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Borlotes diplomáticos, la herencia de AMLO
La primera temporada de la 4T inició con una frase hecha en el cuarto de máquinas de la ocurrencia: la mejor política exterior es la doméstica.
Ahora, Claudia Sheinbaum articula propuestas sobre la herencia que le deja AMLO:
“La política exterior de AMLO es un orgullo, un timbre de orgullo”, dijo Sheinbaum durante el debate.
Tres embajadores declarados non gratos son parte del orgullo nacional, como también lo fue la visita que AMLO hizo a la Casa Blanca el 8 de julio de 2020 para aplaudirle al presidente Trump por su cálido trato ofrecido a mexicanos.
Recordar la escena enchina la piel de la emoción patriotera. AMLO nos defendió. Es un orgullo.
Ahora, continúa Sheinbaum en el debate, “se condenan los golpes de Estado”.
Cómo olvidar los brazos abiertos de Marcelo Ebrard para estrechar un abrazo profundo y sincero con un violador de la democracia como lo es Evo Morales. (No olvidar que Morales perdió un referéndum sobre su presencia en las boletas electorales de 2019, pero se presentó. Al diablo las instituciones.)
Como dice Mario Benedetti, señala Sheinbaum, el sur también existe. “Vamos a seguir ampliando las relaciones con América Latina y el Caribe”.
Las emociones no cesan. Cómo olvidar la mutación diplomática que AMLO le ha dado al sur. Ya no son embajadas, son tugurios ideologizados. No por algo los tres embajadores mexicanos declarados non gratos provienen del sur.
La embajadora Serur, al dejar Quito cantó a los medios de comunicación: “Ecuador no se merece el presidente que tiene”. O qué decir de Canseco. Al tratar de parar la camioneta donde la policía se llevó a Jorge Glas, el funcionario mexicano señaló: “Es un perseguido político”.
¿Embajada de Estado o tugurio ideologizado?
Los tres candidatos usaron la política exterior para hacer una prolongada pausa mental durante el debate.
Preocupados por sobreactuar y leer los consejos de sus asesores, quince minutos fueron suficientes para demostrarnos que no les interesa la proyección de México en el mundo.
¿Qué pasa en Ucrania? ¿Cómo resolver el conflicto en la Franja de Gaza? ¿Cómo van a interactuar con el próximo presidente de Estados Unidos? ¿Y, si es Trump?
¿Lo invitarán a Palacio Nacional durante su campaña? ¿También a Biden?
¿Cómo reconvertir los tugurios ideologizados en embajadas? ¿Cuántos años pasarán para que México recupere liderazgo regional?
La involución de la política exterior ha llegado a niveles preocupantes. De seguir así, en seis años los candidatos tendrán que llegar a los debates con un mapamundi.
El reto será ubicar a México.
@faustopretelin