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Opinión

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Colaboración y balance, indispensable para preservar el agua

En la carrera por mitigar el cambio climático, la reducción de gases de efecto invernadero ha sido un objetivo clave, especialmente después de la advertencia emitida por la Conferencia de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático a fines de 2015. Desde entonces, muchas empresas hemos implementado acciones concretas para evitar llegar a estos escenarios. 

Sin embargo, en los últimos años, otro objetivo ha ganado importancia: la huella hídrica, es decir, la cantidad de agua que las personas empleamos para realizar nuestras actividades cotidianas, o en el caso de las empresas e industrias, para producir bienes y servicios.

Reducir la huella hídrica es un tema prioritario, pues además del creciente desabasto debido al aumento de la población y el desarrollo económico, el calentamiento global también está afectando el comportamiento de los océanos y la disponibilidad del agua. 

Aunque esta situación podría parecer desoladora, todavía hay esperanza. Podemos y debemos ayudar a mitigar el problema del agua, porque nos afecta a todos: individuos, comunidades, empresas, gobiernos y países. Solo con la suma de esfuerzos se logrará el efecto que el medio ambiente necesita.

Las empresas estamos plenamente conscientes de la importancia del uso eficiente del agua , por ello, estamos trabajando para mejorar su disponibilidad, tanto para nuestra operación, como para las comunidades en las que operamos. Un concepto que estamos utilizando más y más, es el de “balance hídrico”, que  no solo se refiere  a la búsqueda por reducir y optimizar el uso del agua, sino va más allá y plantea el reto de  reintegrar a los mantos, el agua necesaria para nuestra vida u operación, en el caso de las empresas. 

Definitivamente esta no es una situación que podamos, ni pretendamos resolver solos, ni tampoco limitándolo al interior de nuestra industria. Sabemos que necesitamos colaborar con otros para cumplir con nuestra responsabilidad y así formar parte de algo con mayor impacto. 

Un ejemplo de alianza estratégica es la que tenemos en Mars con el Fondo Ambiental Metropolitano de Monterrey (FAMM), con el que trabajamos de la mano buscando restaurar el Parque Nacional Cumbres de Monterrey, un área natural protegida de 177,400 hectáreas, considerada de alta biodiversidad. 

Junto al FAMM apoyaremos en la reforestación de 25 hectáreas de suelo, que han sido dañadas severamente por los incendios ocurridos en el parque, entre marzo y abril de este año. Cada hectárea intervenida o reforestada, ayudará a recuperar 1,000 metros cúbicos de agua.

El Parque Nacional Cumbres de Monterrey funciona como una fábrica de agua, que capta y filtra alrededor del 40% del vital líquido que consume el área metropolitana de Monterrey. Esto significa que además de captar y almacenar dióxido de carbono, producir oxígeno y ser hábitat de especies de fauna y flora protegidas, uno de los principales servicios de este parque es el suministro de agua, activo indispensable para el desarrollo de la industria y el crecimiento de Monterrey. 

Restaurar el Parque Nacional Cumbres de manera natural se llevaría más de 100 años. Afortunadamente hoy el FAMM tiene otros socios que incluyen a gobiernos, agencias, empresas, organizaciones y universidades, ya que la visión en conjunto de proteger las fuentes de agua es la que ayudará a garantizar en un periodo más corto, este invaluable recurso esencial para la vida.

El agua no es un sector, sino un conector. El compromiso y la cooperación entre todos los grupos de interés es necesaria. Hoy es esencial que en la discusión y gestión del agua, se inyecte mayor fuerza por parte de este grande, diverso y sediento grupo de interesados. Porque sin duda el mundo que queremos mañana dependerá de la forma en que hacemos negocio hoy. 

*El autor es Director General de Mars Wrigley Latinoamérica Norte (LAN).

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