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Covid-19: el plan de vacunación en México frente al rigor científico de la FDA
"La ciencia no conoce país, porque el conocimiento pertenece a la humanidad y es la antorcha que ilumina el mundo" Louis Pasteur.
Desde la irrupción de la Covid-19 en México, el plan de vacunación ha operado bajo el oscurantismo de una gestión sanitaria que, con Hugo López-Gatell a la cabeza, ha manejado a su criterio el bienestar de los mexicanos. El esquema de quién y qué vacunas recibirán los ciudadanos para la próxima temporada invernal ya ha sido decidido por este "estenógrafo insensible" y su estela de cientos de miles de muertos, optando por la vacuna cubana Abdalá, solo aprobada por él y la Cofepris (Comisión Federal de Protección contra Riesgos Sanitarios).
Las decisiones del "estenógrafo arbitrario" López-Gatell parecen ignorar la evidencia científica y el impacto real en la salud de la población. Continúa recibiendo “cheques en blanco” sin exigencias por parte del Consejo de Salubridad General para el “Plan de gestión a largo plazo de la Covid-19” lo que no augura nada bueno. Mientras tanto, en Estados Unidos, el Comité Asesor de Vacunas y Productos Biológicos Relacionados (VRBPAC, por sus siglas en inglés) se reunió el pasado 15 de junio para debatir y hacer recomendaciones sobre la selección de cepas para las vacunas Covid-19 actualizadas para la campaña de vacunación 2023-2024.
El VRBPAC, compuesto por expertos independientes, asesora a la FDA sobre amplios temas científicos y específicos para guiar decisiones basadas en la ciencia disponible. A diferencia de México, en Estados Unidos, las discusiones son completamente transparentes, con materiales de la reunión y videos de las sesiones disponibles al público, incluyendo posibles conflictos de interés de los participantes.
Para emitir su voto, los asesores de la VRBPAC estudiaron la epidemiología actual de la pandemia de Covid-19 y las variantes del SARS-CoV-2. Discutieron la elección de un linaje XBB específico para su inclusión en la formulación de las vacunas Covid-19 2023-2024 en los Estados Unidos. El comité decidió, por unanimidad, actualizar la vacuna de Covid-19 en anticipación de la temporada de enfermedades respiratorias 2023-2024.
La decisión de actualizar la vacuna, según Maria Zoco y Kateline Jetelina, se basó en evidencia que muestra que el SARS-CoV-2 muta aproximadamente dos veces más rápido que la gripe. Afirmaron que es normal actualizar una vacuna cuando el virus que combate muta rápidamente. Esto contrasta con la situación en México, donde la vacunación sigue un camino monovalente, basado en la cepa original, que ha demostrado ser ineficaz contra la variante predominante Ómicron XBB.
En resumen, para el otoño, se anticipa una vacuna de Covid-19 actualizada en los Estados Unidos dirigida a la variante Ómicron XBB. En México, a pesar de la mutación acelerada del virus, sólo se ofrecerá la vacuna monovalente abdalá contra la cepa original. La gran incógnita que permanece es: ¿quién será elegible para la nueva vacuna en los Estados Unidos? Para nuestro querido México, la pregunta debería ser: ¿cuándo seguiremos su ejemplo?
La contrastante gestión de la pandemia en ambos países pone de manifiesto la necesidad de un enfoque basado en la ciencia y la transparencia para garantizar la salud pública. El bienestar de los ciudadanos debe ser el eje principal en la toma de decisiones, y ello implica seguir de cerca las mutaciones del virus y adaptar las medidas sanitarias en consecuencia. El oscurantismo y la negación de la evidencia científica solo conducen a un camino de incertidumbre y riesgo.
Como sostiene Louis Pasteur, el conocimiento pertenece a la humanidad, y como tal, debería ser la guía para iluminar el camino a seguir. La transparencia y la consulta a expertos en la materia no solo son necesarios, sino fundamentales en la lucha contra esta y cualquier otra pandemia.
Mientras los Estados Unidos se preparan para una vacuna actualizada en otoño, dirigida a la variante Ómicron XBB, en México nos enfrentamos a la incertidumbre de una estrategia de vacunación que no ha evolucionado con la misma agilidad que el virus. En el país, la pregunta pendiente es: ¿Cuándo seguiremos su ejemplo y adaptaremos nuestras estrategias a la cambiante realidad de la Covid-19? Por el bien de nuestros ciudadanos, esperamos que sea pronto y desde el Congreso de Unión este escribidor insistirá en que así sea.
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