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Opinión

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Antisemitismo

El antisemitismo en Occidente se define como el odio excesivo a los judíos por el hecho de considerarlos enemigos de una sociedad cristiana que ancestralmente los acusó de ser los asesinos de Jesús y posteriormente los vio como el factor fundamental de los males del mundo. El extremo de esta ideología se desarrolló en el racismo nazifascista que llevó a la muerte a seis millones de judíos por ser identificados indistintamente como la peste que intoxicaba a la humanidad y que por lo tanto debería ser exterminada en su totalidad.

El antisemitismo no murió con el Holocausto, sus víctimas murieron en él, y tras las creación de Israel en 1948 modificó su forma bajo el principio de que los judíos no tenían derecho a un Estado propio. La tragedia palestina fue producto inicial de la no aceptación de la resolución 181 de la Asamblea General de la ONU del 29 de noviembre de 1947 por parte del mundo árabe, donde se aprobaba la creación de un Estado judío y otro árabe en esa zona, lo que desató un conflicto que no se resuelve hasta el día de hoy.

Y mientras gobiernos como el de Egipto y Jordania llegaron a acuerdos de paz con Israel, el fundamentalismo islámico de Hamás y Hizbollah financiado por Irán reproduce a nivel de Estado el antisemitismo hitleriano del siglo pasado: justificar el aniquilamiento del Estado judío por considerarlo una amenaza existencial al Islam.

La solución racional de dos Estados, uno judío y otro árabe palestino no entra en la ecuación fundamentalista. Israel debe desaparecer y los judíos también.

Cuando hoy las manifestaciones de apoyo a los palestinos en Occidente y específicamente en México no se pronuncian por la solución de dos Estados, sino muestran el mapa de todo Israel convertido en la Palestina árabe y equiparan a los judíos con sus verdugos nazis con cruces gamadas y la quema de banderas israelíes, estamos frente a un antisemitismo disfrazado de progresismo. En el fondo se trata de la negación del derecho de los judíos y de Israel a existir. Así de sencillo.

Y no se pretende con esto equiparar el derecho a la crítica de las acciones del gobierno de Netanyahu cuya torpeza y corrupción permitieron la muerte de más de 1,400 israelíes, con el antisemitismo cuyo objetivo no es cuestionar a uno u otro gobierno, sino justificar la desaparición de los judíos en el mundo. La demanda de protección a los civiles en Gaza es idéntica al derecho de la población israelí a no ser víctima de los cohetes de Hamás dirigidos específicamente a casas y hospitales en Israel.

Ante el exacerbamiento de las expresiones antisemitas en México en los últimos días, es necesario repetir algo que en otras ocasiones se ha exigido: un México antisemita nunca.

Ezra Shabot Askenazi es Licenciado en Ciencias Políticas y Administración Pública por la Universidad Nacional Autónoma de México. Analista político y catedrático universitario con 22 años de trayectoria en la UNAM. Como académico ha sido jefe del Departamento de Ciencias Sociales y Jefe de Planeación Académica en la Escuela Nacional de Estudios Profesionales (ENEP) Acatlán.

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