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Opinión

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Ciudad Luz, Francia y Olimpiada

La ciudad de París y sus habitantes serán los protagonistas de estos juegos olímpicos. Ponen un estándar muy alto, que rompe con las olimpiadas tradicionales celebradas hasta ahora, casi totalmente en recintos cerrados, construidos exprofeso, muchos de ellos después abandonados. Paris se abre y se exhibe a sí misma ante sus ciudadanos, y ante el mundo, acogiendo competencias deportivas en sus magníficas plazas, monumentos, puentes, avenidas, y en el legendario río Sena. La inauguración de los Juegos Olímpicos será el espectáculo urbano más grande de la historia. París 2024 testifica y proyecta el grandioso pasado de una Francia empeñada en no ser sólo una hermosa potencia y faro civilizatorio venidos a menos; se labra un nuevo papel en un mundo dominado por superpotencias. Francia es el Estado-Nación más antiguo de Occidente. Su luz refulge desde Carlomagno, a la integración de los Vikingos en Normandía, y a las asombrosas catedrales góticas. Desde los Papas de Avignon hasta el “París bien vale una misa” de Enrique IV, con mujeres prodigiosas como Eleonor de Aquitania, Juana de Arco y Catalina de Médicis, y los hábiles y visionarios Borbones, el deslumbrante Luis XIV, Versalles, la Ilustración y la Enciclopedia, la racionalidad científica y el progreso, la Marsellesa, la Revolución Francesa y la tumultuosa Primera República, las Grandes Escuelas (Politécnica, Normal, Puentes y Caminos, Minas, Administración), la Declaración de los Derechos del Hombre y del Ciudadano, el genio universal de Napoleón y la primera unificación (es verdad, por la fuerza) de la Europa continental, la Piedra Rosetta en Egipto, el Derecho Civil, el esclarecido Segundo Imperio, el nacimiento del urbanismo moderno con Haussmann, Los Miserables, la unificación de Italia, el Canal de Suez, la primera etapa del Canal de Panamá, los Impresionistas, las Exposiciones Universales, un implacable y vasto imperio colonial, la Francofonía en Europa, África e Indochina, el Louvre, el Museo de Orsay y otros muchos museos maravillosos, la victoria en la Primera Guerra Mundial, la restitución de Francia como orgullosa potencia global después de una humillante derrota y heroica Resistencia ante los Nazis, su energía y arsenales nucleares, el existencialismo, el radicalismo chic, el Movimiento del 68, la gastronomía más sofisticada, literatura y civilización, arte, moda, lujo, núcleo articulador de la Europa contemporánea, que hoy enfrenta un inquietante desafío de inmigración islámica.

París 2024 cambiará los Juegos Olímpicos para siempre. De inicio, su candidatura y sede no fueron una puja competida entre numerosas ciudades, como era antes, cuando llegó a haber más de 10 candidaturas. Para 2024 sólo hubo dos: París y Los Ángeles. Pocas ciudades tuvieron la ambición y creatividad, y la asertividad y seguridad en sí mismas para organizar unos juegos olímpicos, cuyo costo y complejidad logística llegó a niveles astronómicos. Por esta razón, el Comité Olímpico Internacional (COI) otorgó simultáneamente las sedes de 2024 a París, y de 2028 a Los Ángeles. No ocurrió la “Maldición del Vencedor”: cuando en una subasta, el que gana termina pagando un precio artificialmente exorbitante.

De manera opuesta al sistema de puja que llevaba a construir elefantes blancos e infraestructura sobredimensionada, París edificó muy pocas instalaciones nuevas (una gran piscina y una sala de usos múltiples). Llevó a cabo numerosas renovaciones (el Grand Palais, la Marina de Marsella) y también acondicionó espacios públicos como instalaciones provisionales, por ejemplo, en la Torre Eiffel, Palacio de Versalles, en el río Sena, y en La Concorde. Esto permitió otorgar un nuevo valor y funcionalidad a monumentos y espacios históricos. Las más importantes instalaciones no deportivas, como la Villa Olímpica y la Ciudad de los Medios fueron construidas por el sector privado, mismo que las venderá o arrendará como negocio a la población parisiense. Las renovaciones y nuevas instalaciones, después de los juegos, serán entregadas también al sector privado o a organizaciones civiles para su explotación, mantenimiento y aprovechamiento. El costo, balance energético y la huella de carbono de los Juegos Olímpicos de Paris 2024 han sido reducidos al mínimo. Durante la Olimpiada, los transportes públicos serán privilegiados en la forma de trenes, Metro, autobuses y vehículos eléctricos. Toda la energía eléctrica utilizada durante los juegos será limpia: renovable y nuclear. La huella de carbono de Paris 2024 será la mitad de la de Río de Janeiro 2016.

El gasto total de la Olimpiada, de 9 mil millones de Euros (equivalentes, por cierto, a la tercera parte del costo del absurdo Tren Maya en México), será equilibrado con ingresos comerciales, concesiones e inversiones privadas, e ingresos fiscales adicionales, lo que refuta argumentos sobre el carácter elitista y dispendioso de la Olimpiada. Y esto sin contar las inversiones en bienes públicos colaterales esenciales como el mejoramiento y ampliación del Metro y el saneamiento total del río Sena, que permitirá ahí competencias de natación. Todo ello abre un nuevo camino de viabilidad para los Juegos Olímpicos. Los Juegos Olímpicos de Paris 2024 serán social, urbana, económica, e históricamente rentables.

@g_quadri

Político, ecologista liberal e investigador mexicano, ha fungido como funcionario público y activista en el sector privado. Fue candidato del partido Nueva Alianza a Presidente de México en las elecciones de 2012.

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