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Opinión

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Banxico y la política

Apesar de que el Banco de México sea autónomo, no significa que no esté sujeto a un proceso democrático de rendición de cuentas o aislado de la política. Al final de cuentas, las propuestas al Congreso para ocupar un lugar en la Junta de Gobierno son designaciones políticas por parte del Ejecutivo. Pero la ley provee un blindaje a presiones políticas, por ejemplo, el Ejecutivo no puede cesar a algún miembro de la Junta debido a diferencias en las políticas adoptadas, los periodos de sus integrantes son escalonados y la institución se financia con recursos propios sin depender de fondos presupuestales públicos.

La ley del Banco establece que, durante un ciclo presidencial, dado el escalonamiento de los periodos de los miembros de la Junta, el titular del Ejecutivo puede proponer cuatro miembros. Sin embargo, en el caso de López Obrador serán cinco, ya que en 2019 fue designado Gerardo Esquivel para finalizar el periodo del subgobernador del Cueto quien renunció antes de que su periodo finalizara en 2022.  Así, la quinta nominación en este sexenio será para ocupar el lugar de Esquivel.

El escalonamiento propicia una correlación de fuerzas políticas cambiante dentro de la Junta. Claramente dos subgobernadores, Heath e Irene Espinosa, son de una línea ortodoxa; en cambio Esquivel tiene una formación e inclinación heterodoxa muchas veces no muy vinculada con la banca central. De Galia Borja y de la gobernadora Rodríguez es difícil establecer su línea de pensamiento, aunque el sentido de su votación durante este ciclo de alza de tasas de interés haya sido congruente con el control de la inflación.

No obstante, en el caso de la gobernadora, en vista de su poca experiencia en temas y operación de un banco central, es importante ir conociendo el grado de su capacidad analítica y apreciativa para entender cuestiones económicas, monetarias y la dinámica de los mercados financieros. Con apenas siete meses en el cargo, se aprecia la prudencia que ha mostrado. No obstante, el Banco debe tener una gobernadora más comunicativa y proactiva con los medios y los mercados, para ir conociendo en forma más precisa sus posturas y opiniones. Con su comunicación, una cabeza del Banco Central ejerce una influencia fundamental en el desarrollo de los mercados, lo que Greenspan denominó “intervención oral”.

Esquivel cumple con los requisitos para ser propuesto por un periodo completo de ocho años como subgobernador (2023-2030). Tal suerte depende totalmente de López Obrador y de su simpatía por Esquivel. En caso de que no sea re nominado, seguramente el presidente buscará un perfil heterodoxo, con poca experiencia y favorable a la 4T. Ello puede cambiar la correlación de fuerza dentro de la Junta. Sería más conveniente nominar un cuadro formado en el Banco; hay cuando menos dos candidatos muy competentes. Se subsanaría así la situación de que hoy ningún miembro de la Junta proviene del interior del Banco. Ello es importante por el conocimiento institucional y la memoria histórica que puede aportar a la Junta. Pero es difícil pensar que López Obrador tenga la madurez y objetividad para una designación así.

Twitter: @frubli

Economista egresado del ITAM. Cuenta con Maestría y estudios de doctorado en teoría y política monetaria, y finanzas y comercio internacionales. Columnista de El Economista. Ha sido asesor de la Junta de Gobierno del Banxico, Director de Vinculación Institucional, Director de Relaciones Externas y Coordinador de la Oficina del Gobernador, Gerente de Relaciones Externas, Gerente de Análisis Macrofinanciero, Subgerente de Análisis Macroeconómico, Subgerente de Economía Internacional y Analista.

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