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Beethoven, Stravinsky y los dólares
Ahora que tenemos un peso muy sólido frente al dólar de los Estados Unidos, viene a mi mente, por un lado, una anécdota que involucra música y economía, y, por otro lado, una canción del grupo español Mecano. Se preguntará usted qué tienen que ver. Ahora le explico.
Relata Milán Kundera en su espléndido ensayo “Los testamentos traicionados”, publicado por Tusquets, que el gran compositor ruso Igor Stravinsky recomendaba economizar los intervalos: “trátenlos como si fueran dólares”, decía (p. 147). Una melodía está conformada por una sucesión de notas. La distancia entre una nota y otra es un intervalo. Por ejemplo, la distancia entre el do y el mi es una tercera: (1) do, (2) re, (3) mi. La distancia entre el do y el fa es un intervalo de cuarta: (1) do, (2) re, (3) mi, (4) fa. Y así, sucesivamente. Lo que nos está diciendo Stravinsky es que una melodía no debería presentar grandes saltos (intervalos), sino que habría que “economizarlos”, es decir, que los intervalos fueran lo más corto posible.
Después de leer el pasaje de Kundera, me quedé pensando en una melodía cuyo intervalo entre las notas más distantes fuera lo más corto posible.
Si consideramos el inicio de la quinta sinfonía de Ludwig van Beethoven como una melodía (en realidad, más que una melodía es un motivo), tendremos que la distancia entre las notas más distantes es una cuarta: sol, sol, sol, mi bemol; fa, fa, fa, re. Las notas más distantes son el sol y el re. Eso es una cuarta.
Pero si se objeta que las notas iniciales de la quinta sinfonía de Beethoven son una melodía, no hay problema. Tenemos la séptima sinfonía. He aquí el segundo movimiento, muy conocido por los amantes de la música: mi, mi, mi, mi, mi (¡unísono!); mi, mi, mi, mi, mi (¡otra vez unísono!); mi, mi, fa#, sol, sol (tercera menor); sol, sol, sol, sol. El máximo intervalo es una tercera menor porque el mi y el sol son las notas más distantes. Economía musical en su máxima expresión.
Beethoven (†1827) era un verdadero maestro para exprimir todo el provecho posible de elementos musicales muy simples y con ellos hacer una gran obra maestra. Si Beethoven hubiera conocido las palabras de Stravinsky (†1971) sobre los intervalos y los dólares, seguramente habría reído.
¿Y la canción de Mecano? Si usted es muy joven, quizá no la conozca, pero cualquiera que haya sido adolescente en los años ochenta la va a recordar de inmediato. La canción se llama “No hay marcha en Nueva York”:
“Es una ocasión singular / la de que el dólar esté / devaluado…”
Pero no me quiero meter en política ni en economía, ni controvertir si la fortaleza de nuestro peso frente al dólar es mérito del actual presidente o no. ¿Usted qué opina?