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Algodón en Chihuahua, libre de plagas (II)
La productividad alcanzada de la red de algodón en el estado de Chihuahua se ha significado por aspectos como siembras realizadas en fechas adecuadas, uso de semillas de variedades productivas, incremento de número de plantas sembradas por hectárea, aplicación de agua de riego con uso de equipos modernos y eficientes, fertilización acorde a las necesidades del cultivo en campo, participación de asesores para atención profesional e integral del cultivo y adecuado control de plagas y enfermedades.
Con todo esto en los últimos 15 años ha sido posible duplicar el rendimiento del algodón al pasar del promedio de 3.7 pacas por hectárea, que se obtenía en el año 2001, a 7.9 pacas por hectárea actualmente, lo cual es equiparable a los niveles de los mejores del mundo, como Israel y Turquía.
En el tema fitosanitario, mención especial merecen los logros obtenidos en el estado, ya que a partir del año 2001 se inicia el Programa Binacional de Supresión/Erradicación de Picudo y Gusano Rosado del Algodonero, coordinado por del Senasica y el Departamento de Agricultura de Estados Unidos, a través del Comité Estatal de Sanidad Vegetal de Chihuahua, con el objetivo de eliminar estas dos plagas que causan graves daños al cultivo de algodón y a la economía de los productores, al afectar sus rendimientos y dañar la calidad de la fibra. Así, en diciembre del 2014, el estado fue declarado libre de gusano rosado y en 97% de su territorio como libre de picudo del algodonero.
El impacto de los beneficios que se mencionan han permitido reducir los costos de producción, toda vez que del 2007 a la fecha no se han realizado aplicaciones de insecticidas contra gusano rosado, obteniendo con esto ahorros superiores a 200 millones de pesos para los productores. En el caso del picudo se ha reducido el número de aplicaciones de insecticida, pasando de 18 a 1, con ahorros de 40 millones de pesos.
Bien vale la pena destacar que las medidas anteriores benefician al medio ambiente por mantenerlo libre de pesticidas y plaguicidas, lo que a su vez beneficia la salud humana, tanto por menores cantidades de químicos esparcidos como por la disminución de uso y manejo de envases o contenedores de los productos.
En resumen, con la supresión y erradicación de estas dos plagas y el uso de nuevas tecnologías se ha logrado disminuir los costos de producción, se ha mejorado la calidad de la fibra y se han obtenido incrementos, insisto, en los rendimientos de 3.7 pacas por hectárea del 2001 a las 7.9 pacas del 2014, lo que representa un ingreso mayor a 20,000 pesos por hectárea, en beneficio de la economía del productor, de sus familias y en general de la economía del estado.
*Guadalupe Cerino Guerrero es especialista en Promoción en la Residencia Estatal de FIRA en Chihuahua. La opinión es del autor y no necesariamente coincide con el punto de vista oficial de FIRA.