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CAFs, eslabón desvinculado del sistema de salud privado
Que se empiece a regular a los consultorios adyacentes a farmacias (CAFs) no podría ser más que buena noticia. Pero de eso a que se les acuse de que son algo maligno para el sistema de salud o que elevan la mortalidad, hay gran diferencia. Sencillamente los CAFs ya juegan hoy un rol de tal magnitud que ninguna otra instancia podría ahora o en los siguientes años ocupar su lugar.
Más bien la opción es regularlos e incorporarlos como parte de la estrategia. Es cierto que los médicos de CAFs operan en condiciones precarias, con prácticas comerciales cuestionables y con carencias de equipamiento médico básico. Pero es iluso vislumbrar que vayan a desaparecer como dijo ayer el subsecretario Hugo López-Gatell. Y menos si ello depende de que el sistema público de salud opere como debe ser, garantice la gratuidad, que haya cobertura universalidad, es decir, que todo mundo tenga acceso y con la suficiente calidad como para que ´el pueblo´ elija esa opción en vez de los CAFs. Claramente el discurso del subsecretario fue más bien dirigido a los oídos del presidente López Obrador.
Es innegable que los CAFs han asumido desordenadamente un rol más relevante de lo que se quisiera pero en vez de acusarlos y condenarlos, más bien debería empezarse por analizar cómo hacer para que cumplan de mejor manera su función como primer nivel de atención en el sistema privado de salud. Porque hoy en día hay una total desvinculación entre los eslabones de la cadena de atención médica de primero, segundo y tercer nivel.
No hay estadísticas recientes sobre el número de estos CAFs, pero de los 10,000 que la Cofepris estimaba que había en 2013, pasaron a 17,000 para el año 2018 y hoy podría estimarse que se acercan a los 20,000 consultorios adyacentes a farmacias que diariamente atienden a millones de mexicanos. Si hay cálculos de que cada día brindan alrededor de 300 consultas en cada uno de sus puntos, estaríamos hablando de que los CAFs en México cubren a unos 6 millones de personas cada día.
Además, se estima que siete de cada 10 pacientes de estos consultorios son afiliados al IMSS o al ISSSTE, es decir, hay una duplicidad del gasto en salud. Si la gente está optando por este servicio privado de los CAFs es porque les resulta más eficiente dada su cercanía y la rapidez en la atención, aunado a un costo accesible que va de entre 40 a 70 pesos por consulta.
Si la Secretaría de Salud los pone en la mira debe ser para sumarlos como parte del sistema y ayudarlos a que mejoren su servicio y las condiciones en que dan atención; es iluso pensar en que por orden autoritaria vayan a desaparecer.
Si el actual Gobierno pensara en armar una política pública hacia los CAFs debería ser, sí para vigilarlos, pero igual para incorporarlos más formalmente al sistema y vincularlos con el segundo o tercer nivel, y así permitirle al paciente tener un correcto seguimiento.
También se tendrían que obligar a las cadenas de farmacias a mejorar las condiciones laborales en que ejercen los médicos que atienden en esos CAFs en condiciones precarias, e imponerles los requisitos mínimos indispensables de infraestructura y equipamiento básico.
Por otro lado, tendría que romperse con el incentivo perverso a prescribir medicamentos dado que son parte de redes de farmacias. Es cierto que deberían tomarse medidas para evitar que los médicos sean agentes comisionistas para vender más medicamentos.
Lo desafortunado de todo esto es que si el subsecretario retomó el tema fue porque surgió la pregunta en la conferencia diaria presidencial, no porque exista un proyecto para regular adecuadamente a los CAFs.
Aclaración de Cofepris
En respuesta a mi columna publicada en este mismo espacio el lunes 15 de agosto, la Comisión Federal de Protección contra Riesgos Sanitarios (Cofepris) negó que exista un ritmo de a cuentagotas en la atención de trámites y afirmó que ha superado la capacidad y ritmo resolutivo de la institución, pues el número de trámites atendidos en 2022 aumentó 228% respecto a lo atendido hace tres años. Dijo que en los primeros 7 meses de este año se han autorizado 235 nuevos registros de medicamentos, lo que representa un aumento de 149% frente al mismo periodo de 2021. En atención de prórrogas y modificaciones, el aumento es de 56%, pasando de 2,389 a 3,720 en el mismo periodo.
Precisó que el aumento del 3% en la atención de lo ingresado en lo que va del 2022, corresponde a 5,720 trámites atendidos contra 5,537 que ingresaron. Eso significa, dijo, que atendió el mayor número de trámites desde el inicio del sexenio y lo hizo con la misma cantidad de personal. En 2019, de 5,028 trámites ingresados, solo se resolvieron 1,741.
Viruela símica sigue creciendo
El mundo se acerca a los mil casos diarios confirmados de viruela del mono y en México en una semana el número de contagios pasó de 147 a 252 positivos confirmados por el InDRE, un aumento de 70% en 7 días. O sea, la cosa está preocupante y obliga a mantenernos alertas. Ya son 20 entidades donde se han registrado casos. Lo bueno es que existe vacuna eficiente; lo malo es que el Gobierno ya está muy gastado. Pero en salud no se puede escatimar y se tendrá que prever su adquisición al menos para los grupos de mayor riesgo. Aún está pendiente que Cofepris apruebe la vacuna canadiense Imvamune.
Aprueba México anticuerpos anticovid de AstraZeneca
Muy complacido debe estar Julio Ordaz, capitán de AstraZeneca en México, por la aprobación de parte de Cofepris de la combinación de anticuerpos de acción prolongada para la prevención de Covid19 en adultos. Dicha combinación se le conoce como AZD7442 y está siendo utilizada con gran éxito en otros países, al grado de que sus ventas ya superaron al monto de la propia vacuna anticovid de la compañía. Ahora estará disponible en México únicamente para el sistema público de salud dado que su autorización es de emergencia, al igual que el resto de opciones terapéuticas contra la pandemia.