Carreras 100% prácticas: las alas para el futuro de la educación superior

Las universidades tienen un rol crucial en las sociedades y su contribución es vital para afrontar los desafíos globales. A nivel mundial, las universidades están en transformación constante, pues el mundo avanza vertiginosamente y el desarrollo de las nuevas tecnologías no descansa. Sin embargo, la educación superior en México se ha caracterizado por su estatismo y necesita urgentemente transitar al futuro, con una visión innovadora que se adapte a los retos de las nuevas realidades.

Según el Sistema de Información Cultural del gobierno de la república, en México hay más de 3,000 instituciones de educación superior, y, entre ellas, 43 son universidades públicas. Sin embargo, pese a toda esta oferta educativa a nivel nacional, solo una de estas instituciones figura en los primeros 100 lugares del QS World University Rankings 2024, una medición que evalúa a 1,500 instituciones de educación superior de todo el mundo con una metodología que pone énfasis en la empleabilidad y sostenibilidad.

La Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM) destaca en el QS 2024, ocupando el puesto 93. Le sigue el Instituto Tecnológico y de Estudios Superiores de Monterrey (Tec de Monterrey), que se posicionó en el top 200 al obtener el lugar 184 y en tercer lugar, se encuentra el Instituto Tecnológico Autónomo de México (ITAM), situado en el escalafón 651.

¿Por qué no figuramos en los primeros lugares? ¿Qué debemos plantearnos como soluciones hacia el futuro? Tenemos que empezar a ver otras opciones y hacia dónde se está moviendo el mundo para que el futuro de las universidades en México transite hacia la innovación de los procesos de aprendizaje, con metodologías flexibles.

Es crucial que las universidades en México sean facilitadoras de la inserción laboral para proporcionar los perfiles que el sector productivo demanda, que coloquen al centro a los estudiantes y les permitan a los nuevos profesionistas adaptarse a los cambios de su contexto.

Un gran ejemplo a nivel internacional de esta nueva visión es École 42, universidad fundada en el año 2013 por Xavier Niel, empresario francés de las telecomunicaciones, donde los estudiantes aprenden ingeniería en desarrollo de software con un modelo educativo gratuito nunca antes visto: sin maestros ni clases, en el que se aprende de forma autónoma a través del peer learning (aprendizaje entre pares), el peer evaluation (evaluaciones entre iguales que reflexionan sobre las contribuciones de cada alumno en el trabajo grupal), y con actividades de aprendizaje diseñadas con un enfoque de project based learning (donde los estudiantes desarrollan conocimientos y habilidades que los acercan a los desafíos del mundo real). El método se basa en “aprender haciendo”, el cual, es la capacidad de adaptarse y encontrar soluciones concretas a problemas complejos, en lugar de tener que memorizar lecciones sin ninguna justificación. 

Como resultado, la mitad de los estudiantes que han egresado de École 42 trabajan en startups, el 35% en empresas ya establecidas como Google y Amazon y el 15% creó una empresa propia.  Así, este modelo educativo ha sido replicado en otros países, como Estados Unidos, Bélgica, Holanda, Marruecos, Finlandia, entre otros.

El éxito de un modelo educativo como el de École 42 debe llevar a la reflexión sobre todo aquello que necesitamos modificar en el modelo tradicional de las universidades de México, e incluso de Latinoamérica, para plantear otro mucho más innovador, donde los alumnos puedan aprender por cuenta propia mediante prácticas que coadyuven a su incorporación al campo laboral.

Apostar por la innovación educativa es clave para el futuro que buscamos. Con alumnos comprometidos y profesionistas capacitados, dotados de sólidos conocimientos y habilidades, contribuiremos al desarrollo acorde a las necesidades del mundo actual. Es un acierto que ilumina nuestro camino hacia un porvenir prometedor.