autorización de volar sobre el golfo de México, posiblemente, por temor de que, al hacerlo, se llegara a provocar un enojo del presidente Donald Trump.debido a las sanciones en contra de Venezuela y sus aliados.
La otra posibilidad tendría que ver con la soberanía aérea estadounidense.
Melnikov “pudo viajar a Cuba, pero ya no lo dejaron volar sobre el golfo de México” me comentó en su momento un senador mexicano que tenía planeada una reunión con el político ruso.
Fue Barack Obama el que abrió el tema de las fronteras marítimas del golfo de México en el 2014, justo cuando anunció su giro geopolítico con Cuba.
Sergio Alcocer, entonces subsecretario de Relaciones Exteriores para América del Norte, opinó al respecto: “Los tres países somos los dueños del golfo de México, y lo importante es ponernos de acuerdo y establecer las reglas bajo las cuales podemos explotar este tipo de recursos de una manera sustentable” (Expansión, 18 de diciembre del 2014).
El tercer caso fue la invitación que el Gobierno del presidente Putin extendió al presidente mexicano para que asistiera a un desfile conmemorativo sobre la caída de los nazis. El año pasado se cumplieron 75 años. Una fuente del gobierno del presidente AMLO me confirma que la invitación se guardó y no se respondió. Finalmente, por el tema de la pandemia, la ceremonia se movió de fecha y tuvo menos alcance internacional.
Uno de los efectos que ha generado la pandemia es que se puede evaluar y comparar las acciones que cada país ha tomado para mitigar los efectos de la pandemia. Uno de ellos es el reporte que Bloomberg publicó ayer. México aparece en el último lugar de la tabla conformada por 53 países.
Sabemos que Israel ya vacunó a una cuarta parte de su población; sabemos que Boris Johnson ya asumió la responsabilidad del mal manejo de la crisis sanitaria en su país; sabemos que Biden empuja una estrategia ofensiva para vacunar a 100 millones en los próximos tres meses.
Pero sabemos que López Gatell ha sido rebasado por la crisis,y también sabemos que el presidente lo premia con su apoyo.
Ahora sí, después de tres desplantes, bienvenida Sputnik V.
@faustopretelin