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Opinión

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Argentina, el país de los bandazos

Hasta hace poco tiempo no nos habría llamado la atención que un gobierno como el de Argentina reconociera sin condiciones su derrota electoral frente a un personaje tan disímbolo como Javier Milei.

Sin embargo, hay que reconocer que en Argentina el valor de la voluntad de los electores se mantiene como algo sagrado y sin regateos tanto el presidente Alberto Fernández como el candidato derrotado Sergio Massa, reconocieron y felicitaron al ganador, ubicado en su discurso mucho más allá del liberalismo.

Eso es algo que acá en México, cuando estamos camino a unas elecciones presidenciales, nos resulta como una esperanza de la conducta presidencial.

Primero porque el resultado de la elección presidencial en Argentina es una muestra de que países con democracias imperfectas, como México, no tienen destinos electorales que parecen inevitables, por más que los regímenes parezcan enquistados.

Segundo, porque con una participación masiva de electores como la que Argentina registró el domingo pasado hace más difícil que pudiera tener éxito un intento de no reconocer los resultados adversos por parte del régimen.

Pero, la lección más profunda que México debe tomar en cuenta de lo que ha ocurrido en el país sudamericano rebasa este proceso electoral y se inscribe en la manera como Argentina ha dado unos bandazos tan radicales que minaron toda la confianza en esa economía.

En Argentina las elecciones se ganaban con la descalificación y el insulto al contrario y se gobernaba desmantelando al país desde los cimientos de su Constitución, desde la reinvención y la visión personalísima de quien ocupara La Casa Rosada.

No hay duda de que en esos bandazos los populistas de izquierda son los que más daño le hicieron a ese país. Toda una lección que aprender

Durante muchos años las políticas institucionales en nuestro país le dieron estabilidad a la economía, esos gobiernos, incluso alternados entre el PRI y el PAN, respetaron la estructura de un país que daba seguridad social a sus habitantes y seguridad legal a los inversionistas.

El lopezobradorismo fue un bandazo evidentemente en la dirección equivocada. Y si bien este régimen no tuvo la pericia de meterle mano a la Constitución, sí ha aplicado cambios radicales con el desmantelamiento de muchas instituciones, con la reestatización de no pocas actividades productivas y sobre todo la militarización.

¿Podrá en Argentina Javier Milei ser un buen Presidente? Algunas de sus propuestas suenan descabelladas y condenadas a fracasar. Pero lo que más daño le hará a ese país será un nuevo golpe a la confianza de quien no puede tener certeza de continuidad de un diseño de país por más de cuatro años.

Reinventar un país cada vez que llega un iluminado al poder es lo peor que le puede suceder a la confianza de los agentes económicos, desde la familia que no se anima a tomar una hipoteca, hasta las grandes empresas extranjeras que no obtienen garantías de que cualquier mañana les lanzan un decreto por alguna ocurrencia presidencial.

Así, Argentina, un país que tendría todo para crecer, pero que ha vivido atascado en la mediocridad y ambición de sus políticos que han destruido la confianza institucional que es la que atrae inversiones.

ecampos@eleconomista.mx

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Su trayectoria profesional ha estado dedicada a diferentes medios. Actualmente es columnista del diario El Economista y conductor de noticieros en Televisa. Es titular del espacio noticioso de las 14 horas en Foro TV.

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