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Opinión

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Banxico, cuida tus palabras

El Banco de México es, en estos tiempos, una institución extremadamente discreta. A veces parece que incurre en un silencio que deja huecos en la comunicación que se llenan con la estridencia mal informada e intencionada del mensaje habitual matutino de Palacio.

Hasta hace algunas quincenas, cuando la inflación subía y había plena justificación para un endurecimiento de la política monetaria, alcanzaba con el mensaje plano y llano del incremento de la tasa de interés.

Aun en ese momento de obviedad respecto a la actuación de la Junta de Gobierno del Banco de México se daba un debate extraoficial entre algunos de los integrantes del cuerpo colegiado del banco.

Más allá de las minutas en donde el anonimato hace que leamos que “unos” dicen, “otros” contestan y “otro” considera, sin mayores referencias a sus identidades, la realidad es que, en esos momentos de mayor tensión, todavía hasta el año pasado, tanto Jonathan Heath como Gerardo Esquivel, subgobernadores del Banxico en ese momento, se encargaban de plantarle cara al debate interno.

A través de las redes sociales los dos economistas y colegas en la Junta de Gobierno exponían sus argumentos para ser más agresivos con la política monetaria, según argumentaba Heath, o más condescendientes con el desempeño de la economía, según exponía Esquivel.

A toro pasado los halcones tenían razón y la subida vertiginosa de la tasa de referencia influyó en ponerle un techo al aumento inflacionario. Gerardo Esquivel, a pesar de la consistencia de su pensamiento con sus argumentos, no logró la ratificación presidencial como subgobernador.

Hoy la obviedad de los movimientos a seguir por parte del Banxico se terminó. Ya juegan muchos componentes en la toma de decisiones de la política monetaria y los tienen que explicar con claridad para que su mensaje sea tomado de la forma correcta por los mercados.

La inflación general baja, pero la subyacente mantiene algunas presiones; la fortaleza del peso frente al dólar está seriamente anclada al nivel de premio que aporta la tasa de interés, por más que en cada especialista económico se argumente una explicación diferente al superpeso.

Una tasa tan alta de interés es necesariamente incómoda para una economía estancada como la mexicana con los lastres que generan las políticas públicas y que se enfila hacia una posible recesión en Estados Unidos.

En estos momentos ya no hay mensajes en las redes sociales de los más activos subgobernadores. Esa única guía con la que contaban los mercados desapareció en lo que aparenta ser un acuerdo interno para controlar y centralizar la comunicación.

Pero esos mensajes no llegan con claridad. La gobernadora del Banxico, Victoria Rodríguez, no es de un estilo de comunicación activa, así que todo se concentra en la claridad del comunicado que acompañe a la decisión de política monetaria.

Mañana sabremos qué decidieron respecto al nivel de la tasa interbancaria, actualmente en 11.25%, y leeremos lo que la Junta de Gobierno prevé hacia adelante.

Así que, en esas pocas palabras escritas que acompañarán a la decisión tienen que poner un mensaje claro y suficiente para que alcance y se crea en los mercados.

El Banco de México está en el punto en que tiene que hablar y cuidar todas y cada una de sus palabras.

La gobernadora del Banxico no es de un estilo de comunicación activa, así que todo se concentra en la claridad del comunicado que acompañe a la decisión.

ecampos@eleconomista.mx

Su trayectoria profesional ha estado dedicada a diferentes medios. Actualmente es columnista del diario El Economista y conductor de noticieros en Televisa. Es titular del espacio noticioso de las 14 horas en Foro TV.

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