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Opinión

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Demorarse sale caro

En el mundo se necesita reducir las emisiones urgentemente. El tiempo se agota y cada vez las acciones contundentes serán el ejemplo a seguir.

Una nueva crisis financiera, o peor aún, una recesión, hacen ver al cambio climático como un problema lejano; sin embargo, sus efectos negativos se encuentran mucho más cerca de lo que creemos.

La fundación ClimateWorks (enfocada en reducir las emisiones de carbono) acaba de publicar un documento que demuestra el porqué demorarnos en reducir nuestras emisiones de dióxido de carbono (CO2) implicará cambios irreversibles. Los principios físicos en los que se basa son:

1) El efecto de acumulación de carbono en la atmósfera es muy grave. El CO2 permanece en la atmósfera largos periodos de tiempo, acumulándose durante siglos, por lo que la única forma de evitar cambios en el clima es reducir las emisiones a cero. La quema de combustibles en los últimos 50 años ha roto el equilibrio que existió durante siglos entre emisiones y absorción de carbono, lo que ha ocasionado que exista 40% más carbono hoy que en la era preindustrial. De tal forma que sólo hasta que las emisiones sean iguales a las tasas de absorción estabilizaremos los niveles de carbono en la atmósfera.

2) La capacidad de absorción del planeta se agota. Los mecanismos naturales para absorber carbono en plantas y océanos se están saturando, de tal forma que aun sin más emisiones, sólo por dicha saturación se podría duplicar la tasa de acumulación de carbono en la atmósfera. Investigadores de la Universidad de Columbia han encontrado que la absorción de CO2 de los océanos disminuyó 10% del 2000 al 2007, debido a una mayor acidez del mar, producto del aumento de CO2 en la atmósfera. Lo anterior implica que la temperatura del mar aumentará durante miles de años... Nos encontramos en una senda irreversible.

3) Los impactos del cambio climático son irreversibles y traen consecuencias graves en ecosistemas, especialmente después de pasar un punto de inflexión. De acuerdo con la historia geológica, las dos experiencias donde hubo grandes emisiones de metano (hace 55 y 251 millones de años), afectaron la vida del planeta a tal grado que tomó 100 millones de años recuperar su diversidad. Éste es un riesgo latente, especialmente cuando el calentamiento global libere el metano contenido debajo de la cubierta de hielo en el ártico siberiano.

El mensaje es claro: el mundo necesita reducir emisiones URGENTEMENTE. Para ello, resulta un atentado sostener subsidios energéticos como los de gasolina y electricidad. El tiempo se agota y cada vez las acciones contundentes serán el ejemplo a seguir.

rgallegos@eleconomista.com.mx

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