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Opinión

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Ay, Donald

Se dice que cuando Julio César cruzó el río Rubicón dijo estas palabras, que se volvieron famosísimas: “Alea Jacta Est”. Quieren decir, “la suerte está echada”. O en realidad, más literal, “los dados se han lanzado”. César estaba plenamente consciente de lo que hacía. Al cruzar el Rubicón y entrar en la Galia, iba a iniciar una sangrienta guerra civil. 

Quizá el fiscal de Nueva York haya pensado en esas mismas palabras o, al menos, haya tenido esa misma sensación. Seguro pasó por su mente todo lo que podía suceder a raíz de acusar a Donald Trump. He consultado con amigos abogados sobre qué harían ellos en su lugar: ¿seguirían adelante con un proceso judicial, si tuvieran todas las pruebas, con el riesgo de que Trump se victimice aún más y se convierta en un mártir y eso lo lleve a tanta popularidad que vuelva a ganar la presidencia? ¿O simplemente habría que desestimar las pruebas y los cargos para no darle más fuerza y no hacerlo más popular? Tal vez haciendo esto, o sea, no acusándolo, simplemente podría perder en las urnas, como ya se ha vuelto su costumbre en las últimas elecciones.

¿Qué harían ustedes?

Es un dilema, y es muy interesante lo que vamos a presenciar en los próximos días y meses en tiempo real. Vamos a atestiguar este proceso histórico, que nunca había sucedido, pues nunca habían imputado penalmente a un presidente o ex presidente de Estados Unidos.

Ya se le leyeron los 34 cargos que tiene en su contra, y me pongo a pensar en algo. ¿Qué tan fuertes deben ser las pruebas? Trump es un experto en violar todas las normas y después pagar abogados premium para salir del paso. Se conoce un buen número de posibles delitos. Algunos de ellos son incluso evidentes, como su incitación a asaltar el Capitolio en 2021. También, todos escuchamos la grabación en la que presionó al secretario de estado de Georgia para forzarlo en “encontrarle” los 11,780 votos que necesitaba para ganar de forma espuria la elección en ese estado, siendo que ya había habido tres recuentos y todas las autoridades electorales habían confirmado la victoria demócrata ahí. Cuando el funcionario, Brad Raffensperger, que también es republicano, le dijo que no era posible, que su alegación era falsa, Trump lo amenazó.

No se puede exagerar la gravedad de algo así.

Pero hay mucho más, como el fraude fiscal que hizo su empresa para obtener créditos baratos y pagar pocos impuestos. O los papeles clasificados que se llevó a su casa de Mar-a-Lago y su embuste al declarar que los había regresado. Etcétera.

Pero, cosas de la vida, quizá por donde lo vayan a agarrar es por el eslabón más débil de la cadena, que son las acusaciones de una actriz de películas para adultos, Stormy Daniels, de que compró su silencio unos días antes de la elección de 2016 para que no revelara que tuvo una relación con él. El abogado de Trump en ese entonces, Michael Cohen, fue quien hizo el trabajo sucio de pagar 130 mil dólares a la actriz porno, y ya ha aceptado que lo hizo (de hecho, fue sentenciado a tres años de cárcel), y testificará contra Trump.

Sí, es posible que lo agarren por la parte más débil, pero no desestimemos esa acusación aparentemente menor. Recordemos que a Al Capone solo lo pudieron encarcelar por fraude fiscal. Y en realidad no es tan débil ni poco relevante esa felonía, dado que es un fraude que tiene que ver con un delito electoral, dado que ese pago (que se ocultó retorcidamente más de 30 veces, cada una de las cuales constituye otro delito) se hizo específicamente para que no le afectara en la elección, así que es un gasto ilegal de campaña.

Un jurado ciudadano decidió que había pruebas suficientes para acusar a un expresidente. Debe ser una causa realmente sólida, y de la que no tan fácil va a poder zafarse el viejo lobo narcisista, racista, misógino y nativista. Y una vez que un fiscal se animó a acusarlo, y un jurado a sostener esa acusación, podrían venir después las demás acusaciones en cascada, como efecto dominó.

Algo muy interesante es cómo van a reaccionar sus fieles. Donald Trump es el ejemplo clásico, casi de libro de texto, del populista de ultraderecha, que genera adhesión ciega entre sus fieles. Él mismo lo llegó a afirmar, cuando dijo que incluso si se paraba en medio de la Quinta Avenida a disparar a la gente, de todas formas lo iban a seguir y lo iban a votar. ¿Qué les parece esa frase?

Se trata de esa fe pseudo-religiosa que provocan en las masas los populistas. Muchos blancos racistas, sin educación académica, ultrarradicales, fanáticos religiosos algunos, otros adherentes de grupos violentos que proclaman la supremacía de la raza blanca, casi todos ellos paranoicos, que ven una conspiración en todos lados, no necesitan nada para creer en las teorías más absurdas, como que a Trump le robaron la elección en 2020. Recordemos que hay gente que cree que la Tierra es plana, y son casi una secta. Recordemos también que hay gente como Alex Jones, que hizo una fortuna difundiendo noticias falsas de que la matanza de Sandy Hook, en donde murieron 20 niños, había sido un montaje. Tipos como él, curiosamente, siempre están en ese espectro de la derecha extrema.

Esos son los que apoyan incondicionalmente a Trump, haga lo que haga. Son los que expandieron la delirante teoría de QAnon, diciendo que los demócratas son pedófilos que roban niños para extraerles la sangre. Pero Trump, el racista, se tuvo que ver frente a frente con el fiscal afroamericano Alvin Bragg. Trump, el xenófobo, tuvo que responder ante el juez el hispano Juan Merchan.

Y fuera, en la calle, donde se esperaban turbas violentas, apenas hubo un puñado de iracundos esperpénticos. ¿Quizá la base dura de Trump se ha adelgazado?

Ciertamente, no se ve tanto apoyo masivo. Las redes sociales no estaban tan incendiadas como se esperaba. Seguramente habrá mucha gente enardecida, dispuesta a todo. Pero, quizá, y es solo una posibilidad, ese victimismo se pueda ir diluyendo con el paso de los meses.

La próxima audiencia es hasta diciembre de este año. ¿Qué habrían hecho ustedes? ¿Habrían cruzado el Rubicón? Es un pedazo de historia que se va haciendo sobre la marcha en tiempo real. Lo vamos a descubrir.

Twitter: @planettaoficial

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José Manuel Valiñas es articulista de política internacional. Dirigió la revista Inversionista y es cofundador de la revista S1ngular.

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