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Aviación: claroscuros y desagravios
No cabe duda: la aviación es como el termómetro de la economía y un sensor mucho más certero de las proyecciones que lo que puedan pronosticar los análisis más sofisticados. En este año, la aviación en México ha experimentado un crecimiento muy importante, ya que de acuerdo con las cifras de la Agencia Federal de Aviación Civil (AFAC) de enero a agosto pasado el número de pasajeros creció un 13.9% respecto al mismo período del año anterior. Los asientos disponibles en ese período crecieron 14.4% en el mercado doméstico y un 7.7% en el internacional. No obstante, hay presiones que tiran de un lado y otro sobre esta industria, según apunta el análisis sectorial de la Casa de Bolsa Vector.
Por un lado, el incremento de los precios del petróleo, impulsado aún más por el conflicto en medio oriente augura un freno, pero por el otro lado, el regreso a Categoría 1 que ha despertado el ánimo de reconquistar los mercados perdidos en los 28 meses de ostracismo presiona hacia adelante la oferta de asientos.
El claroscuro es, por ahora, Volaris, la aerolínea de bajo costo que ha estado sufriendo los estragos de los motores Pratt & Whitney, donde se encontraron anomalías que determinaron la puesta en tierra de varios de sus aviones. Esto ha afectado a esta aerolínea de ultra bajo costo, lo que se traduce en una ligera baja en su oferta de asientos y en su crecimiento.
Mientras tanto, el titular de la Secretaría de Infraestructura, Comunicaciones y Tansportes (SICT), Jorge Nuño, y el subsecretario de Transportes, Rogelio Jiménez Pons, han estado muy activos restañando heridas aún abiertas con el Departamento de Transporte de los Estados Unidos (DOT). Es bien sabido que la respuesta que, en su momento, le dieron las autoridades mexicanas al DOT, ante su petición de alargar el plazo de mudanza de las aerolíneas cargueras del Aeropuerto Internacional de la Ciudad de México (AICM) al Felipe Ángeles (AIFA), no fue atendida o lo fue, pero tarde, mal y poco.
Desde ese momento se quedó bastante lastimada la relación, pese a lo cual la Administración Federal de Aviación (FAA) se avino a regresar a México a la Categoría 1. Sin embargo, sí era necesaria una visita de desagravio, sobre todo porque, pese a que el comunicado oficial habla de una reunión cordial, se sabe que las cargueras estadounidenses no han estado muy conformes con los cambios al AIFA.
Y es que esa infraestructura aún tiene muchas áreas de oportunidad en el asunto de carga. La plataforma es pequeña para albergar a las grandes aeronaves que transportan mercancías y una gran cantidad de éstas aún debe ser trasladada al AICM para consolidar e incluso desaduanar. Los costos de ambas opciones son muy dispares, se habla que, por kilo, el costo llega a dispararse más de 10 veces, según el destino final de la carga y los muchos vericuetos que deben hacerse para que los destinatarios reciban sus mercancías en tiempo y forma.
Se supone que en el curso de los siguientes dos años se subsanará, pero mientras tanto es un elemento de presión al crecimiento de los precios, pese a que la inflación ha bajado desde los niveles altos de la postpandemia. Ya veremos.