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Opinión

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Cómo Fucam cambió de modelo para sostenerse

En julio de 2019, Jorge Alcocer y Juan Ferrer visitaron las instalaciones de la Fundación de Cáncer de Mama (Fucam); el doctor Fernando Guisa les hizo el recorrido de su sede en Coapa en la capital del país y les explicó cómo funcionaba su modelo para atender con menor costo a las pacientes y cómo aprovechaban los recursos del Seguro Popular. Les pidió apoyo para lograr cobrar adeudos atrasados y todo parecía haberse entendido.

De hecho, más adelante el presidente López Obrador recibió en Palacio al Dr Guisa, a quien conocía desde la jefatura de Gobierno; ahí el mandatario no sólo ofreció apoyarle en la cobranza atrasada, sino incluso impulsar a Fucam para cubrir todo el país.

Bueno, pues no pasaron muchos días de ello, y contrario a la promesa presidencial, en febrero de 2020 el subsecretario Hugo López-Gatell anunció que por falta de eficiencia y transparencia Fucam dejaba de recibir financiamiento público y daba por hecho su inminente cierre.

No fue asi. Fucam no dejó de operar; se vio obligada a cambiar de un día para otro su modelo y demostró que sí era eficiente y aún más sin recursos públicos. Incluso el Insabi le envió a los revisores de la Auditoría Superior de la Federación (ASF) para que vieran cómo funcionaba el Seguro Popular y salieron adelante con la inspección.

Hoy Fucam sigue atendiendo a miles de mujeres que padecen cáncer de mama. La diferencia es que si antes no les cobraba un peso por su tratamiento integral y completo, ahora tienen que desembolsar el costo; la consecuencia es que muchas no pueden pagarlo y se quedan en el camino.

Su directora, María Luisa Guisa, nos comenta que Fucam -aun sin los recursos del SP- atiende a más mujeres con cáncer de mama que el Incan, Hospital Juárez y Hospital General juntos. La realidad es que Fucam era un brazo fuerte para el Seguro Popular y le generaba eficiencias como ningún otro. Estados como Hidalgo, Estado de México e incluso lejanos como Chiapas se recargaban mucho en Fucam.  

Los sistemas estatales quisieran seguir haciéndolo pero Insabi los tiene atados de manos. Ahora las alcaldías son las que se acercan para ver cómo respaldarse en Fucam y andan explorando opciones. 

Y es que no hay otro lugar en el país donde se logren los costos con el nivel de atención que da Fucam. El costo promedio logrado por Fucam (aunque es en función de cada paciente y las etapas de tratamiento) asciende a 400,000 pesos por paciente, mientras que en el sector público la cifra se eleva hasta un millón y medio de pesos.

A su directora le gustaría se entendiera que no es que Fucam recibiera presupuesto federal, como en su momento lo hizo ver López-Gatell, sino que como institución acreditada ante SP, recibía recursos en función de cada caso o paciente atendida. En 2018 recibió más de 300 millones de pesos y atendió a 1,500 nuevas pacientes.

Lo que no se entendió es que Fucam generaba eficiencias; el Seguro Popular pagaba medicamentos, cirugías y radioterapia, y la Fundación cubría más allá con atención integral. Y si el caso se complicada, iba por su cuenta, al igual que otros rubros como cuidados paliativos, nutrición, contención emocional, cardiología, etcétera.

Doble golpe con la pandemia

Lo más fuerte fue que la ausencia de recursos públicos les llegó junto con la pandemia. Aunque nunca dejaron de funcionar, sí redujeron cierta atención como fue el caso de mastografías. De 40,000 que Fucam hacía anualmente, en 2020 bajaron a 15,000.

Aún así, los diagnósticos no se redujeron. Con todo y pandemia en 2020 Fucam diagnosticó 1,120 nuevos casos-, lo malo es que de 20 a 30% no continuaron tratamiento, y conforme avanzan en el proceso son cada vez menos las que se sostienen. La mayoría toman 1 ó 2 quimios y luego ya no regresan. Lo más probable es que se está elevando la mortalidad.

De enero a junio de 2021 Fucam diagnosticó 1000 nuevos casos; muchas, ya con la certeza del diagnóstico, se van a un hospital público. Ya es un avance porque en el sistema público la tardanza para llegar al diagnóstico es de 8 a 14 meses, aunado a la carencia de medicamentos. Fucam tiene el compromiso de llegar al diagnóstico en un plazo de 15 días a un mes, y asegura su directora que siempre lo logran.

Con todo, Fucam este año estima atender a unas 1000 pacientes con tratamiento completo. Entre otras estrategias  empezaron a recibir aseguradas con gastos médicos mayores por reembolso que fue otra opción para salir adelante.

Lo triste es que las menos afortunadas, que no tienen seguro ni recursos para pagar de su bolsillo, son las que están muriendo.

Otro aspecto que ya se está evidenciando es que ahora están llegando casos más avanzados y, por lo mismo, requieren tratamiento más costoso. Es de los aspectos que el Gobierno no está considerando, y que le tocará cubrir al Estado hacia adelante. Es decir, el problema del rezago causado tanto por la pandemia como por el rompimiento a rajatabla del esquema del SP, generará costos incuantificables en los siguientes años que a fuerzas el país debe considerar.

Y ahora el golpe de la ley ISR

Como si el horno estuviera para bollos, Fucam será una de esas tantas organizaciones sociales del sector salud afectadas si se aprueba el cambio al articulo 151 de la Ley del ISR que busca reducir la opción de recibir donativos deducibles de impuestos.

Si Fucam de algo se ha sostenido a partir de la eliminación del SP es de respaldos altruistas, donaciones de empresas y en general del sector privado, ahora que la 4T les escatima al máximo esa posibilidad, más aún empedrado les pone el camino cuando en ellas debería recargarse más para la atención médica de segmentos desprotegidos.

No más prohibición de vapeadores y cigarros electrónicos

La resolución final de la SCJN aun no se publica y no se conocen los detalles, pero es un hecho que la Corte decidió que la prohibición de los cigarros electrónicos y vapeadores es anticonstitucional.

Pero ello no significa que cualquiera podrá vender esos productos abiertamente; lo que sí, se facilitará el camino de los amparos. Por eso ahora será el turno del Legislativo para regular cuanto antes e integrar estos dispositivos en la ley del tabaco. Eran muchas iniciativas pendientes al respecto de estos dispositivos pero con esto quedaron obsoletas, y ahora el Congreso tendrá que trabajar en nuevas iniciativas donde defina los criterios, dónde y cómo sí se permitirá su uso.

Comunicadora especializada en temas de salud pública e industria de la salud. Cursó la maestría en Administración en Sistemas de Salud en FCA de la UNAM. Forma parte de la iniciativa www.HospitalsinInfecciones.com. Fundadora en 2004 de www.Plenilunia.com, plataforma de contenidos sobre salud femenina.

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